Según una
encuesta de la Unión Interparlamentaria (disponible en inglés), realizada
entre 2006 y 2008, las mujeres enfrentan grandes obstáculos para ingresar a la
política, incluidos los prejuicios y las percepciones culturales sobre los
roles de las mujeres en la sociedad, la violencia contra las mujeres en la
política y la falta de recursos financieros. Cuando se involucran, las mujeres
parlamentarias aportan nuevas perspectivas y prioridades al proceso de toma de
decisiones, situando las preocupaciones de las mujeres en la agenda
parlamentaria. Este estudio concluyó que la participación de las mujeres es un
motor importante del cambio hacia la igualdad de género en el parlamento. Sin
embargo, sus hallazgos también mostraron que los parlamentos en general no son
generalmente instituciones sensibles al género, y la mayoría de los parlamentarios
están de acuerdo en que la igualdad de género es solo “ocasionalmente” o “rara
vez” incorporada al parlamento. [1]
La Unión Interparlamentaria publicó en 2011 otro estudio sobre Parlamentos
sensibles al género: una reseña global de las buenas prácticas, [2]
centrado en lo que los parlamentos están haciendo, como instituciones, para
promover la igualdad de género. Los parlamentos sensibles al género responden
“a las necesidades e intereses de hombres y mujeres en sus estructuras,
operaciones, métodos y en su trabajo”. En los parlamentos sensibles al género,
hombres y mujeres tienen el mismo derecho a participar plenamente sin
discriminación en el proceso de toma de decisiones y el género se integra en
todo el trabajo parlamentario. Algunos ejemplos concretos de acciones que
pueden tomar los parlamentos que tienen en cuenta las cuestiones de género
incluirían el nombrar a mujeres para dirigir comités importantes, darles el
mismo tiempo para hablar en los debates parlamentarios, asegurar que sus
oficinas tengan recursos iguales y adecuados, y celebrar sesiones en momentos
en que las mujeres son se estén ocupando del tareas domésticas y de cuidado,
entre otros.
Los parlamentos deben ser espacios seguros para todos los hombres y
mujeres, pero en la práctica, el sexismo, el acoso y la violencia contra las
mujeres parlamentarias están muy extendidos, como lo demuestra la publicación
de la Unión Interparlamentaria de 2016 “Sexismo,
acoso y violencia contra las mujeres parlamentarias”. Esta
investigación muestra altos niveles de prevalencia, con el 81,8 por ciento de
las encuestadas sometidas a violencia psicológica, el 21,8 por ciento a
violencia sexual, el 25,5 por ciento a violencia física y el 32,7 por ciento a
violencia económica. [3]
Los parlamentarios pueden promover la igualdad de género dentro de las
políticas internas, las estructuras y la cultura de la institución, así como al
cumplir con sus responsabilidades parlamentarias en el proceso legislativo, la
supervisión de las políticas gubernamentales y la función de la representación.
El Plan
de acción para los parlamentos sensibles al género de la Unión
Interparlamentaria de 2017, basado en el anterior Plan de acción de 2012, tiene
como objetivo ayudar a los parlamentos en sus esfuerzos por volverse más
sensibles al género, presentando estrategias en las siguientes áreas de acción:
1) Aumentar el número de mujeres en el parlamento y
lograr una participación igualitaria;
2) Fortalecer la legislación y las políticas de
igualdad de género;
3) Integrar la igualdad de género en todo el trabajo
parlamentario;
4) Instituir o mejorar la infraestructura y la
cultura parlamentaria sensibles al género;
5) Asegurarse de que la responsabilidad por la
igualdad de género sea compartida por todos los parlamentarios, hombres y
mujeres;
6) Alentar a los partidos políticos a ser campeones
de la igualdad de género; y
7) Mejorar la sensibilidad de género y la igualdad
de género entre el personal parlamentario. [4]