La educación electoral puede tener una repercusión significativa sobre la integridad. Además de la distribución de información equilibrada y objetiva sobre lo que los electores deben saber a fin de ejercer sus derechos, el horario en que funcionan las mesas de votación, la fecha de la jornada electoral, los cargos por los que se contiende y la marcación válida de las papeletas, la educación electoral brinda información sobre el proceso electoral y la importancia del voto. En algunos países es una parte integral de los programas de educación cívica más extensos para informar a los ciudadanos.
Se supone que la educación electoral tiene el objetivo de promover la participación de una ciudadanía informada y responsable. Los electores necesitan comprender sus derechos y responsabilidades bajo la ley constitucional y electoral a fin de que puedan cumplir con sus obligaciones de manera informada. De acuerdo con Civitas, la educación electoral también debe "fomentar la participación libre y competente. Dicha participación implica más que un intento de influir en las políticas públicas. La participación competente y responsable debe basarse en la deliberación moral, el conocimiento y la reflexión."
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Parece haber un consenso con respecto a que la construcción de una cultura democrática es una clave importante para la protección de una elección libre y justa, y esa es la razón por la cual en muchas democracias la educación electoral comienza incluso en las escuelas primarias como parte del programa básico de educación cívica. La lógica subyacente es que los alumnos pueden transmitir información importante a sus padres, así como comprender su papel en una democracia cuando adquieren la elegibilidad para votar.
Los programas de educación electoral mal diseñados o inexistentes pueden generar problemas de integridad. Si se transmiten mensajes demasiado optimistas con respecto a la facilidad para votar, los electores pueden albergar expectativas poco realistas con respecto al tiempo que necesitan para formarse en la cola de la mesa de votación. Los mensajes mal elaborados sobre la seguridad electoral pueden generar sentimientos de inseguridad entre los votantes.
Se espera que la educación electoral ofrezca información objetiva a los electores de manera neutral, de modo que puedan participar con conocimiento. Si la educación electoral tiene contenido partidista, se convierte en propaganda, cuyo objetivo principal es influir sobre la opinión pública y generar simpatía por un candidato o una postura en especial.
En muchos países, la educación electoral también brinda información para los votantes con necesidades especiales, a fin de que sepan cómo participar y a dónde dirigirse si necesitan asistencia. Éstos pueden ser ciudadanos en el extranjero que necesitan saber si son elegibles y si pueden votar fuera de su país, o electores minusválidos que necesitan instalaciones especiales de acceso.
Información necesaria para participar
La integridad requiere que los electors puedan participar equitativamente. Una de las responsabilidades de los administradores electorales es asegurar que los votantes reciban la información básica necesaria para participar con equidad - por ejemplo, cuándo, dónde y cómo registrarse y votar; qué documentos tienen que traer; cómo marcar la papeleta para que sea válida y se le pueda contar con precisión. Toda esta información tiene derivaciones significativas referentes a la integridad. Por ejemplo, si los votantes no saben dónde registrarse, tal vez no puedan votar durante la jornada electoral.
En la mayoría de las democracias, los administradores electorales tienen la responsabilidad de asegurar que todos los ciudadanos reciban esta información básica y que su contenido sea neutral y no partidista. En algunos sistemas pueden recibir la ayuda de grupos cívicos, ya sea oficialmente o mediante trabajo voluntario desarrollado por las ONG's. En Sudáfrica por ejemplo, se requiere la acreditación de la Comisión Electoral para ofrecer educación electoral. Sólo los solicitantes que reúnan los estándares de la Comisión y que pueden promover la educación electoral y las condiciones que median para tener elecciones libres y justas recibirán acreditación. Los estándares de la Comisión incluyen la capacidad de llevar a cabo las actividades de manera eficiente, imparcial, independiente de los partidos o candidatos postulados para contender en la elección. El solicitante debe también suscribirse al código que regula a las personas acreditadas para brindar educación electoral. 184
Información necesaria para hacer una elección informada
La integridad del resultado electoral depende de que los electores puedan hacer una elección informada entre los distintos candidatos y plataformas. Brindarles información parcial o inexacta puede afectar la forma en que votan. Tener acceso a la información objetiva y neutral ayuda a los electores a hacer una elección informada. Los candidatos, partidos y medios pueden distribuir esta información, que incluye las plataformas políticas de los distintos candidatos, las promesas de campaña y el historial de cumplimiento o incumplimiento de las mismas, en el periodo de campaña. Los electores normalmente querrán conocer la filiación política, las fuentes de financiamiento y otros elementos esenciales que afectan la decisión de apoyar o no a cierto candidato.
Tener información suficiente para hacer una elección informada es una importante cuestión de integridad porque su efecto sobre la votación se aborda posteriormente en Acceso a los Medios.
Información necesaria para proteger la integridad del proceso
También puede usarse la educación electoral para aumentar la transparencia del proceso electoral al tiempo que se construye el apoyo para la integridad de las elecciones. El público necesita tener la tranquilidad de que los administradores electorales están tomando todas las precauciones posibles para asegurar una elección libre, equitativa y confiable, que su voto se cuantificará con precisión y que los resultados electorales representarán la voluntad del pueblo.
Además, es necesario dar a conocer los mecanismos básicos diseñados para proteger la integridad del proceso, lo cual normalmente incluye información sobre las características de seguridad de los materiales y procesos electorales, cómo identificar el fraude en el registro y en las mesas electorales y dónde quejarse.
La educación electoral también se ha empleado para evitar la violencia en el proceso, como se hizo en las elecciones de 1998 en Camboya (ver el caso de estudio de Camboya en Educación Cívica para Elecciones no Violentas), donde se temió que la violencia perturbaría el proceso:
La NEC (Comisión Nacional Electoral) instituyó la educación contra la violencia. Pidió al rey Norodum Sihanouk que hiciera una declaración en la que condenara la violencia y garantizara el secreto del voto, lo cual hizo. Las ONG's locales distribuyeron veinte mil copias y nueve mil audiocintas de esta declaración en las mesas de votación. Algunos monjes budistas prominentes y el [vicepresidente de la NEC] se presentaron varias veces en televisión y en la radio para enfatizar la no violencia. Después de un aluvión de incidentes, el Segundo Primer Ministro Hun Sen mismo hizo un llamado a sus simpatizantes para que no cometieran actos de violencia o intimidación. 185