Esta sección sobre administración electoral se refiere a cuestiones de integridad, desde la creación de organismos de administración y políticas electorales hasta el manejo y la administración de las elecciones. Se identifican los problemas potenciales referentes a la integridad para cada parte del proceso, así como los mecanismos que se han usado para resolverlos.
A pesar de su naturaleza técnica, la administración electoral puede ser un tema muy politizado y emocional. El control sobre el aparato electoral y la manipulación en el proceso ha sido una de las herramientas principales empleadas por gobiernos no democráticos para asegurar la victoria ininterrumpida en las urnas. Además, los administradores electorales mismos pueden ser sospechosos, ya que se les puede ver como agentes del gobierno, de un partido en especial o de un sector de la población.
Como lo afirmó el Dr. Andreas Schedler,
.. en los regímenes de transición o en democracias nuevas, (como en el caso de México), los monopolios del poder suelen ir acompañados del abuso de poder. Los partidos de oposición tienden a temer, con buenos motivos históricos, que los partidos en ejercicio aplicarán el control eventual que tienen sobre el aparato electoral en formas particulares que beneficien a sus intereses.101
Las comisiones inexpertas también pueden prestarse a sospechas. Las personas que las integran pueden ser desconocidas y su capacidad aún no probada. La inexperiencia de una nueva política o de un nuevo organismo electoral puede ser aprovechada por los políticos y los partidos experimentados. Por ejemplo, en las elecciones de Camboya en 1998,
La inexperiencia de la Comisión Electoral Nacional (NEC) mostró ser una debilidad significativa para manejar el Partido del Pueblo Camboyano (CPP). El partido en el gobierno (CPP) se las arregló para explotar las deficiencias en la ley electoral a fin de ser más hábil que la NEC en varios puntos. Por ejemplo, aunque el espíritu de la ley exigía un aparato electoral neutral en todos los niveles, la CPP, aislando a los funcionarios gubernamentales del proceso, introdujo a sus partidarios (incluyendo funcionarios) al sistema en muchos niveles.103
Aún existe la falta de confianza en el aparato electoral en varios lugares y es una de las razones principales por las cuales es necesario contar con salvaguardas adicionales en el monitoreo hecho por los partidos y por la sociedad. Es uno de los principales factores para cambiar una administración electoral, tanto estructural como administrativamente. También ha llevado a la promoción de "comisiones independientes". En palabras del Dr. Andreas Schedler:
Esta actitud de desconfianza hacia el control absoluto de la organización de las elecciones explica el consenso actual sobre la necesidad de contar, en el núcleo de la administración electoral, con una comisión electoral independiente, así como con el correspondiente despliegue impresionante de los organismos de administración electoral en las nuevas democracias.102
Si los participantes perciben que el proceso electoral es administrado por un grupo partidista o manipulado para satisfacer objetivos partidistas, puede haber falta de participación o rechazo de los resultados electorales como consecuencia.
Para que una elección se perciba como un proceso libre y justo, debe tener una administración eficiente y neutral. Una administración electoral bien organizada y con credibilidad puede eliminar muchas de las oportunidades que tienen los que se oponen al proceso para llevar a cabo acciones fraudulentas o discriminatorias y, a su vez, genera confianza en las elecciones y sus instituciones.