La cobertura profesional e imparcial no es algo que pueda ser impuesto por la autoridad reguladora, cualesquiera que sean las facultades de que esté investida. En efecto, ninguna autoridad puede intentar interferir con el contenido editorial de los medios sin debilitar las bases del papel de éstos en tanto guardián de carácter público. Aunque queda claro un interés manifiesto por fomentar la cobertura que enfrenta los más altos estándares profesionales.
La clave para esto es el papel que juegan los organismos profesionales del quehacer periodístico en sí. De preferencia los representantes de estos organismos deberán haber estado involucrados en el diseño de las regulaciones que rigen la cobertura de los medios en un primer plano (ver ¿Quién Debe Estar Involucrado en el Proceso de Preparación?).
Los organismos profesionales se presentan de diferentes formas:
- Periodistas o asociaciones de locutores.
- Periodistas o sindicatos de locutores.
- Concejos voluntarios de medios.
- Instituciones de capacitación.
En cierta forma, los grupos voluntarios de medios de comunicación libres pueden caer en una categoría similar.
Estos órganos profesionales pueden llevar un papel en la acreditación de los periodistas; ciertamente tendrán un papel en las actividades de promoción de sus intereses y de los estándares profesionales.
Como ejemplo un buen número de organismos profesionales han desarrollado códigos de conducta específicos para temas electorales. Una vez adoptado el código, brindará una base de acción que será utilizada en el caso de que se instrumente un mecanismo de impugnación o disciplinario existente en el propio organismo profesional.
El Consejo de Medios de Comunicación en Tanzania, por decir algo, una asociación voluntaria de organismos relacionados con los medios de comunicación, celebró una conferencia con la Comisión Nacional Electoral previa a las elecciones parlamentarias y presidenciales del 2000. En el marco de esta reunión se diseñó un código de conducta (Ver Tanzania: Media Code of Conduct), el cual no solamente proporcionó una guía de conducta para los periodistas en un país con limitada experiencia en elecciones democráticas, sino que también les brindó una línea base de comparación de sus monitoreos - e incluso el Consejo de Medios, junto con otras dos organizaciones no gubernamentales dieron inicio a un proyecto de monitoreo de los medios de comunicación.
En Zimbabwe en las elecciones parlamentarias del 2000, el procedimiento para diseñar un código de conducta fue ligeramente diferente. La Red de Apoyo para las Elecciones en Zimbabwe era una agrupación de organizaciones no gubernamentales que apoyaban de diversas formas el proceso electoral -educación electoral, monitoreo, etc. - que sin embargo, también incluía a la Comisión de Supervisión Electoral. Un comité especial de organizaciones con especial interés en el comportamiento de los medios diseñó un manual para el monitoreo de elecciones (Ver Zimbabwe: Code of Conduct and Reporting Handbook), en el cual se incluyó una propuesta de lineamientos sobre la cobertura de la elección a través de la estación de radiodifusión pública, y un código de conducta. Entre las organizaciones que aprobaron este proyecto se incluía a la Unión de Periodistas de Zimbabwe. Ver Code of Conduct - Zimbabwe.