En muchos países una forma indirecta de regulación de los pagos por propaganda política es el límite a los gastos de campaña. Estos límites aplican en un espectro muy amplio y, debido a que la publicidad por televisión será generalmente el elemento más importante en un presupuesto de campaña, es aquí donde se dejará sentir su impacto con mayor fuerza. En Canadá, por ejemplo, entre los límites a los gastos de campaña se encuentra el hecho de que los partidos nunca pueden utilizar más de los tiempos compartidos destinados a propaganda. En ocasiones, estos límites están implícitos en la legislación. En las elecciones de 1994 en Sudáfrica, por ejemplo, quedó establecido que la propaganda política fuera sujeta a cualquier limitación de carácter legal sobre gastos de campaña.
En Venezuela, en donde algunas estimaciones muestran que cuenta con el más alto gasto en propaganda política per cápita, no es de sorprender que no haya límites a los gastos. Los Estados Unidos, generalmente identificado como el país más representativo en cuestión de propaganda política, cuenta con un complejo, pero justo sistema para regular el financiamiento de campañas, especialmente en elecciones presidenciales El Acta Federal de Campañas Electorales (modificada en 1974 y en 1976) estableció un financiamiento federal igualitario en las elecciones presidenciales, y un financiamiento federal para las primarias. Asimismo, determinó el límite máximo que los candidatos podrían gastar en propaganda por televisión, aunque éstas fueron eliminadas como resultado de las reformas practicadas. En un caso muy importante ocurrido en 1976 - Buckley v Valeo - El Tribunal Supremo mantuvo el principio de financiamiento público, pero tuvo su efecto en los límites sobre gastos por "comités de acción política", si eran independientes de las campañas presidenciales. El Tribunal asimismo, decidió que no habría límites a los gastos efectuados por particulares.89
El propósito de esto es crear rutas por las cuales los equipos de campañas presidenciales puedan evitar estas limitaciones. De preferencia los donantes pueden aportar dinero a los partidos o los comités de acción política más que a los candidatos - una función de una práctica poco usual en los Estados Unidos por la cual los candidatos se erigen independientemente del partido que representan. También significa que un individuo en particular que cuenta con recursos monetarios, como el caso del independiente Ross Perot en 1992, se puede presentar sin tope de gastos alguno.
Toda propaganda política en los Estados Unidos debe llevar anexa una declaración indicando quien es responsable de su pago.90
Japón es otro país que hace una distinción entre los partidos y los candidatos en su control de gastos de campaña. A los candidatos por si mismos no les está permitido comprar tiempo de transmisión. Por otra parte, los partidos pueden comprar tiempo para publicidad, siempre y cuando sea para llevar apoyo al partido, y no candidatos específicos. Ver Fórmulas para la Distribución de Tiempos.
Los controles sobre financiamiento de campañas pueden ser utilizados como medios para brindar oportunidades a partidos con recursos limitados en el contexto de pago por publicidad. En las primeras elecciones parlamentarias de Mongolia, por ejemplo, cada partido asignó el mismo monto para tiempo gratis y para tiempo pagado. No obstante lo anterior, el gobierno subsidia el pago de tiempo de los partidos pequeños.
A veces se propone que la opción de "techo superior"sea utilizada para igualar los gastos de campaña -como una forma de reforzar los límites a los gastos, pero no de una forma torpe. La idea podría ser que estos límites sean agrupados. Si un partido los excede, entonces otros podrían recibir un límite más elevado, fuera de los fondos públicos.