Durante
el período postelectoral, las autoridades recién electas tienen un papel
importante en la promoción de la igualdad de género. Los parlamentarios pueden
contribuir a promover y proteger los derechos humanos a través de las
principales funciones parlamentarias de representación, legislación y
supervisión, así como al establecer mecanismos institucionales y foros informales
para tratar este tema.[1]
Los parlamentarios pueden apoyar los derechos de las mujeres y su participación
política mediante la creación de bancadas de mujeres, la implementación de
programas relevantes de desarrollo de capacidades y un fuerte compromiso con
agendas progresivas y sensibles al género para la reforma legal. Además, los
miembros del parlamento también pueden contribuir a promover los derechos humanos
para todos los ciudadanos independientemente de su identidad de género y
orientación sexual, y mejorar la participación de las personas LGBTI en la
política y las elecciones