En gran medida, los argumentos más convincentes en favor de la representación proporcional derivan de la forma en la cual el sistema evita los resultados anómalos de los sistemas de mayoría-pluralidad y facilita una legislatura más representativa (ver Desventajas). Como lo demuestran numerosos ejemplos del mundo en desarrollo incluidos en esta guía, para muchas democracias emergentes, particularmente aquellas que enfrentan profundas divisiones sociales, la inclusión en el parlamento de todos los grupos significativos puede ser una condición casi esencial para la consolidación democrática. Si se desea evitar consecuencias catastróficas en estos nacientes sistemas políticos, hay que asegurar la participación tanto de las minorías como de las mayorías (ver el caso de Sudáfrica Sudáfrica: Sistemas Electorales y Manejo de Conflictos).
Generalmente, los sistemas RP son elogiados por las siguientes razones:
Convierten con precisión los votos emitidos en escaños
Los sistemas de RP evitan algunos de los resultados desestabilizantes e "injustos" de los sistemas de mayoría-pluralidad. Se reducen los "escaño de recompensa" para los grandes partidos y los partidos pequeños pueden tener acceso al parlamento sin necesidad de obtener grandes cantidades de votos.
Generan pocos votos desperdiciados
Cuando los umbrales son bajos, casi todos los votos en las elecciones de RP cuentan para la elección del candidato favorecido. Esto incrementa la percepción de los votantes de que vale la pena ir a las urnas el día de las elecciones, ya que pueden tener una mayor confianza de que su voto será significativo en los resultados electorales.
Facilita a los partidos minoritarios el acceso a la representación
A menos que los umbrales sean indebidamente altos o que la magnitud de los distritos sea inusualmente baja, cualquier partido político puede lograr representación en la legislatura, aunque sea con un porcentaje reducido de apoyo electoral. Esto satisface el principio de inclusión, el cual es crucial para la estabilidad en las sociedades divididas y trae beneficios en la toma de decisiones en todas las democracias.
Permite a los partidos presentar listas de candidatos diversificadas.
El incentivo de los sistemas RP por lista reside en maximizar el voto nacional, independientemente de donde provenga. Cada voto, aún los de una área electoral débil, forma parte de un total agregado y sirve para conseguir otro escaño. Si bien este aspecto no debería ser sobredimensionado, la experiencia de Sudáfrica sugiere que la RP por listas brinda la oportunidad de que los partidos propongan listas multi-étnicas y multi-raciales de candidatos.
Estimula la elección de representantes de minorías
Cuando la conducta de los votantes refleja las divisiones sociales o culturales, los sistemas electorales RP de lista ayudan a asegurar que el parlamento incluirá miembros tanto de los grupos minoritarios como de los mayoritarios. Esto sucede porque los partidos pueden ser estimulados por el sistema, a crear listas balanceadas de candidatos, las cuales responden a un completo espectro de intereses de los votantes. Por ejemplo, la Asamblea Nacional Sudafricana, electa en 1994 fue 52% negros (11% Zulú, el resto Xhosa, Sotho, Venda, Tswana, Pedi, Swazi, Shangaan y Ndebele) 32% blancos (1/3 Ingleses, 2/3 Afrikaans), 7% gente de color y 8% de origen indio. El parlamento de Namibia es similarmente diverso con representantes de Ovambo, Damara, Herero, Nama, Baster y comunidades blancas (de habla Inglesa y Alemana).
Hace más probable que las mujeres resulten elegidas.
Los sistemas electorales de RP son más favorables para la elección de mujeres que los sistemas de mayoría. En esencia, los partidos pueden utilizar las listas para promover el desarrollo de las mujeres interesadas en la participación política y permitir el espacio para que los votantes elijan a las mujeres candidatas, sin limitar su opción de voto por otras razones. Tal como fue anotado anteriormente, en los distritos uninominales la mayoría de partidos se ven forzados a proponer como candidatos a personas ampliamente aceptables, las que raras veces son mujeres. Existen muchas evidencias que nos indican que la relación entre RP y la representación de las mujeres proviene de las democracias occidentales, pero actualmente encontramos otras, muy preliminares si se quiere, que sugieren un patrón similar en las nuevas democracias de Africa (Sudáfrica, Mozambique), Centro y Sudamérica (Argentina, Brasil y Costa Rica).
Restringe el crecimiento de "disputas" regionales.
Ya que los sistemas RP recompensan a los partidos minoritarios con una minoría de los escaños, son menos probables de llegar a situaciones donde un solo partido tiene todos los escaños de una provincia o distrito determinados.
Propicia un gobierno más eficiente.
Se argumenta en relación a las democracias establecidas, que los gobiernos electos por métodos RP, son más efectivos que aquellos electos por MR. La experiencia de Europa Occidental sugiere que los sistemas RP parlamentarios, sobresalen por su longevidad gubernamental, participación de voto y ejecución económica. La lógica tras esta afirmación, es que cambios periódicos de gobierno entre dos partidos ideológicamente polarizados, como sucede en los sistemas MR, hacen más difícil la planificación económica a largo plazo, mientras que los gobiernos de amplias coaliciones RP, ayudan a mantener una estabilidad y coherencia en la toma de grandes decisiones, lo que permite el desarrollo nacional.
Hace más visible el poder compartido
En muchas democracias nuevas, el poder compartido entre la mayoría numérica de la población que mantiene el poder político y la pequeña minoría que tiene el poder económico, es una realidad inevitable. Aunque la mayoría numérica domina el parlamento, las negociaciones entre los diferentes bloques de poder son menos visibles, menos transparentes y menos responsables. Se ha argumentado que, particularmente en Africa, la RP al incluir todos los intereses en el parlamento, genera mejores expectativas para que las decisiones sean tomadas de cara al público y por todos los grupos representativos de la sociedad.