Quizás sorprenda que el sistema de DV ocupe el tercer lugar de aceptación entre los 211 países analizados en esta guía, en vista de que impone una fuerte presión sobre la autoridad electoral al tener que llevar a cabo una segunda elección poco después de la primera; incrementa significativamente los costos del proceso eleccionario y alarga el período entre la celebración de las elecciones y la proclamación del resultado. Con ello se puede provocar inestabilidad e incertidumbre.
El sistema de DR también impone una carga adicional al votante, generando a veces una sensible disminución en la votación entre la primera y la segunda ronda. Adicionalmente, el sistema de DR comparte muchas de las desventajas del de MR, sin su simplicidad compensatoria. Varias investigaciones han demostrado que el sistema de DR produce en Francia los resultados más desproporcionados de todas las democracias occidentales.
Ver el estudio de caso de Mali: Un Sistema de Doble Ronda en África.