Los medios de comunicación no pueden cubrir adecuadamente un proceso electoral si no se les faculta el acceso a los eventos y lugares más importantes. Esto es suficientemente obvio, pero desafortunadamente muchos países que se encuentran inmersos en la organización de elecciones democráticas por primera vez, pueden tener la mínima experiencia en el manejo de la cultura de la libertad de acción de los medios. El propósito de las leyes y las regulaciones de los medios en el contexto de una elección -y las funciones del órgano regulador- es crear un ambiente en donde los medios puedan llevar a cabo sus actividades libremente. Las campañas electorales no se perciben como un secreto de estado que tenga que ser sacado a la luz por periodistas investigadores; en su lugar, deben ser conducidas a los ojos de la opinión pública.
Es, por tanto, un argumento que parte del principio de que a los periodistas se les deben brindar todas las facilidades de acceso a los eventos que conforman un proceso electoral. Sin embargo, para el organismo encargado de la organización significa una consideración pragmática. Si los medios de comunicación están presentes en la totalidad de los eventos más relevantes, entonces será mucho más fácil para el administrador dar a conocer sus mensajes y asuntos más relevantes al público en general.
A efecto de asegurar el acceso a los distintos aspectos que envuelven una elección -por ejemplo, el escrutinio - será necesario para el órgano de administración operar algún proceso de Acreditación. Sin embargo, en principio no será necesario para todos los eventos, partiendo del hecho de que la responsabilidad para determinar si es o no periodista, debe recaer en los órganos destinados para ello, no para el estado.
Es muy importante que el acceso sea anti-discriminatorio. Sería inaceptable, por ejemplo, que los periodistas provenientes de ciertos organismos de comunicación fueran excluidos de algunas reuniones por un determinado partido político. El libre acceso de los medios de comunicación a la totalidad de los eventos públicos, será un elemento explícito del código de conducta de los partidos políticos (ver Medidas para la Protección de los Periodistas). Será mucho peor, sin embargo, que las autoridades electorales ejercieran cualquier tipo de medidas discriminatorias a los medios de comunicación en ocasiones en que se les hubieran entregado materiales informativos o hayan sido invitados a una conferencia de prensa.
El derecho de acceso de los periodistas fluye de manera directa de los principios de libertad de información que subyacen del papel que juegan los medios en una democracia (ver Medios y Democracia). Los procedimientos de acreditación no pueden ser utilizados para limitar este acceso, mucho menos cuando están siendo aplicados de una manera discriminatoria o cuando forman parte de una requisito universal para asistir a todos las actividades derivadas de la organización de una elección. A excepción de algunas circunstancias bien delimitadas cuando la seguridad del proceso electoral está en riesgo, el proceso de acreditación es una herramienta administrativa, y no un principio que signifique la determinación de quien está, o no facultado para informar sobre las actividades del proceso electoral.
La libertad de expresión significa, entre otras cosas, que los medios de comunicación están facultados para investigar e informar de manera crítica sobre la eficiencia y probidad de la organización de la elección. Esta situación no siempre es bienvenida por los administradores, sin embargo esencialmente no tienen otra opción sobre esta materia. Este escrutinio no representa una interferencia con la organización de la elección pero asegura y facilita su eficiencia. Esto resulta verdadero en tanto es una materia de un principio mucho más amplio, pero también es una materia del practicidad. Si los medios de comunicación cuentan con un adecuado acceso a los organismos encargados de la elección, pueden llevar sus asuntos en forma mucho más expedita al público. Estas funciones son entendidas como un método de capacitación electoral mucho más efectivo y de bajo costo.