Todos los sistemas electorales cuentan con umbrales de representación, es decir, con el mínimo nivel de votación que requiere un partido para obtener representación parlamentaria, el cual puede ser fijado de manera legal (formal) o simplemente matemática (efectivo). En algunos casos estos umbrales son un resultado secundario de otras características del sistema electoral, tales como el número total de escaños en dísputa entre partidos o candidatos; en cuyo caso se les considera como umbrales "efectivos". En otros casos, estos umbrales se establecen en la ley electoral que determina al sistema de RP y son, por consiguiente, "formales".
En Alemania, Nueva Zelanda y Rusia, por ejemplo, existe un umbral del 5% por lo que los partidos que no logran alcanzar este porcentaje no tienen derecho a participar en la asignación de escaños de las listas de RP, ver Alemania: El Sistema Original de Representación Proporcional Personalizada, Nueva Zelanda: El Cambio de una Democracia Estilo Westminster a la Representación Proporcional, y Rusia: Un Sistema Paralelo en Desarrollo. Este dispositivo tuvo sus orígenes en el deseo de Alemania por limitar la elección de grupos extremistas y fue diseñado para evitar que partidos demasiado pequeños obtuvieran representación. Sin embargo, tanto en Alemania como en Nueva Zelanda existe una "puerta trasera" para que un partido minoritario obtenga escaños de las listas. En el caso de Nueva Zelanda, un partido debe ganar por lo menos un escaño de mayoría y, en el caso de Alemania, tres escaños para poder superar los requerimientos del umbral. En Rusia, en 1995, no habían rutas de "puerta trasera" y casi la mitad de los votos de lista de partido fueron desperdiciados.
En todo caso, los umbrales legales varían del 0.67% de Holanda (ver Holanda) al 10% de las Islas Seycheles. Los partidos que no obtienen este porcentaje de la votación son excluidos. La existencia de un umbral "formal" tiende a incrementar el nivel general de desproporcionalidad, ya que se desperdician los votos emitidos por aquellos partidos que, sin ese umbral, habrían logrado representación. En Polonia en 1993 aún con un umbral relativamente bajo del 5%, mas del 34% de los votos fueron emitidos a partidos que no cruzaron el umbral (ver Polonia: entre la Fragmentación y la Polarización). Pero en muchos otros casos los umbrales tienen un efecto limitado en los resultados generales y, por tanto, algunos expertos electorales los ven como complicaciones innecesarias y arbitrarias de las reglas electorales que es preferible evitar.