Los candidatos a un cargo electivo normalmente intentarán hacer uso de su posición en su propio beneficio. Un presidente en busca de la re-elección programará la celebración de una cumbre internacional para enfatizar su importancia como hombre de estado internacional. Esto representa un aspecto inevitable, si no es que desagradable, de las campañas electorales democráticas.
No obstante, se debe establecer una línea. Si un ministro de gobierno utiliza su teléfono o automóvil oficial para realizar actividades de campaña que pueden ser denunciadas (y quizás procesadas) como abuso de fondos públicos. En ocasiones los medios, con o sin intención, pueden instigar a un ministro u otro oficial, para que haga uso de sus funciones oficiales como un medio en favor de su campaña electoral.
Ocasionalmente la acción correctiva debería estar dirigida en contra del oficial más que a los propios medios. Los periodistas deben ser mejor capacitados para hacer juicios acerca de cuál es el valor real de la noticia sobre un determinado ministro que inaugura una granja de puercos - o lo que sea. En el caso de los medios de comunicación estatales basados en el dinero público - es posible el uso de una mano firme. Esto es perfectamente adecuado. No hay censura o interferencia con la libertad editorial, sin embargo, se asegura el adecuado uso de los fondos públicos.
En Montenegro, por ejemplo, se han diseñado reglas específicas relacionadas con la cobertura de funciones oficiales durante una campaña electoral:
Programas especiales protagonizados por oficiales del estado que utilicen sus encargos oficiales para propósitos de campañas electorales no deberán producirse antes de la finalización de la elección.
Los informes sobre las actividades de oficiales estatales ejecutando actividades derivadas de sus cargos oficiales no deberán ser utilizadas como un acto de campaña partidistas (verMedia Monitoring - Bosnia.)
En las elecciones de 1999 en Malawi, el Tribunal Superior hizo un juicio importante relacionado con la cobertura las funciones presidenciales. Encontró que era perfectamente normal y apropiado el papel de la radiodifusora pública, pero que si los mensajes de campaña estaban incluidos en tales transmisiones, entonces la difusora estaba obligada a brindar iguales oportunidades a la oposición para que ésta diera a conocer sus puntos de vista. Ver Government Activities and Campaign Reporting - Malawi.
Tales regulaciones pueden aplicar a los materiales de acceso directo. Francia, por ejemplo, normalmente aplica algunas reglas que prohíben a los candidatos presidenciales mostrar "su lugar habitual de trabajo" en las transmisiones electorales. Esto está orientado a detener a los presidentes que se muestran a si mismos en el Palacio de los Elíseos o una reunión durante una visita a dignatarios.101
Es posible sentir que tales prescripciones vayan un poco más lejos. No obstante pocos, ya sea en los medios o en la administración electoral, querrían ir en Dirección a Venezuela. Ahí, existe una disposición específica para la propaganda electoral emitida por el gobierno. Esto no está permitido específicamente para votar en favor de un solo partido, sino que en la práctica está programada a todo lo largo de los espacios propagandísticos del partido gobernante.102