Introducción
Las elecciones no solo deben ser libres, también deben ser justas y "genuinas". Así lo consagran, sea de manera breve o detallada, diversos instrumentos internacionales, tales como la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos de 1948 (Artículo 21), el Convenio sobre Derechos Civiles y Políticos de 1966 (Artículo 25), la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969 (Artículo 23), y la Convención Africana sobre los Derechos de los Pueblos de 1981 (Artículo 13).
El requisito fundamental de estos documentos es que los gobiernos deben ser elegidos mediante elecciones libres en las cuales el derecho a votar sea universal e igual. El término "libre" se refiere a las formalidades del proceso electoral. Los candidatos no deben ser tratados de manera violenta o coercitiva por las autoridades del gobierno; los votantes no deben enfrentar restricciones físicas para emitir sus votos.
Sin embargo, la mayoría de los instrumentos internacionales más importantes también exigen que las elecciones sean "genuinas" o justas. El término "genuino" es incluido porque es posible que una elección sea formalmente libre (por lo que hace a la votación y a otros procedimientos) y ser, sin embargo, muy injusta. Por ejemplo, el partido gobernante puede usar restricciones a la prensa escrita como excusa para limitar la circulación de periódicos o literatura de oposición. El partido gobernante puede usar medios corruptos para obtener fondos de campaña desmesurados. O puede emplear injustamente su control sobre la televisión para evitar o restringir que los partidos de oposición presenten sus mensaje a los votantes.
La conclusión simple es que la "libertad" formal de los procedimientos electorales es necesaria pero no suficiente. Los principios que destacan la equidad y el carácter genuino de las elecciones serán el centro de atención de esta sección.
Si bien términos tales como "justo" y "genuino" parecen simples y obvios a primera vista, su significado es en realidad complejo. Las disputas acerca de su significado no son solo materia de discusión teórica para académicos encerrados en su torre de cristal; afectan vitalmente las decisiones prácticas relacionadas con la regulación de partidos y candidatos.
La importancia práctica de los debates acerca del significado de lo "justo" se puede apreciar en la variedad de interpretaciones sobre lo que constituye una "justa" distribución de los tiempos de transmisión entre los diferentes partidos en la campaña que precede a una elección nacional. ¿"Justo" significa una distribución igualitaria del tiempo entre los partidos independientemente de su tamaño? En otras palabras, ¿es "justo" otorgar el mismo tiempo de transmisión a los partidos pequeños que a los grandes? ¿Es "justo" asignar a los partidos recién formados una dotación mayor de tiempo bajo el argumento de que requieren más que el otorgado a los partidos establecidos para dar a conocer sus políticas y programas? ¿Es "justo" darle una mayor cantidad de tiempo a los partidos que obtuvieron una mayor votación en las elecciones precedentes ? Y así sucesivamente.
Algunos principios guía
Algunos de los principios guía convencionales de una elección genuina son:
Equidad en la contienda electoral
La idea de equidad es básica para las prácticas democráticas. Aún así, el término puede adquirir significados contradictorios. Entre ellos:
- Igualdad de resultado (v.gr. todos los partidos deben tener el mismo tiempo gratuito de transmisión en televisión);
- La equidad como sesgo deliberado en favor de los partidos pequeños u opositores (v. gr. los partidos pequeños deben contar con mayores tiempos de transmisión gratuita porque son los que más lo necesitan).
- La equidad basada en el grado de respaldo electoral de cada partido (v.gr. el tiempo en televisión debe ser proporcional al porcentaje de votación obtenido por cada partido), ver Condiciones de Equidad en la Contienda.
Libertad de expresión
Un debate democrático no puede llevarse a cabo a menos que se les permita a los ciudadanos y a los políticos expresar lo que piensan. Pero hay límites razonables a la libertad de expresión. Por ejemplo, ¿debería permitirse a los ciudadanos hacer acusaciones calumniosas? ¿Debería permitírseles predicar la violencia y el odio racial? ¿Deberían los debates políticos inmiscuirse en la vida personal de los políticos y de sus familias? Ver Libertad de Expresión.
Prevención del fraude y la corrupción
El engaño y el soborno destruyen el proceso democrático, ver El Control del Fraude, la Corrupción y las Prácticas Injustas.
Participación
De acuerdo con un punto de vista común, la calidad de la democracia depende de hasta que punto los votantes ejercen su derecho a votar y a tomar lugar en la vida pública. Es saludable que las membresías de los partidos políticos sean grandes y activas y que la asistencia a las reuniones políticas sea alta. De acuerdo con un punto de vista alternativo, no importa si los ciudadanos participan realmente en la política, lo realmente importante es que tengan el derecho de hacerlo, independientemente de si lo ejercen o no, ver Participación Política .
Democracia interna de los partidos
Desde un punto de vista, es importante que los partidos políticos lleven a cabo sus propios asuntos de manera democrática, confiriéndole a los miembros los debidos poderes sobre sus líderes, ver Fomentando la Democracia Interna de los Partidos .
Transparencia
Es posible sostener que el secreto engendra la corrupción. Por lo tanto, las finanzas de los partidos políticos y de los candidatos, así como otras cuestiones partidistas, deberían estar abiertas al escrutinio público. Un punto de vista contrastante es que los ciudadanos tienen el mismo derecho de privacidad en lo que concierne a las aportaciones financieras que pueden hacer a los partidos y candidatos, como al momento de emitir su voto. Después de todo, votar es ahora un acto secreto, ver Asegurar Transparencia y Apertura .
Rendición de cuentas
De poco sirve contar con normas de conducta relativas a la organización de los partidos y las elecciones si se carece de medios para verificar su cumplimiento, ver Rendición de Cuentas.
Pesos y contrapesos
Deber existir un marco de pluralismo dentro del sistema político afecto de que haya incentivos para que un partido revele los abusos de un partido opositor, o para que la prensa actúe como un contrapeso de los políticos, ver Frenos y Contrapesos.
Conflicto entre principios
En el mundo real, los tomadores de decisiones políticas se enfrentan constantemente con problemas derivados de las contradicciones entre los diferentes objetivos y principios. Es obvio que algunos de los principios que han sido listados entran probablemente en contradicción entre sí, ver Tiempos de Transmisión en Medios Electrónicos, Asignación de Tiempo/Reparto de Recursos , y Justicia frente a Libertad de Expresión. Esto se ilustra con varios ejemplos.
Participación política vs. combate a la corrupción
La corrupción, el fraude, la intimidación y cualquier otra forma de conducta indebida dañan el proceso electoral. El control de la corrupción frecuentemente requiere de estrictas medidas de control. Sin embargo, un producto derivado de estas medidas será el control y, por lo tanto, la limitación de la participación política. Si el fraude y la corrupción aparentemente son problemas menores, entonces sería razonable tener un régimen de regulación flexible que incorpore tan pocas barreras como sea posible a la participación política. En contraste, si la corrupción y el fraude están muy extendidos o los riesgos se vuelven dominantes, entonces estarán justificados unos controles rígidos, aún y cuando dificulten la participación.
Algunas veces este problema es referido como el conflicto entre regímenes de regulación "exclusivos" e "inclusivos".
En un régimen "incluyente", las reglas para nominar a un candidato son relativamente flexibles. Cuando hay confianza en que la lista de nombres que respalda la solicitud de nominación es genuina, habrá poca necesidad de que los administradores electorales hagan un revisión exhaustiva de ellos. El calendario para presentar nominaciones puede entonces ser diseñado para permitirlas hasta un poco antes de la fecha de votación.
En un régimen "excluyente", las reglas referentes a la nominación de candidatos son más estrictas. El calendario electoral dará una mayor oportunidad para que los oficiales electorales hagan una revisión más minuciosa de las listas de nombres de los votantes que respaldan cada nominación para asegurar que las firmas no han sido falsificadas.
Participación política contra transparencia
De acuerdo con un argumento común, las donaciones a los partidos políticos y a los candidatos deberían ser públicamente declaradas, ver también Revelación Pública de las Donaciones Políticas. La necesidad de revelar públicamente la información y de la transparencia se aplican con especial fuerza, de acuerdo con este punto de vista, a las grandes donaciones. La política de exigir transparencia financiera está justificada por el argumento de que esta previene o evita la corrupción y cualquier tipo de "influencia especial". También proporcionará información a los votantes acerca de las fuerzas financieras detrás de cada partido y candidato. Esta información puede influir para que los electores cambien su elección.
Sin embargo, la imposición de reglas que requieren de la revelación financiera tendrá un costo. Si se requiere que los candidatos potenciales hagan públicas sus declaraciones de impuestos y sus ingresos por negocios privados, y si además se les pide revelar los negocios de su cónyuge y otros miembros de la familia, esto puede actuar como un poderoso desincentivo. La excesiva severidad en las reglas de revelación puede impedir que muchas personas traten de ser candidatos.
De igual forma, los potenciales donantes a los partidos políticos podrían desear, por buenas razones, que no se tengan que incluir en una lista pública sus contribuciones o donaciones políticas. La reglas de transparencia podrían, por lo tanto, limitar esta forma de participación política.
La libertad de expresión contra la equidad en la contienda electoral
(Ver también Libertad de Expresión y Justicia frente a Libertad de Expresión)
La libertad de expresión involucra no únicamente el derecho de conversar con la familia, los amigos, y los vecinos, sino también la libertad de organizar y dirigir reuniones públicas, y de producir y circular literatura y propaganda política.
No representa ningún costo hablar con los miembros de la familia o los vecinos. Sin embargo, muchas formas de libertad de opinión implican gastos. Si un activista político planea una visita a otra área de la ciudad o del país e invertir algún tiempo para hablar con los votantes, esto representara costos de viaje, alimentos y alojamiento. Las reuniones públicas podrían requerir de gastos para contratar un sitio apropiado y la publicidad. Y no sería posible imprimir literatura política sin pagar por ello (o sin aceptar lo que es efectivamente una "contribución en especie" del impresor).
Ya que el ejercicio de la libertad de expresión frecuentemente requiere de dinero, los partidos y los candidatos con los mayores recursos financieros tendrán posibilidad de llegar de manera más efectiva a los votantes que aquellos con menores recursos. Se puede argumentar que los candidatos más ricos tienen una ventaja injusta. Con el fin de eliminar o reducir esta injusticia, y crear "equidad en la contienda electoral", usualmente se han incluido regulaciones para restringir el papel del dinero en las elecciones. Algunas veces (como en las elecciones para cargos federales en los Estados Unidos), hay un techo legal a las aportaciones individuales; algunas veces (como en Francia o Canadá), hay un tope para la cantidad que un partido o candidato tiene permitido gastar.
Los límites a las contribuciones financieras, así como a los gastos de los partidos y los candidatos, son diseñados para promover la equidad en la contienda electoral. Pero tienen el indudable efecto de limitar la libertad de expresión. Los tomadores de decisiones políticas deben balancear dos principios validos, pero mutuamente contradictorios.
Resumen
La complejidad de los principios guía está resumida en Condiciones de Equidad en la Contienda, Libertad de Expresión, El Control del Fraude, la Corrupción y las Prácticas Injustas, Participación Política , Fomentando la Democracia Interna de los Partidos , Asegurar Transparencia y Apertura , Rendición de Cuentas y Frenos y Contrapesos. Además de las diferencias de juicio sobre cómo deben ser resueltos, los principios mismos están abiertos a interpretación y debate.
Se argumentaría que:
(a) De los ocho principios bajo consideración, tres son básicos: Condiciones de Equidad en la Contienda, Libertad de Expresión, El Control del Fraude, la Corrupción y las Prácticas Injustas. Aunque poco controversiales en si, algunos de ellos no están completamente libres de ambigüedades o limitaciones. En particular, el término "equidad" puede tener diferentes significados y es por ello citado como campo de batalla por quienes critican las medidas prácticas que generan conflicto. Evidentemente, la Libertad de Expresión puede estar sujeta a ciertas limitaciones, pero también hay un desacuerdo legitimo acerca de su naturaleza y alcances.
(b) Dos de los principios guías son controvertidos. Está abierta a discusión su inclusión en la lista. Estos son:
Participación Política y Fomentando la Democracia Interna de los Partidos .
c) Los tres principios guías restantes son instrumentales. No son necesariamente deseables en sí mismos pero sin duda son necesarios para alcanzar otros objetivos. Nos referimos a Asegurar Transparencia y Apertura , Rendición de Cuentas y Frenos y Contrapesos.