Desde el punto de vista de los altos costos del subsidio público para los candidatos y partidos políticos, no es sorprendente que la gente haya estado suspicaz acerca de las oportunidades que los políticos han dado a los políticos para alimentar sus propios nidos. Como Gullan Gidlund reporta:
Una característica común en los países Nórdicos es que las encuestas de opinión y otros estudios muestran que el público en general ha sido menos entusiasta y más negativo que sus representantes políticos hacia el financiamiento de los partidos proveniente de los fondos públicos25. En Italia, un referéndum sostenido en abril de 1993 resultó en un 90.3 por ciento de los votos en abolir el patrocinio público para los partidos, para las campañas de elección y para los gastos de logística de las organizaciones de los partidos. El sistema de subsidios introducido en 1974, fue por lo tanto, abandonado. Sin embargo, una nueva ley reinstaló otro esquema de financiamiento público en la forma de reembolso de la campaña postulada para la legislatura.