Malí, ex-colonia Británica en Africa Occidental tuvo una exitosa transición hacia la política multi-partidaria en 1991, después de tres décadas de mandato autoritario. Sobresaliente entre las nuevas instituciones democráticas establecidas entonces, fue la Asamblea Nacional de 129 escaños, 116 escaños elegidos por el electorado doméstico y 13 por Malíes residiendo en el exterior. Los 116 escaños domésticos son distribuidos en base a la población (un escaño por cada 60,000 personas) entre 55 distritos (circunscripciones) correspondientes a las 49 divisiones administrativas del país (círculos) y las seis comunas en la capital Bamako. Debido a las disparidades, las magnitudes de distrito varían de uno a seis asientos por distrito.
Mientras se permite la participación de candidatos independientes, a los partidos políticos se les exige someter listas cerradas con el número de candidatos como escaños hay disponibles, ver Representación Proporcional por Listas. Los votantes ejercitan su elección a través de papeletas categorizadas, para que puedan votar solamente por una lista de candidatos independiente o de partido. Un sistema de carrera-de-mayoría de Dos Vueltas es usado donde sea, en ausencia de candidato independiente o una lista de partido ganador por mayoría absoluta en la primera ronda, solamente los dos líderes finalistas de la primera ronda compiten en la segunda y el ganador se decide por mayoría absoluta, ver Doble Ronda . En el caso de distritos multi-miembros, las dos listas más altas de partido de la primera ronda compiten en la segunda y la lista ganadora obtiene todos los escaños del distrito. Una fórmula similar mayoritaria de Sistema de Dos Vueltas, es utilizada para la elección presidencial. La fórmula de representación proporcional basada en el mayor residuo (Cuota Hare) es usado en las elecciones municipales, ver Fuentes Informativas Adicionales.
Así como en la mayoría de Africa francófona, las nuevas instituciones democráticas en Malí fueron debatidas y seleccionadas en una Conferencia Nacional de amplio consenso, la cual incluía tres representantes de cada uno de los partidos políticos oficialmente registrados, ver Convenciones Nacionales/Asambleas Constituyentes . El sistema electoral que surgió de este proceso, fue un compromiso dirigido a preservar el poder político de los cinco partidos mayoritarios, -al tiempo que se creaban oportunidades electorales para numerosos partidos pequeños- y, balancear los contradictorios mecanismos de asegurar una amplia representación política y producir gobiernos de mayorías estables. El rechazo a la propuesta inicial para usar el Sistema de Dos Vueltas (SDV) en distritos uninominales, pretendía reducir la influencia de notables locales y reforzar el control de partido sobre los candidatos, también anticipaba una potencial inestabilidad política. Sin embargo, la adopción de la fórmula RP, para las elecciones municipales acomodaba a los partidos más pequeños; la mayoría de los cuales carecían de apoyo nacional y estaban basados local o regionalmente.
De manera inversa, se pensaba que un sistema SDV de carrera-de-mayoría para elecciones legislativas, promovería las coaliciones para la segunda ronda entre partidos pequeños y grandes. La adopción de la fórmula Dos Rondas de carrera-de-mayoría para elecciones presidenciales, refleja el consenso en la mayoría de países Africanos de que el Jefe de Estado debe ser apoyado por una mayoría del electorado.
El nuevo sistema electoral de Mali produjo un proceso electoral relativamente justo y competitivo en 1992. En la primera ronda participaron 23 partidos registrados oficialmente, incluyendo tres con bases políticas a nivel nacional: Alianza para la Democracia en Malí (ADEMA), Congreso Nacional de Iniciativa Democrática (CNID) y la Unión Sudanesa-Concertación Democrática Africana (USCDA) y; dos con una base nacional limitada pero con el potencial de convertirse en partidos nacionales, la Concertación para la Democracia y el Progreso (CDP) y el partido Progresista Sudanés (PSP).
El resto tenía bases locales o regionales y no tenían posibilidades de entrar al gobierno nacional sin formar coalición con los otros cinco. La competitividad del sistema se ilustraba en el hecho que sólo 11 de 44 distritos fueron decididos en la primera ronda con los cinco partidos ganando 15 escaños. De los diez partidos contendientes en la segunda ronda, seis lideraban por lo menos en un distrito, pero la lista del partido líder fue vencida en 7 de 44 distritos. De hecho, cada uno de los cinco partidos grandes perdió las elecciones de distrito en la segunda ronda después de liderear en la primera.
Combinado con la entrada de un gran número de partidos pequeños con limitado apoyo electoral, sucedió un fenómeno que es típico de las nuevas democracias establecidas después de un largo período de mandato autoritario, el nuevo sistema de Malí produjo el esperado impacto político en la desproporcionalidad entre votos y escaños y el multipartidismo. Entonces, la fórmula de mayoría de Dos Rondas produjo un alto nivel de desproporcionalidad (entre escaños y votos), un moderado grado de multipartidismo electoral (3.3 partidos electorales efectivos) y un moderadamente bajo multipartidismo legislativo (2.2 partidos legislativos efectivos).
El sistema electoral ha balanceado efectivamente la representación y la gobernabilidad, pero al mismo tiempo ha promovido una oposición parlamentaria viable. Además, el uso de listas cerradas de partido en distritos multi-miembros, ha estimulado alianzas étnicas y regionales entre otrora débiles grupos políticos y socialmente fragmentados. No obstante, muchos problemas se mantienen. Primero, el mismísimo uso de las listas de partido debilita los vínculos del distrito con los representantes elegidos.
Confrontados tambien con fuertes presiones por el trabajo de distrito, muchos MPs han dividido informalmente sus distritos en cotos individuales para esa finalidad. Segundo, la Asamblea Nacional posee solamente una capacidad limitada para chequear la autoridad ejecutiva, ya que institucionalmente sus poderes permanecen relativamente más débiles que la fuerte presidencia ejecutiva. Y finalmente, a este problema se le agrega un gran porcentaje desproporcionado (66%) de escaños ganados por ADEMA, el partido gobernante, debido en parte a la fórmula electoral y en parte a las desigualdades de población entre los distritos y especialmente en distritos rurales.
Estos problemas impulsaron las demandas de la oposición por una reforma electoral. Esto llevó a negociaciones políticas entre los partidos de oposición y ADEMA lo cual produjo acuerdos en tres temas antes de las elecciones de Abril de 1997: el uso de formulas RP para distribuir algunos escaños de la Asamblea Nacional -lo cual fue declarado inconstitucional por las Cortes posteriormente-; un incremento del 27% en el tamaño de la Asamblea Nacional de 116 a 147, con una reducción en distritos uninominales y, un aumento correspondiente en los distritos multi-miembros, dándoles potencialmente a los partidos de oposición, un grado de ventaja electoral y la creación una Comisión Electoral ampliamente representativa. No obstante, la Comisión no estaba preparada para llevar a cabo la compleja tarea del manejo de la elección. Los problemas logísticos y administrativos resultantes, provocaron demandas de la oposición para anular las elecciones legislativas de 1997, con lo cual ADEMA estuvo de acuerdo, aunque avances anticipados predecían su victoria.
El hecho que estos cambios en el sistema electoral fueron negociados, certifica el éxito de la nueva democracia de Malí en la solución pacífica de conflictos políticos. Tambien indica que la elección y reforma de las nuevas instituciones democráticas no son predeterminadas, sino resultados negociados de los cuales las futuras consecuencias políticas son bastante obscuras. Hasta que grado llegarán las recientes reformas del sistema electoral de Malí, una vez se logre el efecto deseado, todavía está por verse.