Primero y antes que todo, el sistema de DR permite a los votantes tener una segunda oportunidad para elegir a su candidato o cambiar de preferencias entre la primera y segunda ronda. En este sentido, comparte características con los sistemas preferenciales como el VA (ver Voto Alternativo), en el cual se pide a los votantes que coloquen a sus candidatos por orden de preferencia. Al mismo tiempo permite a los electores, si así lo desean, decidirse por una opción distinta en la segunda ronda.
En segundo término, fomenta que intereses diversos se unan alrededor de los candidatos ganadores de la primera ronda, propiciando así que se realicen negociaciones e intercambios políticos entre los partidos y candidatos.
Además, el sistema de DV permite que el electorado reaccione frente a los cambios que ocurran en el escenario político entre la primera y la segunda ronda. Asimismo, mitigan los problemas de "división de voto", una situación común en elecciones por MR, donde dos partidos similares "dividen" entre ellos el voto de su electorado, lo cual abre la posibilidad de que un candidato con menos popularidad gane el escaño. Finalmente, ya que los electores no tienen que ordenar a los candidatos con números que expresen su segunda preferencia, el sistema de DV es más recomendable para países donde el analfabetismo es mas alto, que el de sistemas que usan numeración preferencial como el de VA o el de VUT (ver Voto Único Transferible).