La regulación de partidos y candidatos es afectada significativamente por el contexto social y político en que se celebran las elecciones. Es útil distinguir los distintos tipos de influencias.
Las influencias sociales frente a las influencias políticas
Existe un gran debate entre los científicos políticos acerca de la influencia relativa de las reglas políticas y las estructuras sociales de cada país en el número de partidos políticos y la forma en las que operan.
Por ejemplo, los países de Europa continental tienen sistemas multipartidistas, mientras que Gran Bretaña, los Estados Unidos y algunos países miembros de la antigua comunidad británica tienen uno que se aproxima al sistema de dos partidos. ¿Resulta esto de las reglas políticas establecidas en estos dos conjuntos de países -es decir, del hecho de que los sistemas de los Estados Unidos y el de G.B. se basen en elecciones por mayoría relativa en distritos uninominales, mientras los de los países europeos continentales han tendido a contar con sistemas de representación proporcional? ¿O el multipartidismo continental resulta de factores sociales, particularmente de la fragmentación social en estos países de acuerdo con divisiones lingüisticas, religiosas y de clases?
Para efectos del estudio de la regulación de partidos y elecciones, los detalles de este debate son menos importantes que las conclusiones del sentido común que dicen que ambos factores son importantes, tanto el social como el político.
Por ejemplo, en los sistemas de mayoría relativa o pluralidad, las regulaciones tienden a involucrar más a los candidatos individuales para puestos legislativos que a los partidos políticos. Esto se debe a que las elecciones toman la forma de una contienda en distritos uninominales (de un solo miembro). Bajo la representación proporcional, las elecciones son esencialemnte un concurso entre partidos. De ahí que los partidos requieran registrarse, y sus organizaciones a nivel central y regional tengan una mayor influencia sobre la nominación de candidatos.
Las instituciones políticas tienen otros efectos en la regulación de las elecciones. Si las elecciones se llevan a cabo en fechas predeterminadas, su administración será diferente a si son convocadas con cierta premura por el gobierno en turno. Por ejemplo, la imposición y administración de los límites de gastos de campaña sobre candidatos y partidos planteará diferentes problemas de acuerdo a si el parlamento tiene o no una duración preestablecida. Obviamente, la regulación tambien será afectada dependiendo de si hay o no elecciones presidenciales o legislativas. Y así sucesivamente.
También hay importantes influencias sociales en las tareas de administración y regulación. Algunas de estas son tan básicas como la cuestión de la densidad poblacional. En Canadá, los partidos y las elecciones deben ser administradas tanto en grandes concentraciones de población, Toronto por ejemplo, como en las remotas y vastas áreas del lejano Norte, donde un votante puede vivir a horas o hasta a días de distancia de la mesa de votación más cercana. Otros factores sociales significativos son el lenguaje (¿El electorado comprende solo personas que hablan la misma lengua, o grupos que hablan diversas lenguas?); y los medios de comunicación (correo o teléfono o medios electrónicos o visitas de puerta a puerta como medio para llegar a los votantes y a los seguidores partidistas).
La conclusión más simple es que las regulaciones se deben relacionar con las reglas políticas, así como con el contexto social del país en el que se van a aplicar. Las regulaciones que funcionan bien en un país pueden no ajustarse a otro.
Etapas de desarrollo económico
Las investigaciones de Seymour Martin Lipset y otros han indicado que es más probable que la democracia exista y funcione bien en países donde el nivel de desarrollo económico es relativamente alto. Ciertamente, parece razonable argumentar que es más probable que las instituciones democráticas operen más fácilmente en los países en los que el nivel de alfabetización y de educación son relativamente más altos, y estos tienden a ser los países más ricos. Ver también Revisión Histórica.
Como siempre, este argumento necesita ser tratado con bastante precaución. Ni una infraestructura económica ni un sistema educativo bien desarrollados son indispensables para el éxito de la democracia. Ni tampoco son garantía alguna para ella. Algunos de los grandes tiranos del siglo XX han surgido en naciones avanzadas --el régimen nazi de Hitler es uno de los ejemplos más notorios. Por el contrario, la democracia poblacionalmente más grande del mundo está en uno de los países más pobres-- la India.
Aparte del desarrollo económico, las tradiciones sociales de un país, tales como la tolerancia, son importantes.
Violencia y odio étnico
De manera comprensible, la operación de las instituciones democráticas es mucho difícil si existen profundas divisiones sociales y si hay un clima de violencia. Para dar un ejemplo simple, los partidos políticos son capaces de jugar un papel importante en la administración de elecciones mediante la acreditación de representantes en cada una de las mesas de votación para reportar cualquier posible trampa o violación a las leyes. Por ello, sería difícil para los partidos de oposición reclutar observadores en distritos donde los ciudadanos temen por su seguridad y su vida si apoyan abiertamente a un partido.
De igual manera, se puede argumentar que las leyes acerca de la revelación de donadores políticos son razonables y benéficas en muchos países. Pero tales leyes inhibirían posibles contribuciones legítimas en países donde los ciudadanos están, con razón, temerosos de identificarse públicamente como seguidores de un partido poco popular.
Estos ejemplos no intentan sugerir que es imposible, o que siempre está mal, tratar de celebrar elecciones en situaciones violentas. Lo que se sugiere es que en esos casos las reglas o disposiciones deben tomar en cuenta las condiciones imperantes. Por ejemplo, si es virtualmente imposible integrar un sistema justo para la regulación de las donaciones políticas, una estrategia alternativa podría consistir en garantizar que los partidos y candidatos rivales tengan acceso equitativo a la televisión. Además, las condiciones prevalecientes en situaciones de profundo conflictos pueden demandar códigos de conducta, ver Códigos de Conducta para los Partidos Políticos , o bien algún tipo de asistencia internacional.
Condiciones sociales y fraude electoral
Es probable que las condiciones sociales que prevalecen en un país influyan sobre las decisiones acerca de las medidas anti-corrupción vis a vis las medidas para fomentar la participación política. Si los peligros del fraude electoral se consideran insignificantes, entonces es razonable tomar decisiones acerca del registro electoral y asuntos similares que promuevan un mayor grado de participación.
Por ejemplo, el "registro el día de la elección" (v.gr. reglas que permiten a los electores votar aunque no hayan sido incluidos en la lista de votantes anteriormente) permite a la gente emitir un voto que de otra forma no podría hacerlo. El problema con el "registro el día de la elección" es que es difícil revisar las credenciales de aquellos que se presenten reclamando su derecho a votar. De hech, sería imposible para los representantes de los partidos políticos objetar a presuntos electores en lo individual y para las autoridades administrativas resolver dichas objeciones. Por lo tanto, el "registro el día de la elección" es muy poco propicio para condiciones donde hay sospechas reales acerca de la posibilidad de fraudes significativos.
El impacto de las condiciones sociales en la administración electoral también se aprecia en las variaciones entre las reglas que regulan las elecciones dentro del Reino Unido entre Irlanda del Norte --un área afectada por violencia, tensiones étnicas y una larga historia de fraudes electorales-- e Inglaterra, Escocia, y Gales. En estos últimos, parecen ser necesarias menos precauciones.
Uso de la tecnología apropiada
Algunas tecnologías son fácilmente aplicables en casi todos los países. Una conferencia celebrada en Manila en enero de 1997, y co-organizada por la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), demostró que algunas tecnologías avanzadas ya se estaban utilizando en naciones relativamente "subdesarrolladas". En 1997, por ejemplo, la computarización de los registros electorales estaba más avanzado en Filipinas que en Gran Bretaña.
No obstante, algunas otras tecnologías occidentales son inapropiadas. Por ejemplo, el servicio postal de un considerable número de países no es capaz de alcanzar a toda la población o inclusivo a un alto porcentaje de ella. A un consultor extranjero que visitó un país del oeste de Africa e informó a los oficiales de los partidos políticos acerca del uso de las técnicas de comunicación directa por correo y sobre el desarrollo de las campañas de obtención de fondos en los países occidentales, un oficial local le dijo "si le escribo una carta a mi madre que vive a cien millas de distancia de la capital, puede tomar cuatro meses para que la reciba".
En gran parte del continente africano, así como en partes del Caribe, la aplicación de técnicas modernas de computación sigue siendo poco práctica. Muchas comunidades carecen de electricidad, teléfonos y hasta de radios. En otro caso, quizá mítico, una agencia de desarrollo asiática le dio un lote de faxes a organizadores políticos en un territorio del Pacifico Sur. Al descubrir, seis meses después, que las máquinas no habían sido utilizadas, los miembros de la agencia donante hicieron investigaciones y encontraron que no se habían utilizado porque a la isla a la que las habían mandado no contaba con servicio telefónico.