Los partidos políticos son grupos organizados que contienden en las elecciones para obtener cargos públicos, operar en el gobierno y determinar la política pública. El organigrama de los partidos políticos difiere dependiendo del Contexto Social y Político de cada país pero todos comparten los mismos intereses de postular candidatos y ganar elecciones.
Mediante este interés, los partidos políticos pueden contribuir a mantener la integridad al monitorear el proceso electoral para asegurar que ningún partido reciba trato preferencial (ver Observadores de los Partidos Políticos). También publicitan causas políticas, estimulan el interés en el proceso político, reclutan candidatos y llevan a cabo las elecciones. (para mayor información ver Partidos y Candidatos).
Muchos sistemas electorales permiten la postulación de candidatos independientes sin filiación partidista, y tanto ellos como sus supervisores cumplen las mismas funciones de integridad que los candidatos de los partidos políticos.
Para que haya elecciones libres y justas, el funcionamiento interno del partido político debe ser transparente, tan libre y limpio como el proceso electoral mismo. Esto implica que los mecanismos para la selección de candidatos sean transparentes, justos, y no discriminatorios. La legislación que cubre la actividad de los participantes y la reglamentación interna de los partidos políticos hacen responsables de sus acciones a los líderes de partido.
Los partidos políticos no siempre han sido modelos de transparencia e integridad en su lucha por los cargos públicos. En los Estados Unidos, algunas organizaciones regionales o locales de partidos políticos han sido llamadas "máquinas políticas". Este nombre provino de los partidos que operaban como máquinas bien aceitadas manejadas por un jefe, un pequeño grupo de líderes autocráticos, cuyas órdenes eran ejecutadas por un pequeño grupo de miembros leales. Estas máquinas eran conocidas por sus métodos poco éticos de mantenerse en los cargos públicos mediante el uso de sobornos, influencias, chantajes, control sobre las postulaciones y fraude electoral. El poder de estas máquinas políticas se redujo mediante la introducción de elecciones internas de partido (primarias) a fin de seleccionar al candidato del partido, y el activismo de la ciudadanía para restaurar un gobierno limpio y responsable. (Para mayor información sobre este tema, consulte Revisión Histórica.)
Tener un partido político que actúa de manera ética y legal durante el proceso electoral es un mecanismo eficaz de integridad electoral. Puede reducir los intentos de manipular el proceso y ayuda a asegurar que los administradores electorales y demás participantes se responsabilicen por sus actos.
En general, la integridad en la participación de los partidos políticos incluye:
Selección de candidatos abierta y justa
Uno de los fines principales que persigue un partido político consiste en seleccionar candidatos y ayudarles a ganar un cargo. Para fines de integridad electoral, el candidato seleccionado debería ser el que cuente con el mayor apoyo en su partido. En algunos sistemas, los jefes de partidos políticos o los pequeños grupos elitistas dentro de un partido seleccionan a los postulados, que quedan en deuda con los jefes, quienes esperan favores y otras formas de trato preferencial. Esto también puede aplicarse a los donadores principales de fondos para los partidos que pueden intentar "comprar" candidatos (para mayor información sobre este tema, ver Financiamiento de las Campañas.)
Una forma de abrir la selección de los postulados es elegirlos por votación. En los Estados Unidos el poder de los jefes de partido se vio disminuido mediante la introducción de la elección "primaria" que abrió el proceso de nominación e hizo que la selección de candidatos postulados fuera más representativa y democrática. Un sistema primario puede dar a los miembros de partido de menor jerarquía mayor voz en los asuntos del partido y permite liberarse de los líderes partidistas impopulares pero fuertemente afianzados dentro del partido. En los Estados Unidos, las autoridades electorales estatales y las del condado celebran las elecciones primarias con fondos de los contribuyentes. Añaden un nivel más al sistema electoral estadounidense, pero han eliminado las convenciones o las reuniones a puerta cerrada (caucus) casi por completo como medio para lograr que los partidos principales postulen a sus candidatos.
Las primarias pueden restringirse a miembros del partido ("primarias cerradas") o abrirse para todos los electores registrados ("primarias abiertas"), dependiendo de las reglas del partido y del sistema electoral. El conflicto electoral potencial relacionado con las primarias cerradas es que los electores deben expresar su filiación partidista al momento de registrarse. Los electores que no quieren tener una filiación política oficial con algún partido político no pueden votar en una primaria cerrada. La cuestión de la integridad que surge en una primaria abierta es que los miembros de otros partidos políticos pueden seleccionar a los candidatos de otro partido - presumiblemente seleccionando al más débil para que el candidato de su propio partido pueda ganar en la elección general.
El caucus (o reunión del partido) es otro mecanismo para seleccionar candidatos del partido. En este proceso pueden participar sólo los líderes del partido o también los miembros de menor jerarquía. Los conflictos de integridad que surjan por recurrir a un caucus incluyen su naturaleza con frecuencia no representativa, la falta de separación de los poderes dentro del partido, el uso de tratos secretos e intercambio de favores para manipular el proceso, y el uso del "snap caucus" mediante el cual los pequeños grupos elitistas controlan el proceso de nominación al no notificar a todos los participantes elegibles que se sostendrá una reunión. Puede sin embargo crear acuerdos entre las diferentes facciones de un partido y cuesta menos, lo que lo hace más accesible para algunos partidos.
Celebración de una campaña electoral limpia
Los partidos políticos y los candidatos participan en una elección llevando a cabo una campaña para persuadir a los electores de que voten por ellos el día de la elección. Algunas cuestiones involucradas con tener un ambiente que fomente una campaña libre y justa incluyen la libertad para hacer campaña (ver Campaña Electoral) y Acceso a los Medios.
Celebrar una campaña electoral limpia ayuda a que los partidos mantengan su integridad y la del proceso. Una campaña limpia implica la participación justa y el cumplimiento con los reglamentos que la rigen. Aunque se supone que la contienda electoral debe ser un proceso pacífico, las campañas están diseñadas para motivar a los electores y crear asociaciones entre los candidatos y algunas causas o emociones específicas. Puesto que nadie está seguro de si los electores votan por o contra los candidatos, éstos recurren con frecuencia a medidas de ataque. Se enfocan en los aspectos negativos de los otros candidatos y en los motivos por los cuales creen que dichos candidatos no están calificados para ser líderes. Con creciente frecuencia esto puede incluir exponer la vida personal y los defectos personales de otros candidatos, en lugar de atacar sus posturas políticas. La calidad de la campaña y la ética que debería usarse en ella se discuten en Campañas sobre Comportamiento Ético.
Las campañas se han convertido en empresas costosas, cuyos gastos aumentan año con año. Hay estudios que indican que el candidato que invierte más dinero es generalmente quien gana la elección. En el estado de California en los Estados Unidos, el Secretario Estatal comparó los gastos de los candidatos victoriosos y los perdedores para las elecciones de la Asamblea estatal. Los ganadores siempre habían gastado más que los perdedores. El costo promedio de un ganador postulado para la Asamblea Estatal en 1976 era de alrededor de 40,000 dólares, pero para 1998 era de casi 250,000 dólares.
El gasto de los candidatos derrotados no aumentó desde 1976 y la proporción de gastos entre los ganadores y los perdedores aumentó de aproximadamente 3 a 1 en 1976 a 14 a 1 en 1998. 232
La necesidad de recaudar grandes cantidades de dinero que se requieren para ganar una campaña puede despertar dudas sobre la integridad. ¿De dónde proviene este dinero? ¿Cómo y cuándo se gasta? ¿Quién lo dona está comprando acceso o trato especial? ¿Es posible que un candidato permanezca imparcial después de haber sido electo gracias a la gran contribución hecha por alguien en alguna organización? Para asegurar la limpieza en la campaña, la mayoría de los sistemas electorales han adoptado algún tipo de reglamento para el financiamiento de las campañas Financiamiento de las Campañas y han empezado a reglamentar las actividades de los activistas de los grupos de presión (ver Grupos de Interés).