Es conveniente distinguir entre dos enfoques distintos: el modelo opuesto y el modelo burocrático. Hasta 1997, la regulación de las elecciones británicas estuvo basada en el modelo opuesto. Canadá, Australia, y los Estados Unidos son ejemplos del modelo burocrático. En la práctica las distinciones no son absolutas, pero sin embargo son lo suficientemente reales.
Inglaterra
En Inglaterra, relativamente ha habido muy poca regulación del comportamiento interno de los partidos políticos. Las decisiones acerca de los procedimientos correspondientes a la selección de candidatos para las elecciones parlamentarias y de gobiernos locales, normalmente se han dejado en manos de los propios partidos. Más aún, generalmente se ha dejado en manos de los candidatos y partidos rivales la facultad de iniciar procesos legales en contra de los otros; si consideran que las leyes referentes a los gastos electorales de los candidatos han sido violadas, o si están convencidos de que sus oponentes son culpables de otro tipo de asuntos que involucren prácticas ilegales o corruptas.
Bajo estas circunstancias, la Oficina Local, el ministerio de gobierno responsable de la conducción de las elecciones, ha estado relativamente inactiva. Sólo una pequeña parte del personal en la oficina central de Londres ha sido asignada para atender estos asuntos. Por lo tanto, la responsabilidad diaria del manejo electoral ha sido designada a los oficiales del gobierno local. Pero tampoco ellos han tomado la iniciativa de darle seguimiento a las acusaciones de supuestos delitos a la ley electoral. Se ha delegado esta responsabilidad a los oponentes demandantes. Sin embargo, los candidatos y los partidos políticos algunas veces los han disuadido para presentar estas quejas ante la corte debido a los altos costos que ésto implica.
En países que siguen un "modelo burocrático" normalmente hay una oficina especial responsable de administrar las elecciones. La oficina tiene el personal adecuado. Es lo más lejano a lo pro-activo. Regularmente la oficina electoral emitirá propuestas y lineamientos contenidos en la materia de la ley electoral que no están claramente especificados, por lo que los partidos políticos y los candidatos conocerán anticipadamente lo que está o no permitido. Probablemente la oficina electoral puede ser más activa llevando asuntos legales en contra de partidos y candidatos que aparentemente han cometido delitos. Esto releva a los candidatos opositores de la responsabilidad y costo de realizarlo.
Bajo el modelo burocrático, la administración puede ser altamente o menos centralizada. En la versión menos centralizada, hay burocracias electorales independientes en un nivel sub-nacional (como en Canadá). En otras versiones, la oficina electoral nacional ha adoptado ampliamente las responsabilidades de administrar un establecimiento de oficinas locales y regionales.
Ventajas de los enfoques alternativos
Dentro de las ventajas que ofrece el modelo burocrático están la claridad a los candidatos y partidos, y que les releva en el pago de los costos y de la carga de llevar los juicios contra sus oponentes. Podría decirse que también produce una más efectiva y cuidadosa administración. Además, el modelo opuesto trate con legislaciones relacionadas por ejemplo, con los límites establecidos a nivel nacional sobre los gastos de partido. Una legislación de esta naturaleza hace necesario el establecimiento de algún sistema centralizado de control de partidos, y por tanto hace al modelo burocrático mucho más adecuado.
Desventajas de los enfoques alternativos
El modelo burocrático también tiene desventajas:
- Una agencia independiente que favorece la administración electoral aparentemente adquiere su propio momento burocrático e intenta incrementar su personal más allá de su tamaño óptimo. Esto podría ser costoso para los contribuyentes.
- La agencia electoral está sujeta a presión política. Enfrenta la amenaza de que si inicia un juicio que sea poco popular entre los líderes de la legislatura, ésta podría restringir sus fondos. Más aún, la designación de altos oficiales por parte de la agencia puede convertirse en un punto de controversia entre los políticos. Si se alcanza un compromiso acerca de estos nombramientos, -donde cada uno de los principales partidos políticos tenga una participación-, el proceso de -toma de decisión- dentro de la agencia puede politizarse.
- Aunque los lineamientos y las propuestas pueden ser de gran ayuda para los organizadores de partidos y candidatos, éstos también deben ser altamente detallados y técnicos. Esto hará difícil a los candidatos acceder con las regulaciones sin emplear equipos de abogados y contadores costosos. Más aún, la complejidad burocrática dañará tanto a los nuevos, como a los pequeños partidos.
- La sobrecentralización del manejo electoral podría también dificultar la experimentación.