Si
la administración electoral no cuenta con el personal adecuado, puede enfrentarse
a problemas de integridad derivados de la ignorancia o la equivocación.
Contratar a la persona adecuada para un trabajo hará que el sistema funcione
mejor, eliminando muchos posibles problemas de integridad. La persona adecuada
generalmente es alguien con experiencia, actitud y formación profesional. La
persona adecuada también es honesta y defiende los principios de la conducta
profesional.
Para
producir un organismo de administración electoral con un personal profesional,
honesto y dedicado, se deben tomar en cuenta los siguientes factores:
Desarrollar un procedimiento estricto para reclutar
personal
Es
uno de los primeros pasos que un organismo de administración electoral debe hacer
es determinar su estructura interna y su procedimiento para reclutar personal.
Con este fin, los administradores electorales pueden elaborar un organigrama para
delimitar las responsabilidades de las diferentes áreas y de los miembros del
personal.
La
mayoría de las áreas de un organismo de administración electoral se forman de
acuerdo con la función que desempeñan y las responsabilidades que cumplen –
gestión, administración interna (incluidos los recursos humanos), finanzas,
operaciones, servicios jurídicos, apoyo técnico y relaciones públicas. Planear
el reclutamiento del personal y los procedimientos de trabajo pueden facilitar
el desarrollo de un modelo de reclutamiento racional. Una declaración de
objetivos claros para cada área y funcionario puede evitar problemas de
integridad que se puedan suscitar si estos no tienen claras sus
responsabilidades, así como la duplicidad de tareas.
Distribuir
el organigrama a todos los empleados garantiza que todos sepan cómo encajan
dentro de la estructura general, cómo funciona la cadena de mando, cuáles son
sus responsabilidades, a quién deben informar y cómo fluye la información a
través del sistema.
Un
organigrama puede ayudar a mantener la integridad en el proceso de contratación
debido a que indica a los administradores de recursos humanos cuántas personas
se deben contratar, cuáles son los requisitos para una posición en particular y
quién es el supervisor de esa posición. Debido que un organigrama también
clasifica al personal de acuerdo con sus responsabilidades, permite que cada
posición se clasifique en una escala profesional y salarial. Si se ciñe a este
sistema, puede ayudar a garantizar que se contraten personas calificadas para
la posición correcta y que reciban una remuneración proporcional a su nivel de
trabajo.
Un
organigrama puede servir como una herramienta de monitoreo porque precisa el
supervisor para cada miembro del personal. La supervisión del personal es otro
elemento importante para salvaguardar la integridad electoral.
Reclutar a través de la competencia
La
integridad requiere que se reclute personal basándose en el mérito, y no en el
favoritismo. Publicar los puestos vacantes es una forma de invitar a las
personas con capacidades adecuadas a presentar solicitudes. Se debe dar tiempo
suficiente para que la información se difunda y para que las personas
interesadas puedan postularse.
Establecer las políticas del personal por escrito
La
integridad requiere de políticas de personal estandarizadas para garantizar que
todos los empleados sean tratados de manera igualitaria y que conozcan sus
derechos y responsabilidades. Las políticas se deben escribir y distribuir
entre todos los empleados.
La
mayoría de los empleadores del sector público, incluidos los administradores
electorales, incorporan normas de conducta profesional y un código de ética en
sus políticas de contratación, administración y retención de personal. Generalmente
se especifican las sanciones por infracciones al código.
Ofrecer
salarios competitivos al personal profesional
La
nómina es una parte importante de un presupuesto electoral y generalmente se
mantiene al mínimo cuando los fondos son bajos. Sin embargo, la remuneración baja
de los trabajadores electorales puede crear problemas de integridad, como:
- menor productividad, retrasos o huelgas;
- la tentación de que los empleados usen su posición como un medio para
complementar sus ingresos al exigir cuotas o aceptar gratificaciones, sobornos
o regalos;
- robo de suministros o del equipo necesario para llevar a cabo una elección por
parte de los empleados;
- la posibilidad de que los empleados dejen de entregar el material electoral
(tales como las listas de electores, las hojas de registro o las papeletas)
para apoyar las peticiones
de pago;
- el peligro de que los empleados descontentos acepten pagos para manipular el
proceso, o cierren los ojos ante las irregularidades.
Los
empleados inconformes han sido una fuente principal de problemas de integridad
en muchas elecciones. Por ejemplo, en las elecciones del año 2000 en Haití, los
trabajadores electorales de los distritos del norte se negaron a recibir
capacitación a menos que recibieran mejores salarios. El resultado fue que los
materiales electorales no pudieron entregarse a las mesas electorales hasta la
mañana de las elecciones.
Proporcionar capacitación
Los
trabajadores electorales deben estar debidamente capacitados para que puedan
promover la integridad en lugar de causar problemas de esta índole. Además de
comprender cómo hacer su trabajo, los trabajadores necesitan conocer los
problemas generales de integridad y los mecanismos de control del sistema para
salvaguardarla. La integridad del proceso electoral se reforzará si los
trabajadores electorales se familiarizan con el proceso de denuncias y se les alienta
a hacer sugerencias para mejorar el sistema. Una buena capacitación puede
reducir considerablemente los errores que son la causa de muchos problemas de
integridad. También ayuda a impedir los intentos por debilitar el sistema, debido
a que hace que los empleados y los empleadores conozcan los mecanismos de
control en curso y cómo usarlos.
Garantizar la supervisión
Una
supervisión eficaz es otra herramienta para promover la integridad y la buena administración.
Puede ayudar a garantizar que los empleados hagan su trabajo de manera efectiva,
y de la manera profesional y ética necesaria para elecciones libres, justas y
creíbles. Los supervisores pueden identificar a los empleados y las áreas
problemáticas, y garantizar que se tomen las medidas correctivas necesarias.