La demarcación de las circunscripciones se refiere al trazo de las líneas que definen los límites de los distritos electorales. Un distrito electoral es una unidad administrativa para el conteo de votos. Sin embargo, el tamaño y los límites de un distrito electoral pueden tener una repercusión profunda sobre la integridad electoral. A fin de respetar el principio de "una persona, un voto", la representación de cada distrito debe ser relativamente igual en términos de proporción de escaños/cantidad de electores. Sin embargo, en la realidad cuando un grupo partidista hace la demarcación de los distritos, ésta se puede convertir en una herramienta política para marginar la representación de ciertos grupos o para asegurar que ciertos políticos o partidos obtengan la victoria.
Asegurar la igualdad de representación entre distritos es una importante labor de integridad. La demarcación de las circunscripciones debe hacerse con una frecuencia suficiente como para tomar en consideración a la población migrante, pero al mismo tiempo, no debe hacerse con una frecuencia tal que genere cargas administrativas poco realistas. La demarcación de las circunscripciones también requiere que la autoridad responsable tome decisiones tales como el nivel de importancia que se conferirá a las poblaciones que viven en áreas remotas. En estas áreas es donde pueden surgir problemas de integridad.
Influencias partidistas
La demarcación o redemarcación (cambios en los límites distritales después de un censo de la población) justa respeta el principio de igualdad de población, el cual asegura que todos los ciudadanos reciban igual representación independientemente del lugar donde vivan. La cantidad de escaños asignada a cada circunscripción es un factor importante para asegurar esta igualdad en la representación.
La demarcación de partidos puede hacerse mediante organismos independientes o administradores electorales, pero en muchos casos corre a cargo de las mayorías partidistas en la legislatura. Como tal, los políticos pueden definir límites que impliquen beneficios partidistas, mientras que los límites se trazan de tal forma que el apoyo de la oposición se concentra en relativamente pocos distritos, dejando al partido en el poder con las mayorías en los distritos restantes. Como resultado, el partido en el poder y sus candidatos reciben una cantidad desproporcionadamente grande de escaños en las elecciones.
Un partido político también puede manipular la demarcación de circunscripciones para poder contar con un distrito "seguro". Al agrupar a una mayoría de partidarios dentro de un distrito, normalmente se puede asegurar una victoria fácil para el candidato de ese partido. Se le llama gerrymandering al hecho de trazar los límites electorales para obtener ventajas partidistas o faccional. El gerrymandering daña la integridad electoral porque viola el principio de "una persona, un voto" y puede crear límites distritales arbitrarios que a su vez generen problemas logísticos y operativos para los administradores electorales.
El término "gerrymandering" se acuñó a raíz de los problemas de demarcación de distritos en los Estados Unidos, y constituye un conflicto de integridad que afecta a otros sistemas también. Por ejemplo, de acuerdo con Joel Barkan, el objetivo de la demarcación de distritos en Kenia "ha consistido siempre en representar en exceso a los miembros de los grupos étnicos más reducidos y dispersos demográficamente al darles más circunscripciones que a los grupos mayores y más concentrados."126
Para mayor información, ver Consideraciones Partidistas en la Designación de Autoridades.
Fecha elegida para cambiar una demarcación distrital
Los grupos poblacionales se desplazan a lo largo del tiempo. Los residentes rurales se mudan a áreas urbanas y la demografía de un país cambia. Las circunscripciones electorales deben mantenerse actualizadas con estos cambios, y ciertas áreas pueden tener una deficiencia de representación, mientras que otras terminarán con un exceso de la misma. La forma y la frecuencia con que se actualicen estos límites son factores de integridad electoral.
El consenso general es que el momento lógico para cambiar los límites distritales es después de un censo de la población. La mayoría de los países censan a su población cada 5 ó cada 10 años. Después de un censo, puede hacerse una redistribución de los escaños del poder legislativo (si se basa en la población más que en regiones geográficas específicas). En estos casos, las regiones con incrementos de población reciben escaños adicionales, mientras que las regiones con disminución de población los pierden. Los aumentos o disminuciones también requieren cambios en los límites distritales.
La fecha elegida para cambiar la demarcación distrital también puede afectar el resultado de una elección. Para los gobiernos o políticos interesados en el gerrymandering, el momento ideal para cambiar los límites de las circunscripciones es antes de la elección. Es entonces cuando se puede trazar límites para optimizar las fuerzas y marginar las áreas donde haya oposición. Hacer esto justo antes de la elección no permite que haya tiempo para impugnar los problemas provocados por el cambio de límites distritales en un tribunal antes de la celebración de las elecciones.
Mecanismos para abordar las cuestiones de integridad en la demarcación de circunscripciones
Algunos de los mecanismos empleados para asegurar la integridad en los procesos de demarcación de circunscripciones son:
1. Usar un organismo no partidario, o una división técnica del organismo de administración electoral, para trazar los límites de los distritos electorales.
Excluir a los beneficiarios de la demarcación de distritos del proceso de cambio en los límites puede ayudar a reducir los prejuicios personales y partidistas. Este enfoque independiente ha sido usado, por ejemplo, en Nueva Zelandia, que revisa sus límites electorales cada cinco años después del censo de la población. Un organismo estatutario independiente, la Comisión de
Representación, que incluye al estadístico gubernamental, al inspector general y al director electoral, está a cargo de los cambios en los límites de las circunscripciones. Todos los cambios están diseñados para asegurar una representación equitativa en el parlamento con base en la población residente (más que en el número real de electores).127
2. Uso de los tribunales para impugnar a las circunscripciones sospechosas.
Recurrir a un tribunal para que interceda en casos de demarcaciones arbitrarias o injustas de circunscripciones puede resultar eficaz. En los Estados Unidos, por ejemplo, donde el gerrymandering ha sido un problema significativo, la impugnación de un tribunal dio como resultado que la Suprema Corte resolviera en 1964 que los límites deben trazarse sobre la base de igualdad sustancial de la población. Aunque el gerrymandering sigue siendo un conflicto potencial, la Suprema Corte ha reducido la magnitud del problema.
3. Uso de los distritos administrativos gubernamentales para las circunscripciones electorales.
El uso de distritos administrativos gubernamentales existentes es otra forma de evitar trazar límites que ofrezcan beneficios partidistas. Por ejemplo, Dinamarca ha descubierto que, como resultado de hacer esto, " los conflictos potenciales de la delimitación están prácticamente ausentes en el debate político danés...Cada cinco años se redistribuyen los escaños entre las circunscripciones con base en los procedimientos de la Constitución y el Acta Electoral. La delimitación de los distritos locales de mesas de votación es responsabilidad de los municipios. Estas circunscripciones carecen de efecto sobre el resultado de la elección y los cambios en la demarcación se llevan a cabo principalmente por motivos de comodidad administrativa."128