Algunos sistemas electorales usan un código de conducta para regir el comportamiento de los partidos políticos, los candidatos y sus simpatizantes durante la elección. Éstos pueden ser acuerdos voluntarios, no forzosos, que son consecuencia de un consenso entre los partidos, o pueden ser parte de un marco legal y regulador, que es obligatorio y para el cual existen autoridades que lo hacen cumplir.
Los códigos de conducta o comportamiento deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada sistema electoral. En las democracias más establecidas, donde el financiamiento de las campañas es un conflicto, los códigos de ética incluyen instrucciones detalladas sobre lo que se permite y lo que se prohíbe al respecto. En países que atraviesan por una transición, el enfoque del código de conducta está dirigido hacia la renuncia al uso de la violencia y la disposición para aceptar los resultados electorales.
Los códigos de conducta para los partidos políticos incluyen a los partidos, sus candidatos y simpatizantes. Algunos requieren que el partido controle las actividades de sus simpatizantes y que sea responsable de las violaciones del código por parte de ellos.
Código de conducta voluntario
IDEA (el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral) ha desarrollado un modelo Code of Conduct: Political Parties (IDEA) . Es un código voluntario basado en las negociaciones entre los partidos. Estas negociaciones establecen las reglas básicas para la ética en las campañas y contribuyen a establecer confianza en la celebración y el resultado de las elecciones. IDEA cree que es más probable que los partidos obren de buena voluntad si se comprometen voluntariamente a cumplir con un código de conducta. La denuncia pública es una motivación para que actúen con moderación y respeten el código.
Código de conducta obligatorio
Algunos sistemas electorales incluyen un código de conducta obligatorio que los partidos y candidatos deben respetar si participan en la contienda electoral. Estos códigos pueden ser parte de un marco legislativo o regulador y se aplican mediante sanciones legales y administrativas. Un candidato podría resultar descalificado de la contienda si no respeta el código de conducta, y también puede ser sujeto a sanciones legales.
Para fines de integridad, los códigos deben escribirse con claridad y las obligaciones de las partes deben carecer de ambigüedad. Las sanciones por no respetarlo deben ser razonables y estar detalladas en él.
Un ejemplo de código de conducta para los partidos políticos en un país que atraviesa por una transición es el Código de conducta para los partidos políticos de 1995 para Sudáfrica. Este código es automáticamente obligatorio para cualquier partido, candidato o representante de partido que presente su solicitud para contender en las elecciones. El término "representante" es amplio e incluye a "los agentes de los partidos, los mensajeros, los partidarios a la postulación del candidato, las personas en las listas de representación proporcional de los partidos, y los simpatizantes (incluyendo a todos los miembros de los partidos y a los donadores de fondos). 233 El partido es responsable de las violaciones al código por parte de cualquiera de sus representantes.
Un resumen del Código de conducta para partidos políticos en Sudáfrica:
- condenar públicamente la violencia y la intimidación;
- no cometer actos de violencia o intimidación, ni dar discursos o emprender acciones que puedan conducir a la violencia o a la intimidación;
- no permitir portar o mostrar armas en mítines políticos, marchas, manifestaciones, mesas de votación, etc;
- no publicar o repetir acusaciones falsas, difamatorias o que exalten los ánimos con respecto a los contrincantes políticos;
- cooperar con otros partidos políticos para evitar programar actividades políticas en el mismo lugar y a la misma hora;
- no impedir el acceso a los votantes elegibles mediante opositores políticos;
- no destruir, distorsionar o quitar los materiales de campaña de otros partidos políticos;
- no plagiar los símbolos, colores y acrónimos de otros partidos;
- no sobornar a los electores elegibles con respecto a la campaña electoral o a la votación;
- no abusar de las posiciones de autoridad, influencia o privilegio con respecto a la campaña electoral o al voto;
- no discriminar con base en la raza, el sexo, el origen étnico, la clase, el género o la religión en relación con la elección o la actividad electoral;
- facilitar la participación y el acceso equitativos a las mujeres en las actividades políticas y en la votación;
- cooperar con las autoridades electorales en la investigación de conflictos y acusaciones relacionados con las elecciones;
- tomar las medidas razonables para asegurar que los funcionarios electorales, los del padrón electoral y los representantes autorizados no sufran insultos ni estén expuestos a amenazas o peligro en la realización de sus labores oficiales;
- tranquilizar a los electores con respecto al secreto y la integridad de la papeleta, y asegurarles que nadie sabrá por quién votaron;
- tomar las medidas necesarias y razonables para disciplinar y evitar que los representantes de partidos y candidatos, los empleados y los simpatizantes:
- infrinjan el código;
- cometan cualquier delito en términos de estas regulaciones o cualquier otra ley;
- cometan alguna irregularidad electoral; y
- contravengan o dejen de cumplir alguna disposición de las regulaciones electorales; y
- establecer y mantener comunicación con el gobierno provincial, el funcionario del padrón electoral, el director electoral a nivel local, incluyendo el intercambio de nombres, direcciones, números telefónicos y de fax de agentes electorales y otros funcionarios y representantes relevantes. 234