Las elecciones pueden ser bien organizadas y transparentes, pero a la vez poco significativas para el electorado si, por ejemplo, les resulta difícil ir a votar o, al final del día, consideran que su voto no cuenta para definir la forma en que la nación será gobernada. Las facilidades o comodidades para votar estarán determinadas por factores tales como la complejidad de la papeleta (ver Escrutinio de Votos), el que tan fácil es para el votante llegar a los centros de votación (ver Sitios de votación), el que tan actualizado este el registro electoral (ver Registro de Electores) y la confianza de que su voto sea secreto.
Unido a estas preocupaciones, está el tema más amplio acerca de cuanta influencia puede tener en el resultado final el voto individual. Si un votante sabe que su candidato preferido no tiene oportunidad de ganar un asiento en su distrito, ¿cuál es el incentivo de votar?. En algunos sistemas electorales el número de votos "mal gastados" que no contarían en la elección de un candidato, -a diferencia de los votos no válidos o nulos, los cuales no cuentan en el escrutinio- pueden llegar a formar una proporción substancial del total del voto nacional.
El significado de las elecciones está determinado por la importancia del parlamento elegido. Elecciones huecas, es decir, las realizadas en sistemas autoritarios, donde los parlamentos elegidos tienen poca influencia en la formación de los gobiernos y en sus programas de trabajo, son menos importantes que aquellas mediante las cuales se eligen parlamentos que tienen el poder de determinar aspectos centrales en el quehacer diario de las personas. Pero aún en sistemas democráticos la selección de los sistemas electorales puede influir la legitimidad de las instituciones.
Por ejemplo, entre 1919 - 1946, el Senado australiano fue elegido por un sistema electoral altamente desproporcional, el de voto alternativo en distritos plurinominales, que producía resultados no representativos y parciales. Esto tendió a socavar la legitimidad del Senado mismo ante los ojos de los electores y de los políticos. Algunos observadores argumentan que también socavó el apoyo público hacia otras instituciones del gobierno federal. Después que el sistema se modificó en 1948, dando paso a un sistema proporcional más justo, el de voto único transferible, el Senado comenzó a ser percibido como más creíble y representativo. Así se fue incrementado el respeto hacia éste y su importancia en la toma de grandes decisiones nacionales (ver El Voto Alternativo en Australia ).