La rendición de cuentas es una responsabilidad primaria de todo gobierno representativo, en tanto que provee un control sobre los individuos que, una vez elegidos, pretendan traicionar las promesas que hicieron durante la campaña. Un sistema político responsable es uno donde ambos, gobierno y representantes elegidos al parlamento, son responsables frente a sus representados al más alto grado posible. En sentido más amplio, los votantes deben ser capaces de influir en la forma del gobierno, ya sea alterando la coalición de partidos en el poder o sacando del poder al partido gobernante cuando no hayan cumplido con su mandato.
Los sistemas electorales bien diseñados facilitan ambos objetivos. La rendición de cuentas requiere más que una periódica celebración de elecciones nacionales; también depende del grado de rendición de cuentas a nivel geográfico, atendiendo al tamaño y naturaleza territorial de los distritos, ver Delimitación de Distritos, así como también de la libertad de elección de los votantes para escoger a candidatos en vez de partidos, ver Voto Alternativo, y Magnitud de los Distritos. Existen haber métodos suplementarios sobre rendición de cuentas que también pueden ser utilizados: en algunos estados de los Estados Unidos de América, los miembros de la legislatura estatal pueden ser separados de sus puestos si suficientes votantes del distrito lo demandan. En otros lugares se utilizan mecanismos de democracia directa como los referendums.