Desde que existen los medios de comunicación han reportado sucesos políticos, pero en la mayoría de las regiones del mundo su papel central en las elecciones constituye un desarrollo muy reciente.
En muchos países, las elecciones libres son en sí mismas un fenómeno novedoso. En vastas porciones de África y Asia que alguna vez estuvieron bajo poder colonial, las elecciones libres y soberanas constituyen un desarrollo que data de la segunda mitad del siglo XX, mientras que para algunos países del antiguo bloque soviético constituyen incluso experiencias más recientes. Incluso los países de Europa Occidental y América Latina solo se democratizaron plenamente pocos años antes o después de la Segunda Guerra Mundial, cuando extendieron a las mujeres el derecho al voto.
Estados Unidos sólo terminó de remover todas las limitaciones al derecho al voto en los 60´s. La tradición democrática de América Latina fue opacada por una historia de dictaduras militares, particularmente entre las décadas de 1960 y 1980, un desarrollo que fue replicado en muchos países de África y Asia. Algunos países, particularmente en Europa y Norte América, tuvieron una vigorosa libertad de prensa incluso cuando el sufragio estaba limitado. Otros desarrollaron medios independientes solo a medida que lucharon por establecer un sistema de gobierno popularmente elegido.
Europa, América del Norte y América Latina desarrollaron una teoría de los medios como un "cuarto poder", en tanto fiscalizadores de las actividades de los gobiernos. Este enfoque se ha ido incorporando de manera creciente a la legislación internacional, aunque la práctica ha estado lejos de cumplir ese ideal. Generalmente, una prensa independiente evoluciona a la par del desarrollo más amplio de las libertades políticas.
Hasta un pasado relativamente reciente, la prensa escrita era el único medio masivo. Tenía un alcance limitado, por la simple razón de que el alfabetismo funcional solo se extendía a una minoría. Por tanto, el desarrollo de las telecomunicaciones provocó una revolución en la comunicación de las ideas políticas a una audiencia masiva. Todavía en muchos casos el alto potencial de la radio y la televisión resultaba intimidante para muchos administradores de telecomunicaciones.
La Corporación Británica de Telecomunicaciones (BBC) aplicó una "regla de 14 días" que prohibía la cobertura de cualquier asunto que fuera a ser debatido en el Parlamento durante las dos semanas previas. No fue sino hasta 1951 que se transmitieron las primeras imágenes de elecciones partidistas. Los bloqueos obligatorios en la cobertura de las elecciones durante los días previos a la votación que subsisten en países como Francia, constituyen una reliquia de aquellos tiempos, cuando los medios parecen salir de su curso para no influir en los resultados de la elección.
Los tiempos han cambiado. El conocimiento heredado es que las elecciones contemporáneas son dominadas por la televisión, un desarrollo que tiene sus orígenes alrededor de 1960, fecha del primer debate histórico por televisión entre los candidatos presidenciales de los Estados Unidos. Pero esta percepción sólo es parcialmente precisa. La mayoría de la población mundial no mira televisión, porque carece de electricidad o porque no cuenta con un aparato receptor. No se trata de un fenómeno característico de las dictaduras, después de todo la mayor democracia en el mundo es la India. En esos países la radio sigue siendo el medio de comunicación más importante.
Pero incluso en aquellos países en que la televisión domina el debate político, éste ha sido un fenómeno muy reciente. En muchas naciones de Europa Occidental, las telecomunicaciones comerciales solo fueron legalizadas en la década de 1980 y la cobertura televisiva de las elecciones sigue estando altamente regulada, como un legado de los largos años de control estatal sobre las telecomunicaciones.
Para todos los discursos sobre la "globalización" y ..., mucho de lo que pasa por los medios durante épocas electorales será fácilmente reconocible para una generación previa de electores, acostumbrados a un estilo de campañas políticas a través de reuniones y asambleas públicas. La tradición estadounidense de propaganda pagada en televisión, derivada de las técnicas más sofisticadas de la Avenida Madison, es muy importante, pero no es dominante a escala mundial. La tradición europea de telecomunicaciones más reguladas todavía goza de muy amplia aceptación, sobre todo en épocas electorales. Esto tiende a favorecer a los mensajes y debates políticos más prolongados frente a los destellos de sonido más apresurados.
De acuerdo con un afamado teórico "el medio es el mensaje". Pero no hay duda que durante las elecciones una variedad de mensajes diferenciados son comunicados por el mismo medio. Los debates más célebres en la historia electoral estadounidense fueron los sostenidos por Kennedy y Nixon en 1960 y entre Lincoln y Douglas un siglo antes. Aquel fue el precursor de la era de elecciones televisadas. Pero lo más sorprendente es que las similitudes entre ambos debates fueron mayores que sus diferencias.