“Las cuotas voluntarias de los
partidos han sido cada vez más populares entre los partidos de izquierda y
centro-izquierda, como los partidos Verde, Socialista y Social Demócrata [...]
en muchos países de Europa. En Suecia, muchos partidos políticos introdujeron
cuotas voluntarias de partidos mediante una regla según la cual “ninguno de los
dos sexos debería estar representado por menos del 40 por ciento” en las
décadas de 1970 y 1980, como resultado de lo cual el número de parlamentarias alcanzó
el 39 por ciento en las elecciones de 1988. Fue solo después de las elecciones
de 1991 (cuando el número de mujeres en el parlamento bajó a 34 por ciento) que
las mujeres en varios partidos exigieron medidas más estrictas, como alternar
entre candidatos masculinos y femeninos en todas las listas de candidatos, para
asegurar la verdadera paridad entre los representantes electos. Las cuotas
voluntarias de los partidos contribuyeron a avances significativos en la
representación de mujeres en los parlamentos nacionales en países tan diversos
como Australia, Alemania, Mozambique, Namibia, Nicaragua, Sudáfrica y el Reino
Unido. […] En aproximadamente 37 países y territorios, uno o más partidos
utilizan cuotas voluntarias de partidos. [1]
Cualquier partido político puede
introducir cuotas de género para sus propias listas de candidatos en las
elecciones. Uno o dos partidos pueden ser precursores respecto a otros partidos
en un país. En muchos países, las cuotas de género fueron introducidas por
primera vez individualmente por algún partido político, y luego fueron
adoptadas por los parlamentos con regulaciones de cuotas vinculantes para todos
los partidos políticos.[2]
Las cuotas voluntarias de los
partidos aplicadas a las listas de candidatos deben complementarse con
disposiciones de orden de clasificación para garantizar que las mujeres se
incluyan en los puestos principales de las listas de candidatos y se distribuyan
de manera uniforme en toda la lista. [3]
Es probable que las cuotas
voluntarias se respeten y se implementen adecuadamente en partidos con reglas
claras, una cultura burocrática y prácticas estandarizadas [...]. Por lo tanto,
los partidos altamente institucionalizados pueden proporcionar un ambiente más
propicio para adoptar e implementar cuotas voluntarias de partidos”.[4]
[1] IDEA Internacional, Unión Interparlamentaria y Universidad de
Estocolmo (2013): op. cit. p. 27.
[2] IDEA Internacional, Unión Interparlamentaria y Universidad de
Estocolmo (2013): op. cit. p. 28.
[3] IDEA Internacional, Unión Interparlamentaria y Universidad de Estocolmo
(2013): op. cit. p. 28.
[4] IDEA Internacional, Unión Interparlamentaria y Universidad de
Estocolmo (2013): op. cit. p. 28.