Los sistemas de votación difieren en su capacidad para proteger la integridad electoral. Cada país ha desarrollado su propio sistema electoral dependiendo de su historia y cultura política. Cada sistema tiene sus méritos (que suele ser la razón por la cual se adoptó dicho sistema), pero también sus problemas.
La integridad y el tipo de sistema electoral empleado se convierte en conflicto potencial cuando un sistema en especial se emplea como mecanismo para excluir a un segmento de la población elegible, o para negar al ganador del voto popular su escaño. Los conflictos de integridad también podrían ser resultado de un sistema que no ha cambiado para responder a los cambios en las condiciones políticas o sociales. 119 Incluso si el resultado no fuera intencional, negar la representación a un sector de la población o no conferir el puesto al candidato que ganó el voto popular (si ese es el sistema electoral empleado), hace surgir dudas sobre la integridad.
La forma como se cuentan los votos afecta los resultados electorales
Los votos se pueden contar de diferentes formas, que determina quién gana las elecciones. Hay muchos sistemas diferentes y variaciones en los sistemas en uso. Uno de ellos es el conteo del voto de la mayoría donde los votos se cuentan y el candidato que recibió la mayoría de los votos gana.
Otro sistema es el del conteo de mayoría de votos donde el ganador debe recibir más del 50% de los votos. El umbral del 50% se emplea para asegurar que el ganador atraiga más votos que todos los otros candidatos juntos. En la mayoría de los sistemas electorales de mayoría, si ningún candidato recibió el 50% en la primera ronda, se requiere de una segunda ronda electoral. Este sistema tiene diversas variantes que usan diferentes fórmulas para eliminar a los candidatos más débiles para la segunda ronda, y para determinar la cantidad de rondas adicionales.
Tanto la fórmula de pluralidad como la de mayoría favorecen a los partidos más fuertes a expensas de los más débiles, o de los partidos sin concentraciones regionales. La representación proporcional divide los escaños para elección entre los candidatos y los partidos de acuerdo a la proporción de los votos que recibieron en las elecciones. Esto evita los resultados en que un partido gana todo en un distrito uninominal y permite que haya un rango más amplio de partidos que puedan ganar puestos y formar un gobierno de coalición. El resultado de la representación proporcional también depende de la fórmula usada para dividir los escaños. (Para mayor información ver Sistemas de Representación Proporcional)
Umbrales y representación
También pueden establecerse umbrales que exijan que cada partido reciba un porcentaje mínimo de votos para obtener un escaño. El establecimiento de un nivel de umbral varía de acuerdo con el sistema. Por ejemplo, Nueva Zelandia tiene un umbral que debe atravesar un partido político antes de tener derecho a recibir una porción de la totalidad de escaños con base en la cantidad total de votos para el partido. Debe ganar al menos 5% de la totalidad de votos del partido, o debe al menos ganar un escaño del electorado maorí o general.120
La mayoría de los umbrales se fijan para asegurar que haya representación equitativa de los partidos políticos de acuerdo con los votos recibidos durante la elección. La fórmula empleada también puede ayudar a aumentar la representación de sectores de la sociedad a los cuales tradicionalmente les falta representación. Es posible recurrir a otros mecanismos para este fin, tal como los escaños reservados y las cuotas para los candidatos.
En India, se usa un sistema único de votos transferibles para los miembros de los parlamentos de Estado a fin de elegir a la Cámara Alta (Consejo de Estados, Rajya Sabha). Este sistema está:
diseñado para asegurar representación más diversa mediante la reducción de oportunidades para que haya bloques de electores que dominen a las minorías. Las papeletas enumeran a todos los candidatos que contienden en la elección y los electores los enlistan en orden de preferencia. Se fija un número límite de votos, conocido como cuota, que los candidatos tienen que conquistar para ser elegidos. Para las elecciones presidenciales la cuota se fija en uno más que la mitad de los votos totales, lo cual asegura que el ganador sea el candidato con clara mayoría. Para el Rajya Sabha, se fija la cuota con respecto al número de votos que puedan obtenerse con los parlamentarios apenas necesarios para llenar todos los escaños pero no más. Los votos que se consideran excedentes, aquellos otorgados a los candidatos que ya tienen su cuota completa de votos, o los votos a favor de los candidatos que se consideran perdedores, se transfieren de acuerdo con las preferencias de las listas de los votantes, hasta que se haya elegido al número correcto de candidatos. "ie02#3"
El uso de un umbral hace surgir conflictos potenciales de integridad si se le emplea como medio para evitar que los partidos menores accedan a puestos gubernamentales. En las elecciones parlamentarias de 1994 en Mozambique, se exigió un umbral nacional del 5% para ganar un escaño en el parlamento. El resultado fue que incluso si un partido ganaba un gran porcentaje de votos en una región, no podía obtener escaños en el Parlamento a menos que su promedio nacional fuera del 5%. Este método eliminó eficazmente a todos los partidos pequeños excepto uno.
Lo mismo sucedió en Kenia, donde una enmienda constitucional "exigía que cualquier candidato a la presidencia ganara no sólo la pluralidad o la mayoría del voto popular, sino también al menos el 25 % en no menos de cinco de las ocho provincias de Kenia. Esta enmienda tenía la intención de obstaculizar los prospectos presidenciales de los representantes de la oposición popular...quienes obtuvieron el grueso del apoyo de sus tierras de origen étnico." 122
Sin embargo, algunos sistemas usan los umbrales deliberadamente con la intención de aumentar las oportunidades de contar con un gobierno estable al reducir la cantidad de partidos requeridos para formar o apoyar a un gobierno.123 Este era el objetivo en la adopción de Nueva Zelandia del sistema Proporcional de Miembros Mixtos (ver El Cambio de Nueva Zelandia al Sistema Electoral de Representación Proporcional Personalizada) así como el sistema de Dinamarca que se describe a continuación. Para equilibrar ambas cuestiones, algunos sistemas de representación proporcional permiten que los partidos pequeños unan sus votos para propósitos de umbral, lo que se conoce como 'apparentement', pero asignan escaños a los partidos de manera individual.124
Dinamarca tiene tres umbrales electorales diferentes - ganar un escaño directamente, la proporción voto/escaño en dos de las tres regiones electorales y un umbral nacional del dos por ciento. La experiencia ha demostrado que el umbral nacional es un motivo de discusión entre los partidos más pequeños, que han tenido dificultades para alcanzar el umbral. La discusión en Dinamarca:
El argumento es que la regla del umbral no es democrática ya que deja a algunos votantes sin representación, lo cual no está de acuerdo con el principio constitucional de representación equitativa de las diferentes opiniones y actitudes políticas. Los proyectos de ley para eliminar o para reducir los umbrales se envían de vez en cuando al Folketing, pero nunca se aprueban. Por el contrario, otras opiniones - especialmente de los partidos mayores- se expresan a favor de elevar la barrera a, por ejemplo, cinco por ciento, como en Alemania. El principal argumento a favor de dicho cambio es que traería como resultado la presencia de menos partidos en el parlamento, lo cual a su vez produciría gobiernos estables, más poder de toma de decisiones políticas, menos elecciones, y similares. Sin embargo, el proyecto para elevar el umbral no se ha sometido al Folketing desde 1953.125
Problemas en los sistemas mixtos
Algunos países combinan las distintas formas de contar, lo cual genera otras cuestiones de integridad. Por ejemplo, el sistema electoral estadounidense usa el sistema de escrutinio de votos de la mayoría para determinar a los ganadores electorales, excepto en las elecciones presidenciales. La manera en que los estadounidenses votan para presidente es un vestigio arcaico de su historia política. En cada estado, los electores votan por un candidato a la presidencia. Sin embargo en la realidad, están votando por una plantilla de electores que se han comprometido a votar por dicho candidato en el Colegio Electoral. El candidato que obtiene la mayoría de los votos en el estado gana todos los votos electorales del estado. (la cantidad de electores se basa en la cantidad de representantes en el Congreso con que cuenta cada estado).
Para ganar la elección presidencial, un candidato debe recibir la mayoría de los votos en el Colegio Electoral. Si un candidato no obtiene la mayoría, el Congreso de los Estados Unidos decide el resultado de las elecciones al elegir entre los tres candidatos principales. El resultado final es un sistema que puede (y lo ha hecho en el pasado) elegir presidentes que no obtuvieron la mayor cantidad de votos populares. Este sistema fue un conflicto en la contienda electoral por la presidencia en el año 2000.
Es necesario decidir qué sistemas se emplearán antes de que los candidatos se registren.
Para que el proceso sea justo y transparente, las reglas para el conteo y cualquier fórmula adoptada debe estar decidida antes del registro de los candidatos y los partidos. Es necesario contar con un fácil acceso a la información clara, neutral y precisa sobre los procedimientos, a fin de que los candidatos, los partidos políticos y los supervisores puedan comprender los detalles técnicos del conteo. Esto incluye temas tales como si las papeletas en blanco se tomarán en cuenta en el cálculo de una mayoría absoluta.
Estas reglas deben ser respetadas por las autoridades electorales durante el conteo y la asignación de escaños. En las elecciones de Camboya en 1998, la cuestión de qué fórmula usar para la representación proporcional surgió durante el conteo, cuando varios partidos políticos cuestionaron la división de escaños. Aducían que la fórmula utilizada no era la que el Comité Nacional Electoral había adoptado. Fue difícil rebatir esta acusación debido a la falta de precisión con que se llevaron los registros del organismo de administración electoral y este argumento se usó como justificación para que varios partidos cuestionaran la validez de los resultados electorales. (Ver Mecanismos para la Resolución de Controversias Electorales)