Un proceso justo y equitativo es otro componente esencial de la integridad electoral. Para ser justo y equitativo el proceso debe brindarle igualdad de tratamiento y oportunidades a todos los participantes. Sin embargo, lo que es "justo o equitativo" implica un juicio subjetivo que puede variar de acuerdo con las normas políticas y culturales de cada sociedad. A pesar de ello, como en el caso de Comportamiento Ético, existen normas básicas de "equidad" que se deben lograr para obtener una elección genuina. Entre esas normas figuran las siguientes:
Un marco legal aceptable
El Marco Legal es la base de un sistema electoral. Un buen marco legal que permite elecciones libres, justas y competidas es el fundamento de la integridad electoral. Debe ser apartidista y cubrir todos los requisitos legales para una elección, incluyendo los mecanismos institucionales para salvaguardar la integridad electoral (supervisión, cumplimiento y otros frenos y contrapesos).
Un marco legal que esté redactado de manera clara y precisa ayuda a asegurar que sus disposiciones estén libres de ambigüedad y puedan ser interpretadas de acuerdo con la intención de los legisladores. Un esquema legal actualizado que refleje la situación actual del país, como la delimitación de los distritos electorales, puede evitar muchos problemas de integridad.
Una administración neutral
El Marco Institucional ilegal es tan bueno como su aplicación efectiva. La autoridad electoral tiene la responsabilidad de conducir el proceso electoral conforme lo prescriba la ley. Debe ser capaz de llevar a cabo esta responsabilidad de manera imparcial, objetiva y libre de interferencia política.
Una administración neutral trata a todos los partidos y candidatos de manera igualitaria sin ningún tipo de discriminación o tratamiento preferencial. La percepción de una administración partidizada o la creencia de que está comprometida con un determinado resultado, puede destruir la confianza pública en el sistema así como la de los partidos políticos contendientes.
Los sistemas electorales pueden adoptar distintos mecanismos para garantizar una administración neutral. En los países donde los ciudadanos confían en que el gobierno brinde servicios públicos de manera imparcial, la administración electoral está usualmente a cargo del gobierno. Cuando existe un historial de partido dominante y de manipulación del proceso, se puede crear una comisión electoral "independiente" que separe la administración electoral de la influencia del partido dominante. Aunque se suponga que la comisión electoral es una institución independiente, sigue siendo una institución pública que depende del gobierno para su financiamiento.
En otros países se puede adoptar un sistema "balanceado o equilibrado" en donde cada partido político cuente con representación en la administración electoral. Esta representación sirve como un mecanismo de frenos y contrapesos sobre la acción de otros comisionados y el organismo electoral en su conjunto. Otros sistemas han adoptado una combinación de estos mecanismos, en donde se puede tener comisiones independientes con balance político.
Algunos sistemas tratan de asegurar la neutralidad de los principales oficiales electorales excluyéndolos de la política. Pueden ser nombrados para un determinado periodo, sin que el gobierno sea capaz de removerlos salvo en circunstancias extraordinarias. Un ejemplo de ello es la India, donde la Comisión Electoral es un organismo constitucional permanente. El Comisionado Presidente y los Comisionados Electorales son nombrados por el Presidente para un periodo de seis años o hasta que alcancen los 65 años de edad. El Comisionado Presidente solo puede ser removido del cargo mediante juicio político del Parlamento.65
Otros sistemas no permiten que los principales oficiales electorales intervengan en política. En Canadá, al Director y Subdirector General de Elecciones no se les permite votar en elecciones federales. A los altos oficiales a nivel distrital tampoco se les permite votar a menos que un recuento judicial confirme que se ha producido en empate en la votación, en cuyo caso pueden votar para decidir el resultado. 66
También puede ser posible que a los oficiales electorales se les pida que renuncien a su filiación o militancia política durante el periodo de su encargo.
La neutralidad y el apartidismo de la administración electoral son factores esenciales de la integridad. En muchos países, especialmente los que están en proceso de transición, algunos partidos políticos todavía están convencidos de que la única manera de ganar una elección es controlando la maquinaria electoral. Si los partidos políticos y los electores creen que el organismo electoral no ha actuado de manera imparcial, aún cuando su apreciación sea incorrecta, se puede vulnerar la credibilidad de la elección y reducir la legitimidad de sus resultados. También puede ofrecer un pretexto para que los partidos y candidatos derrotados rechacen o boicoteen los resultados.
Tratamiento igualitario
Un tratamiento igualitario, que incluya la igualdad de oportunidades y acceso, también es parte de una elección justa y equitativa. Esto significa que los participantes reciban el mismo tratamiento de la autoridad electoral y tengan la misma oportunidad de participar. Que tengan igualdad de acceso a la información, a las autoridades electorales, a las agencias encargadas de hacer cumplir la ley, a los medios de comunicación y a los electores. Los electores deben tener acceso al registro, a facilidades para votar y a mecanismos para presentar quejas e impugnaciones.
En tema relacionado es el de equidad en las reglas del juego, que todos los contendientes compitan en igualdad de condiciones. En la mayoría de los países existen partidos o candidatos dominantes y pequeños o nuevos, luchando por implantarse y convencer al electorado. Tienen diferentes capacidades humanas y financieras, así como distintos grados de desarrollo organizativo. Incluso si existe igualdad de oportunidades, la disparidad de recursos puede crear una sensación de inequidad, ya que los partidos fuertes están en mejores condiciones de tomar ventaja de las oportunidades que los partidos pequeños.
En México, por ejemplo, los partidos opositores utilizan "el vocabulario del fraude para denunciar no un fraude, sino condiciones inequitativas de competencia interpartidista".67
La pregunta de qué es lo que se necesita para nivelar un campo para que el proceso sea considerado justo se discute a detalle en Condiciones de Equidad en la Contienda.
Un proceso transparente
La transparencia del sistema electoral, incluyendo su marco legal e institucional, es crucial. Es necesario que los participantes tengan acceso a toda la información sobre los procedimientos electorales para que puedan entender como funciona el proceso, qué necesitan hacer, y a dónde pueden dirigirse si necesitan orientación. Una toma de decisión y procedimientos transparentes usualmente generan confianza en el proceso y demuestran que todos son tratados por igual de acuerdo con las reglas.
Un sistema opaco, donde la lógica de los procesos de toma de decisión es desconocida, puede generar desconfianza en el sistema y la percepción de que el proceso es manipulado por motivos personales o partidistas. Los sistemas cerrados pueden ofrecer resguardo a quienes están interesados en subvertirlo y puede dificultar la detección de sus actividades. En su encuesta sobre pago de sobornos de 1999, Transparencia Internacional encontró que el 57% de los encuestados citó el manejo secreto del gobierno como una de las principales razones para el incremento de la corrupción.68 La transparencia y el escrutinio público que normalmente la acompañan, forzan a los oficiales electorales y a otros involucrados en el proceso electoral a cumplir con las reglas y a rendir cuentas de sus acciones.
Para hacer efectiva la transparencia, usualmente se requiere una buena comunicación tanto con el público como con los partidos y candidatos que contienden en las elecciones. Realizar consultas regulares entre las autoridades electorales y los actores políticos puede coadyuvar a construir una administración electoral transparente y un marco que resulte aceptable para los participantes. Esto es especialmente útil en los países en transición, donde los procedimientos todavía están siendo desarrollados y los candidatos tienen inquietudes sobre la capacidad de las autoridades electorales para organizar y celebrar elecciones libres y justas.
Mantener al público informado es una parte esencial de la comprensión del proceso por parte del elector y de los problemas u obstáculos que se enfrentan. La forma en que la autoridad electoral se comunica con el público afectará la percepción del proceso y, en consecuencia, su nivel de confianza. Como lo explica IDEA:
Para que una elección sea exitosa, los participantes tienen que sentirse capaces de aceptar las decisiones de la autoridad electoral. Se sentirán más dispuestos a hacerlo si saben que las decisiones se han tomado de la manera apropiada, para lograrlo, deben tener acceso a la información en que se basan las decisiones. 69
La transparencia puede ayudar a generar confianza y apoyo en el proceso. Por ejemplo, en el proceso de registro electoral que se llevó a cabo en Haití en el año 2000, algunos de los materiales fueron destruidos por turbas partidistas que trataron de controlar la maquinaria electoral en el oeste del país. No hubo respuesta a la solicitud de la Comisión Electoral Provisional (CEP) para que la policía actuara y protegiera los materiales de registro.
El Presidente de la Comisión se dirigió a la nación mediante radio y televisión para reportar los problemas, reiterando el compromiso de la Comisión de celebrar elecciones libres y justas a tiempo y en un ambiente de seguridad y solicitó el apoyo de la opinión pública. Como resultado, una encuesta posterior mostró que sólo 6% de la población consideraba que un cambio en la fecha de la elección sería culpa de la Comisión, mientras que más del 50% indicó que el gobierno y partidos políticos serían los responsables.70
Cobertura integral del proceso y de todos los participantes
Generalmente un proceso es libre y justo si los mecanismos para salvaguardar la libertad y equidad comprenden a todos los participantes y al proceso en su conjunto. Esto puede iniciarse con la incorporación de mecanismos para proteger la integridad en el marco legal e institucional y continuar a lo largo del proceso de administración electoral; preparación de las elecciones; registro de electores y candidatos; periodo de campañas; votación; escrutinio; resolución de controversias y toma de posesión de los representantes electos. Puede cubrir a todos los participantes desde los administradores electorales hasta los contendientes. Usualmente también cubre a quienes trabajan para tratar de influir en los resultados de la elección y a los observadores del proceso. Finalmente, incluye a los electores mismos y su comportamiento a lo largo del proceso.