La supervisión del proceso electoral es una salvaguarda de integridad muy importante. Es parte de los mecanismos de revisión y equilibrio que protegen la viabilidad y honestidad de la administración electoral y la participación de los partidos políticos, candidatos y grupos de interés.
La supervisión asegura el apego con el marco legal y actúa como agente disuasivo para aquellos que contemplan la instrumentación de actividades cuestionables. El informe público a través de la supervisión incrementa los márgenes de transparencia y ayuda a asegurar el contexto de responsabilidad
El monitoreo incluye la Supervisión oficial por parte de un auditor o agencia gubernamental, así como la observación del proceso por parte de Medios de Comunicación, Observadores de los Partidos Políticos, Organismos no Gubernamentales (ver Observación Electoral Nacional) y grupos internacionales de observación (ver Observación Electoral Internacional). Esta supervisión también puede ser llevada a cabo por otros grupos, tales como los observadores oficiales designados por un organismo de política electoral, como se hizo en la India. 274
El efectivo monitoreo debe cubrir el proceso electoral en su totalidad y no puede limitarse al registro de electores o a la votación. Una lista preliminar de las áreas que los monitoreos deben cubrir desarrollada por Horacio Boneo, ex Director de la Unidad de Asistencia Electoral de las Naciones Unidas, incluye:
- Adecuación del marco legal;
- Adecuación de los procedimientos y arreglos electorales, incluyendo la capacitación del personal;
- Existencia, adecuación e instrumentación programada de las impugnaciones y adjudicación de procedimientos durante la etapa pre-electoral del proceso electoral;
- Delimitación de distritos;
- Registro de electores;
- Información y capacitación electoral;
- Registro de partidos políticos, alianzas y candidatos;
- Libertad de asamblea y movimiento, sin temor e intimidación;
- Libertad de expresión y acceso igualitario a los medios;
- Financiamiento de campañas y la existencia de una contienda razonablemente balanceada;
- Utilización de los recursos públicos para propósitos de campaña;
- Observación de eventos el día de la jornada electoral;
- Escrutinio de la votación/recopilación de resultados; y
- Existencia, adecuación e instrumentación programada de quejas imparciales y adjudicación de procedimientos relacionados con los resultados de la elección. 275
Las actividades de supervisión llevadas a cabo por los observadores no gubernamentales pueden ser de carácter partidista (como en el caso de los monitores de partidos políticos o de una prensa parcializada) o imparciales (como en el caso de los grupos de interés público o por una prensa imparcial). Ya sea partidista o neutral, ambas modalidades de monitoreo juegan un importante papel en términos de integridad de la elección.
Los monitores partidistas se orientan a la protección de un candidato favorecido o de intereses de un partido en particular. El monitoreo de los distintos partidos políticos está habilitado para darle seguimiento al proceso, asegurando que cualquier incidente que es perjudicial a un candidato o partido sea reportado.
Se espera que la actuación de los observadores que no pertenecen a algún partido sea imparcial, y que proporcione un informe objetivo. Ya que los informes sobre las elecciones involucran la rendición de un juicio sobre el proceso, la integridad de los esfuerzos de monitoreo es importante. Los problemas de integridad involucrados con el monitoreo se discuten en
Asuntos de Integridad en la Supervisión, Integridad en la Observación Nacional e Integridad en la Observación Internacional.