Muchos países cuentan con un concejo voluntario para medios o prensa, conformado por los medios de comunicación profesionales. Este es un órgano regulador únicamente en el sentido de que pueden actuar como un mecanismo para solucionar quejas presentadas por el público que tenga motivos acerca de la forma en que los periódicos y las transmisoras han cubierto algunos temas específicos. Se entiende claramente que un órgano voluntario de esta naturaleza no puede cumplir funciones tales como la concesión de licencias de transmisión.
El valor de estas entidades es que pueden percibirse como una alternativa para lidiar con problemas -como las quejas públicas- sin recurrir a un litigio. Una solución informal, la publicación de una disculpa o retracción, reemplaza un largo y costoso proceso legal. Los medios con frecuencia adoptan mecanismos de esta naturaleza como una forma para pre-desahogar las regulaciones estatutarias que pueden interferir con su propia independencia.
El papel de un consejo voluntario de los medios puede ser de mayor alcance. Por ejemplo, puede instrumentar programas de capacitación para periodistas o formular códigos de conducta. Estas, también son actividades que pueden ser de mucha utilidad al cubrir una elección. La capacitación de un organismo profesional de medios ofrece varias ventajas, mientras que un código de conducta voluntario puede ser de mucha utilidad, para introducir los estándares de profesionalismo necesarios a los periodistas con poca experiencia en la cobertura de elecciones.