Los partidos políticos están en la
mejor posición para evaluar el ambiente político, identificar los obstáculos
para las campañas libres, y comprender las dimensiones políticas del sistema
electoral en sí. Esto es especialmente cierto cuando se trata de partidos que
pueden establecer su presencia en todas las mesas de votación el día de las
elecciones. Los monitores de los partidos políticos son, por lo tanto, un
componente esencial para mantener la integridad electoral.[1]
Los partidos políticos que compiten en
una elección son los que designan monitores (representantes) el día de la
votación. En la mayoría de los sistemas se les da la autoridad no sólo de
monitorear el proceso electoral de manera pasiva, sino de intervenir de algún
modo (como presentar objeciones o no estampar su firma en la documentación
electoral) si creen que los requisitos legales no son respetados.
También contribuyen directamente al
proceso administrativo firmando hojas de conteo y otros materiales electorales
para validarlos, y participando en los procedimientos de la votación y el
conteo de votos. Este es un rol voluntario en la mayoría de los países, puesto
que la votación y el conteo deben seguir adelante inclusive si no hay monitores
de partidos políticos presentes. Ahora bien, en muchos países, los
representantes de los partidos políticos son, de hecho, los funcionarios
acreditados en las mesas de votación.
Los roles que desempeñan los monitores
de los partidos políticos y los candidatos difieren. Los candidatos hacen
campañas, trabajan para convencer a los electores de apoyarlos. Los monitores
son observadores y no deben tratar de influir a quienes observan. El monitoreo
debe realizarse de manera profesional, y los representantes de los partidos políticos
deben evitar adoptar un enfoque abiertamente partidario en sus actividades.
Esto es especialmente cierto debido a que tales acciones podrían hacer creer a
los electores que la secrecía de su voto se vería comprometida debido a la
presencia de dichos representantes en los sitios de votación.
La mera presencia de los candidatos en
un sitio de votación puede crear una atmósfera de tensión y conflicto.
Inclusive si los candidatos no se comportan de manera propiamente amenazante,
los electores pueden sentirse intimidados por su presencia y desconfiar de que
el secreto de su voto se respete, particularmente en áreas caracterizadas por
conflictos y violencia entre partidos.[2] Esto
es especialmente cierto en la situación donde tales candidatos son al mismo tiempo
políticos electos u oficiales gubernamentales. Por esta razón, las normas
electorales deben prohibir, de acuerdo a la práctica internacional, la
presencia de candidatos en las mesas de votación y evitar que los oficiales del
gobierno (incluidos los de nivel local) realicen algo más que una breve visita.
Los agentes
de los partidos o candidatos que estén bien capacitados sobre los diversos
aspectos de las leyes y reglamentos electorales podrán monitorear de mejor
manera los procedimientos y proteger, de forma más directa, los intereses de su
partido o candidato. El papel de los agentes de partido es considerablemente
distinto al de los observadores partidistas, ya que la cantidad de agentes en
las instalaciones electorales suele ser mucho menor y son ellos quienes, en
general, tienen la potestad para interponer inconformidades, y darles
seguimiento, frente a las autoridades electorales.
En todo caso, el rol de ambos será
constructivo sólo si entienden exactamente lo que se espera de ellos, cuáles
son sus derechos y responsabilidades, y qué es lo que no se les permite hacer.
Los partidos políticos deben asegurar que cada uno de sus agentes u
observadores esté capacitado de manera apropiada, y preparado para cumplir con
el código electoral de conducta y con todas las normas aplicables.
Para proteger la integridad del proceso
y los intereses de sus partidos y candidatos, los monitores pueden, de acuerdo
con las leyes y reglamentos específicos, realizar las siguientes tareas:
- Verificar las listas del registro electoral para
asegurarse de que sean precisas, que los electores no estén registrados más de
una vez y que no se haya registrado a ninguna persona que no sea elegible. Los
monitores de los partidos políticos presentes en las instalaciones donde se
registren los electores, pueden observar también si es que los simpatizantes de
su partido han podido registrarse sin interferencia u otros problemas.
- Realizar preguntas tan pronto como ocurra algo
irregular o sospechoso durante el registro, la votación o el conteo de los
votos. Si no se recibe una respuesta aceptable por parte de las autoridades
electorales, se debe realizar una queja por escrito y presentarla en ese
momento. Esto se puede hacer a través del proceso oficial de quejas, usando los
debidos formularios y adjuntando toda la documentación de apoyo requerida.
También se puede enviar una copia de la queja al monitor del partido político o
del candidato, a los observadores nacionales e internacionales y (de manera
indirecta) a los medios.
- Firmar los registros de votos y las hojas de conteo
para certificar la exactitud de la información en los reportes. Si existe
alguna discrepancia entre el reporte oficial y lo que los monitores observaron,
estos últimos pueden asentar su desacuerdo en el formulario oficial, e incluso
rehusarse a firmar. Los monitores también deben obtener una copia válida de
todo reporte de la votación que hayan firmado.
- Realizar un conteo de votos paralelo basado en las
copias de los formularios de conteo recolectados de cada mesa de sufragio
monitoreada. El conteo paralelo se puede comparar con los resultados oficiales
y los monitores deben reportar cualquier discrepancia inmediatamente, a través
del mecanismo de quejas oficiales. Las copias de los formularios de conteo
cuestionadas se deben adjuntar a la queja. A los observadores nacionales e
internacionales, así como a los medios de comunicación, podría
proporcionárseles una copia de la queja.
- Validar los materiales electorales para certificar
que son oficiales y que están en orden.
- Firmar el resultado oficial para certificar su
precisión.
[1]
Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia
Electoral. The Future of
International Electoral Observation: Lessons Learned and Recommendations, 1999.
[2] Ver, por ejemplo, Electoral
Commission of South Africa, “Code of Conduct for Political Parties,” Election
Administration Manual of South Africa, Cap. 5, 1995, p. 28.