Una ventaja de la transferencia de papeletas es que permite la acumulación de votos de varios candidatos ya alineados, por lo que es posible que se combinen intereses distintos pero relacionados para tener representación. El VA también permite que los seguidores de los candidatos que tienen poca esperanza de ser elegidos puedan influir, a través de sus segundas y subsecuentes preferencias, en la elección de un candidato ganador. Por esta razón, algunas veces se afirma que el VA es el mejor sistema electoral en sociedades profundamente divididas, ya que puede obligar a los candidatos a buscar no sólo los votos de sus seguidores, sino también los de las "segundas preferencias" de otros. (ver Papua Nueva Guinea).
Para atraer estas preferencias, los candidatos deben tener propuestas y convocatorias amplias e incluyentes de todos los intereses y abandonar planteamientos estrechos y sectarios. La experiencia del VA en el ambiente social relativamente estable de Australia tiende a reforzar estos argumentos. Por ejemplo, los partidos grandes generalmente tratan de negociar con los partidos minoritarios las segundas preferencias de sus seguidores antes de la elección, en un proceso conocido como "intercambio de preferencias". Además, debido al apoyo mayoritario requerido, el VA incrementa el consentimiento otorgado a los representantes elegidos y así puede fortalecer su legitimidad.