En varios países, los OGE han incluido disposiciones de género en sus
declaraciones de misión y visión, en sus principios rectores y los objetivos
internos de la organización. En una encuesta del PNUD y de ONU Mujeres
completada entre 2011 y 2012, al analizar la igualdad de género en 35 OGE, el
23 por ciento de los OGE encuestados incluyó objetivos relacionados con el
género en sus planes estratégicos y operativos. [1]
Según el marco para el desarrollo de políticas internas de género para
los OGE de IDEA Internacional de 2016 “Framework
for Developing Internal Gender Policies for EMBs” (disponible en
inglés) estas políticas pueden contribuir a “hacer visible la igualdad de
género y a considerarla como un aspecto integral en el diseño, planificación,
implementación, monitoreo y reporte de operaciones internas, sistemas y
procesos de un OGE”. Contribuyen al establecimiento de mecanismos
institucionales para que los OGE aborden la desigualdad entre hombres y mujeres
y las barreras para su participación en las elecciones. Los objetivos
principales de estas políticas a menudo incluyen sensibilizar y fomentar el
desarrollo de capacidades internas de los OGE para promover la igualdad de
género; integrar el enfoque de género en la planificación, gestión y sistemas
internos de los OGE; y asegurar el equilibrio de género en los sistemas de
recursos humanos, los procesos de reclutamiento y los planes de desarrollo
profesional.[2]
En ciertos países, los OGE han adoptado protocolos y políticas
internas para promover específicamente la participación de los votantes
transgénero, con un enfoque particular en el proceso de inscripción de
electores y en los procedimientos de identificación durante la jornada
electoral.
Ejemplo: En Costa Rica, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene una Política
Interna para la Igualdad de Género y su plan de acción es una parte integral
del plan de trabajo anual de la institución. Este último establece
responsabilidades y recursos específicos para alcanzar los objetivos de la
política interna de género y su plan de acción. [3]
Ejemplo: En Nepal, la ECN adoptó una Política de género e inclusión social en
2013 y un Plan de acción de dos años para su implementación. En 2015, la ECN
adoptó una estrategia de género e inclusión para el período 2015-2020, así como
un plan de acción para la implementación de esta estrategia de 2015 a 2018. [4]
Ejemplo: El Plan Estratégico de la Comisión Electoral de Pakistán para el
período 2010-2014 enfatizó la necesidad de incorporar una perspectiva de género
e incluyó entre sus objetivos estratégicos la participación de mujeres y otros
grupos marginalizados: “formular leyes y aplicarlas estrictamente para garantizar
que los grupos marginalizados, incluidas las mujeres, las minorías y las
personas con discapacidad, puedan participar en los procesos políticos y
electorales”. [5]
Ejemplo: En Sierra Leona, la Comisión Electoral Nacional (NEC) desarrolló una
política de género en 2014, que fue utilizada para incorporar la perspectiva de
género en la administración electoral, aunque nunca fue formalmente aprobada.
En 2018, la NEC adoptó una nueva política de género para el periodo de 2019 a
2024, basándose en el borrador de 2014 y en una evaluación postelectoral
realizada tras las elecciones de marzo de 2018. El principal objetivo de la
política de género es mejorar la participación política y electoral de las
mujeres en sus funciones de votantes, candidatas, observadoras y empleadas de
la NEC. Busca llevar a cabo los compromisos de la NEC relativos a la promoción
de la igualdad de género, identificar barreras a la participación de las
mujeres en las operaciones y servicios de la NEC, aumentar la proporción de
mujeres empleadas por el organismo electoral y establecer un marco a larga
plazo para integrar el enfoque de género en el trabajo de la NEC.[6]
Ejemplo: En Liberia, la Comisión Nacional de Elecciones (NEC) tiene una
política de integración de género que fue aprobada por la Junta de Comisionados
en 2017 junto con un plan de implementación que contiene varias estrategias. [7]
Ejemplo: En México, el Instituto Nacional Electoral adoptó en 2017 un
Protocolo para garantizar el derecho al voto de las personas trans sin
discriminación.[8] Este
instrumento legal, conocido como Protocolo Trans, establece pautas para
promover la participación efectiva de las personas trans como votantes durante la
jornada electoral, incluidas las personas transgénero, transexuales y
travestis. Está dirigido a todos los actores involucrados en las operaciones y
procedimientos electorales, incluido el personal electoral, los observadores
electorales, los representantes de los partidos políticos, el personal de
votación y los ciudadanos en general, y se aplica a todo tipo de elecciones y
mecanismos de participación ciudadana. El documento fue desarrollado a través
de mecanismos de consulta con personas trans y asociaciones LGBTI. Los
objetivos específicos de este protocolo incluyen los siguientes:
- Adoptar medidas
concretas para garantizar que todas las personas ciudadanas trans que tengan
credencial para votar vigente y estén inscritas en la Lista Nominal de Electores
puedan emitir su voto el día de la elección.
- Incorporar en la
Estrategia de Capacitación y Asistencia Electoral […] medidas de inclusión para
asegurar un trato igualitario y sin discriminación en el ejercicio del derecho
al voto a las personas trans durante la Jornada Electoral.
- Aportar información y
sugerencias que contribuyan a la concientización y capacitación del personal
electoral, de partidos políticos y candidaturas independientes, así como de la
ciudadanía que participa en el proceso de integración de mesas directivas de
casilla […].
- Contribuir a eliminar
las barreras normativas, actitudinales, procedimentales, materiales y
comunicacionales que dificultan que las personas trans puedan acceder y
concretar, de manera efectiva, su derecho al voto.
- Informar mediante una
campaña de difusión que las personas trans pueden actualizar sus datos en el
Registro Federal de Electores a efecto de mantener actualizada la fotografía
y/o los datos”.
El siguiente recurso
gráfico describe los aspectos principales del Protocolo Trans del
INE, en particular las medidas concretas para garantizar que las personas
transgénero puedan emitir su voto de manera efectiva durante la jornada
electoral, el registro adecuado de incidentes relacionados, una estrategia de
capacitación para informar al personal electoral y a los miembros de las mesas
de votación sobre las implicaciones del Protocolo y una campaña de divulgación
para informar a los votantes transgénero y al público en general sobre estas
mejoras.

Para obtener más información sobre este tema, consulte la respuesta
consolidada del proyecto ACE “EMBs
with gender policies” (disponible en inglés).
[1] PNUD y ONU Mujeres (2012): “Survey on Gender Mainstreaming in
Electoral Management Bodies”.
[3] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 23.
[4] Información
presentada por el Proyecto de asistencia electoral del PNUD en Nepal en julio
de 2018.
[5] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 23.
[6] National Electoral Commission of Sierra Leone (2018): “Gender
Policy”.
[7] Información
presentada por el Proyecto de asistencia electoral del PNUD en Liberia en julio
de 2018.