Identificación requerida para recibir papeletas de votación
Identificar a los votantes elegibles cuando se presentan en los sitios o mesas de votación representa un problema especial en muchos países. El proceso electoral debe ser organizado para asegurar que sólo los individuos legítimamente registrados puedan votar y que todos los que se presentan en las mesas para votar sean en efecto quienes dicen ser.
Cuando los votantes potenciales se acercan a la mesa de votación el día de la jornada electoral, deben generalmente identificarse con los oficiales electorales antes de recibir sus papeletas. Esto permite que los oficiales verifiquen el nombre del votante contra la lista de electores y se aseguren de que están incluidos. Entonces se marca el nombre de cada votante en la lista o se le pide que firme el registro. En algunos casos, cuando existen preocupaciones sobre la posibilidad de votar en más de una mesa, se puede exigir a los votantes que sumerjan un dedo o algunos de ellos en tinta indeleble para indicar que han recibido una papeleta.
Cuando la norma es que porten identificación
La forma en que un elector comprueba su identidad varia considerablemente de un país o contexto a otro. Los países donde la norma es que los ciudadanos porten una identificación, como una tarjeta nacional de identidad, licencia para conducir, credencial laboral, de servicios de salud o de otro tipo, es posible que las autoridades electorales no emitan ningún material de identificación adicional. Este es el caso en la mayoría de los estados de la Unión Americana. Sin embargo, se debe de advertir de que aunque esta es la norma en los Estados Unidos, algunas oficinas de registro efectivamente solicitan alguna otra identificación. En general, los votantes simplemente deben firmar la lista o registro electoral. Cuando se utilizan archivos automatizados, es difícil contar con una firma original en los registros para efectos de comparación.
En la encuesta de un estudio de administración electoral comparada, reportada por Choe, se compara la flexibilidad de los procedimientos de registro de 11 países para hacer entrega de las papeletas14 Choe encontró que en todos los países considerados (Alemania, Australia, Canadá, Corea, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Suiza y los Estados Unidos), utilizan alguna modalidad de entrega postal de las papeletas y materiales de votación, algunas veces con la opción de recogerlos en persona.
Además, con excepción de Corea, todos ofrecen la posibilidad de votar incluso si se menciona el extravío de la tarjeta de votación o no se porta al momento de presentarse en la mesa de votación. En estos casos, la mayoría acepta ya sea una credencial de identificación distinta o el simple hecho de que el nombre figure en la lista de electores.
La entrega postal de las tarjetas de votación también sirve para el doble propósito de revelar a los electores la información sobre ellos que aparece en la lista de votantes y suministrarles material educativo. Los ciudadanos incluidos en las listas electorales reciben por correo una tarjeta que contiene la información sobre ellos tal como aparece en el registro electoral, así como la relativa a la fecha de la elección y el sitio o mesa en el que están registrados. En estos casos, los electores se identifican en la mesa de votación exhibiendo las tarjetas que recibieron por correo y mencionando su nombre y dirección, o mostrando alguna identificación con fotografía, como una licencia de conducir.
Cuando la norma es no portar identificación
En otros países, sin embargo, la prueba de identificación para las elecciones puede ser más complicada, e incluso molesta para los oficiales electorales. Esto es particularmente cierto cuando no existe registro civil y cuando la norma es que los ciudadanos no porten una identificación personal. Se impone a los administradores electorales una considerable carga financiera y administrativa para proveer de una prueba de identidad a todos los votantes potenciales. En algunos casos, los electores mismos deben asumir parte de los costos de producción de las tarjetas de votación o alguna otra identificación.
Consideraciones sobre seguridad
Con el uso de tarjetas de identificación electoral, la seguridad se convierte en un factor importante para la efectiva administración de las elecciones. En primer lugar entre las preocupaciones relativas a la seguridad se encuentra el problema de la falsificación. En agosto de 1990, por ejemplo, se adoptaron en México credenciales de votación con mecanismos de seguridad reforzados. Para prevenir su falsificación, las credenciales de votación mexicanas contienen nueve elementos de seguridad, que las hacen prácticamente imposibles de duplicar o alterar. Estos elementos de seguridad incluyen un código de barra, un holograma, la fotografía del elector y fusión molecular15
Otra preocupación tiene que ver con la seguridad del almacenamiento y la distribución. Este fue un tema muy discutido en las elecciones de Haití de julio de 1995. La Comisión Electoral anunció que, en un país en el que se produjeron 4.2 millones de tarjetas de registro de electores, un millón estaba extraviado. Aunque esta cifra fue ampliamente publicitada, nunca fue confirmada16
Un tercer problema potencial con las tarjetas o credenciales de registro electoral es la necesidad de contar con capacidad suficiente para entregárselas a toda la población. Esta fue una preocupación en las elecciones salvadoreñas de 1994 y también constituyó un serio problema con el proceso de cedulación de Nicaragua a lo largo de los 90's. El proceso de registrar a los electores y entregarles tarjetas de identidad se complica muy seriamente en áreas implicadas en conflictos armados, tal como lo muestran las experiencias de Nicaragua, Angola y Bosnia-Herzegovina.
El impacto que representa imponerle los costos de producción de las tarjetas electorales a los votantes no debe ser subestimado. La descripción de la situación que se presentó en Senegal antes de las elecciones de 1993 es ilustrativa de cómo incluso costos relativamente menores pueden resultar prohibitivos para muchos electores potenciales, al punto de comprometer su inclusión en el proceso electoral.
El caso de Ghana
Los problemas en el uso de tarjetas o credenciales de identificación de los electores no son, sin embargo, insuperables. Las soluciones no necesitan ser siempre tan costosas como en el caso mexicano. En Ghana, por ejemplo, el problema de falsificación fue resuelto mediante la inclusión de las credenciales de votación en los formatos de registro electoral. La credencial misma es una talón desprendible ubicado en la parte inferior del formato de registro y contiene el mismo número de registro preimpreso que el formato.
Consecuentemente, sería virtualmente imposible producir credenciales falsificadas o robar credenciales en blanco toda vez que el nombre y número de identificación debe aparecer tanto en la credencial como en la lista de electores antes de que se le permita votar a cualquier ciudadano. No basta con presentar la credencial de elector en la mesa de votación. Además, las credenciales son producidas, en su mayoría, al momento del registro utilizando un proceso de laminación o enmicado en frío más que alguno que requiera electricidad. El adhesivo utilizado en la laminación es de tal naturaleza que la credencial se dañaría con cualquier tentativa de alterarla. También se utilizan registros precisos para identificar qué formatos fueron destinados a qué mesas de votación. La huella digital, tanto en la tarjeta de registro como en el talón desprendible, es una medida de seguridad adicional17
El caso de Senegal
Si bien las credenciales o tarjetas de identificación electoral se han convertido en una parte importante del proceso de registro en muchas partes del mundo, es especialmente importante asegurarse que los votantes no terminen siendo excluidos administrativamente debido a costos prohibitivos asociados con la adquisición de la credencial de identidad para votar. La descripción incluida sobre el caso senegalés durante la preparación de las elecciones de 1993 es un buen ejemplo (ver Analysis of Electoral Code of Senegal). En este caso, aunque el gobierno no impuso cuota alguna por las tarjetas de identidad nacional, en los hechos el costo real para muchos electores fue altamente prohibitivo, considerando los costos de fotografías y sellos oficiales obligatorios. El resultado previsible fue la exclusión administrativa de muchos votantes elegibles.
Documentación para mujeres y niños en Malawi
En Malawi, aunque la edad legal para votar es de 21 años, a las mujeres menores que tienen hijos a menudo se les permite registrarse para votar emitiéndoles una "credencial de madre". Esta credencial es un documento de identidad emitido a las madres por agencias de seguridad social para el suministro de alimentos y servicios de salud. En Malawi, las mujeres jóvenes que tienen hijos son consideradas como adultos independientemente de su edad biológica18