Los OGE a menudo realizan evaluaciones de género o ejercicios de mapeo
para identificar desigualdades en las oportunidades para hombres y mujeres en
el proceso electoral. Estos análisis desde una perspectiva de género pueden
llevarse a cabo en diferentes etapas del proceso electoral y pueden ayudar a
los OGE a articular sus posiciones sobre la igualdad de género y desarrollar
políticas internas en este ámbito.[1]
El período postelectoral ofrece a los OGE una ventana de oportunidad
para reflexionar sobre el proceso electoral, analizar las fortalezas y
vulnerabilidades de sus políticas internas de igualdad de género y recopilar
las lecciones aprendidas. El impacto de las elecciones en hombres y mujeres,
así como sus respectivos niveles de participación, a menudo se analiza a través
de los ejercicios de evaluación postelectoral realizados por los OGE. Algunos
de los aspectos que se pueden considerar en las evaluaciones postelectorales
incluyen la proporción de mujeres entre las autoridades recién electas, las
candidatas, el personal electoral y los funcionarios electorales, así como las
tasas de participación desagregadas por sexo. Además, los análisis legislativos
posteriores a las elecciones pueden ayudar a evaluar los obstáculos a la
participación de las mujeres dentro de la ley, identificar áreas de mejora en
el marco legal nacional y hacer recomendaciones para una reforma legal que
fomente la participación de las mujeres. [2]
Ejemplo: En Sierra Leona, la Comisión Electoral Nacional (NEC) y el PNUD
realizaron una evaluación de género tras las elecciones presidenciales,
parlamentarias y locales de marzo de 2018. Esta evaluación examine la
participación electoral de las mujeres como votantes, candidatas, miembros de partidos
políticos, administradoras electorales y observadoras. El informe contiene
recomendaciones para aumentar la participación de las mujeres, que estaban
dirigidas al gobierno, la Comisión Electoral Nacional, la Comisión de Registro
de los partidos políticos, la policía y los socios internacionales.[3]
Ejemplo: La Comisión Electoral de Nepal (ECN) realizó un mapeo de género en el
ámbito electoral en 2010, con el apoyo del PNUD y de IFES. Este mapeo analizó
el marco legal e institucional, identificando los obstáculos a la participación
electoral de las mujeres y sus condiciones de trabajo dentro de la ECN. La
metodología de mapeo se basó en entrevistas y discusiones grupales con una variedad
de actores electorales. La Comisión se comprometió a seguir las recomendaciones
del estudio, incluido el establecimiento de puntos focales de género, la
implementación de programas de capacitación para el personal, la adopción de
una política de género en 2013 y un Plan de Acción para su implementación. En
2014, también creó una Unidad de Género. [4]
Ejemplo: A través de su plan estratégico de 2011, la Comisión Electoral
Central de Moldavia (CEC) se comprometió a incorporar la igualdad de género en
todo su trabajo. Se creó un grupo de referencia para supervisar una auditoría
de género del proceso electoral, compuesto por miembros de la Comisión,
personal, sociedad civil y socios del PNUD. La auditoría hizo recomendaciones
para promover la igualdad de género a través de las políticas y procedimientos
de la CEC y la reforma legal. [5]
Ejemplo: La Comisión Electoral de Malawi (MEC) realizó una auditoría de género
del proceso electoral en 2015, con el apoyo de ONU Mujeres. Sus hallazgos
informaron el desarrollo de una Estrategia de Género en 2016. [6]
Ejemplo: En Pakistán, la Comisión Electoral llevó a cabo un análisis postelectoral
en 2013 que llevó a recomendaciones concretas para reformas legislativas respecto
al sistema de gestión de quejas relacionadas con la privación de voto de las
mujeres votantes. [7]
Ejemplo: En Bosnia y Herzegovina, se realiza un análisis postelectoral después
de cada elección con una perspectiva de género e incluye las estadísticas sobre
el número de mujeres candidatas, las candidatas electas y la participación
electoral. [8]
Ejemplo: En Canadá, varios informes postelectorales incluyen una perspectiva
de género relacionada con las tasas de participación de los votantes, las
razones para no votar y la participación de las mujeres como candidatas.[9]
Ejemplo: En Afganistán, el análisis postelectoral de 2010 llevado a cabo por
la Comisión Electoral Independiente (IEC) identificó al menos tres áreas para
una posible reforma legislativa con vistas a mejorar la representación de las
mujeres, incluyendo una formulación más estricta de la cuota de género,
reconsiderar las regulaciones que requieren que los funcionarios públicos
renuncien antes de postularse como candidatos para la elección, y permitir a
las mujeres candidatas aceptar el apoyo en especie de donantes internacionales
para los gastos de la campaña. [10]
[1] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 17.
[2] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 17.
[3] O’Reilly, Christiana; Flanigan, Annetta and Sullivan, Kate (2018):
“Women, use your power: a gender assessment of Sierra Leone’s elections”,
National Electoral Commission of Sierra Leone and UNDP.
[4] PNUD y ONU Mujeres (2016): op.
cit. p. 17.
[5] PNUD y ONU Mujeres (2016): op.
cit. p. 18.
[6] Información
presentada por el Proyecto de asistencia electoral del PNUD en Malawi en julio
de 2018.
[7] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 18.
[8] Comisión
Electoral Central de Bosnia y Herzegovina, respuesta proporcionada a la
encuesta sobre la incorporación de la perspectiva de género en los organismos
de gestión electoral del PNUD y de ONU Mujeres: “Survey
on Gender Mainstreaming in Electoral Management Bodies”.
[9] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 19.
[10] PNUD y ONU Mujeres (2016): op. cit. p. 20.