Las mujeres a menudo enfrentan barreras para su participación efectiva
en el proceso electoral como votantes, candidatas, periodistas, administradores
electorales o representantes de la sociedad civil, entre otras capacidades. Sus
derechos de participación con frecuencia se ven socavados por las expectativas
culturales y las normas sociales, la exclusión de las plataformas de toma de
decisiones dominadas por los hombres, la falta de recursos financieros, el
acceso restringido a la información y al conocimiento, la discriminación y la
violencia generalizada. A lo largo del ciclo electoral, una diversidad de actores
pueden comprometerse a promover la igualdad de género y la participación de las
mujeres desde sus respectivos campos de acción, incluidos los partidos
políticos, los organismos de gestión electoral, la sociedad civil, los
observadores electorales, los medios de comunicación, los proveedores de
asistencia electoral internacional y muchos otros. Esta área temática analiza
los obstáculos a la participación política de las mujeres, así como las
estrategias implementadas por los actores relevantes para promover la igualdad
de género a lo largo del proceso electoral.
A pesar de la falta de datos en muchas áreas, se ha comprobado que las mujeres
están poco representadas a todos los niveles en la política y en la toma de
decisiones. La participación de las mujeres en los parlamentos nacionales ha
aumentado en todo el mundo en los últimos años, pasando del 13,8 por ciento en
2000 al 24,3 por ciento en 2019. [1]
A pesar de estos avances, aún queda un largo camino por recorrer para lograr la
igualdad de género en la representación política y la participación efectiva de
todos los hombres y mujeres en el proceso electoral.
Los marcos legales y las políticas establecen las reglas del juego y afectan a la
igualdad de género y la participación de las mujeres en las elecciones. La
elección del sistema electoral tiene un impacto importante en este ámbito. Además,
la adopción de Medidas especiales de carácter temporal (TSM), incluidas las
cuotas, ha demostrado ser un factor crítico para aumentar la representación de
las mujeres en los órganos electos.
Si bien las estructuras y los modelos de poder de los partidos políticos,
tradicionalmente dominados por los hombres, a menudo crean barreras para las
mujeres, los mismos pueden también ser instrumentales para facilitar su avance e
integrar sus voces en el proceso político y asegurarles un lugar en la toma de
decisiones. Los partidos políticos pueden incorporar la perspectiva de género
dentro de su organización interna y en su trabajo, mediante el desarrollo de
marcos legales y políticos que tengan en cuenta el género, garantizando el
reclutamiento de candidatos con equilibrio de género y apoyando a las mujeres
políticas en sus campañas.
Los OGE pueden considerar una amplia variedad de puntos de entrada para mejorar
la participación de las mujeres y promover la igualdad de género dentro de su
organización interna. Algunas de estas estrategias incluyen la recopilación de
datos desagregados por sexo, la inclusión de disposiciones de igualdad de
género en sus políticas internas y en su planificación, la creación de unidades
o comités de género, la búsqueda de una representación equilibrada de hombres y
mujeres entre el personal electoral y la organización de iniciativas de fortalecimiento
de capacidades, entre otras. Además, en su estrategia externa, los OGE y otros
actores relevantes pueden hacer esfuerzos para promover la igualdad de género y
la participación de las mujeres en diferentes etapas del ciclo electoral, que
incluyen el registro de votantes, la nominación de candidatos, la información y
educación del electorado, las operaciones electorales y los procedimientos
durante el día de las elecciones, y los mecanismos de resolución de disputas
electorales.
Tanto la observación electoral internacional como la nacional pueden integrar
una perspectiva de género, identificando barreras que dificultan la
participación de las mujeres en las elecciones. Este enfoque de género puede
ser incorporado a través de la observación integral de las elecciones o
implementado mediante esfuerzos de observación que evalúen específicamente la
participación de las mujeres. Una composición de los equipos de observación con
equilibrio de género es clave para promover el principio de igualdad. Además,
la integración de la temática de la participación de las mujeres en la
presentación de informes, incluidos los informes finales y las recomendaciones,
puede contribuir a mejorar su participación de manera constructiva.
Los medios de comunicación a menudo presentan imágenes negativas y
minimizadoras de las mujeres, contribuyendo a su exclusión de la esfera
política. Las iniciativas de monitoreo de medios pueden ayudar a identificar
sesgos contra las mujeres en los medios y evaluar la calidad y la pluralidad de
la cobertura electoral. El desarrollo de capacidades y la capacitación para
periodistas y profesionales de los medios también pueden mejorar sus habilidades
en la redacción de notas sensible al género. Además, la integración de
disposiciones de igualdad de género en los códigos de conducta de los medios de
comunicación en las elecciones puede contribuir a evitar estereotipos
perjudiciales contra las mujeres e integrar sus voces en el debate público.
Otro obstáculo importante para la realización de los derechos políticos y
electorales de las mujeres es la violencia contra las mujeres en las elecciones
(VCME). Comprende varios tipos de violencia, incluidos el acoso, la
intimidación, el abuso psicológico, la violencia sexual y los ataques físicos,
dirigidos a mujeres con diferentes roles en el proceso electoral, como
votantes, candidatas, militantes y simpatizantes de un partido, observadoras,
administradoras electorales o funcionarias públicas, entre otros. Los diversos
actores electorales pueden usar una variedad de estrategias para prevenir y
mitigar la VCME a lo largo del ciclo electoral, incluido el mapeo y la medición
de la VCME, la integración de este componente en la observación de elecciones y
el monitoreo de la violencia, el fomento de reformas legales y políticas, la
adopción de arreglos electorales específicos, el trabajo conjunto con los
partidos políticos y la sensibilización del público sobre este tema.
A pesar de las amenazas existentes al disfrute de los derechos de reunión y
asociación pacíficas y la tendencia mundial actual de reducción del espacio
cívico, las organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo siguen
reclamando la igualdad de género en la política y procesos electorales más
inclusivos. En muchos países, los esfuerzos de las asociaciones de mujeres han
contribuido a un cambio social positivo, al aumentar la participación de las
mujeres. Las acciones para promover la igualdad de género también deben
involucrar a los hombres y comprometer a los aliados masculinos en la
construcción de sistemas democráticos inclusivos.
Durante el período postelectoral, los legisladores pueden desempeñar un papel
importante en la promoción de la igualdad de género y la participación de las
mujeres, mediante la adopción de legislación pertinente, la supervisión
efectiva de las políticas gubernamentales y el fortalecimiento de las
estructuras parlamentarias para promover la igualdad y los derechos de las
mujeres.
Además, esta área temática incluye documentos, estrategias y ejemplos de actores
electorales que también abordan la igualdad de género en el proceso electoral
desde una perspectiva no binaria, con el fin de promover la realización de los
derechos políticos de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales
(LGBTI). Las diferentes secciones de la presente área temática incluyen un
análisis de las barreras que afectan la participación electoral de las personas
LGBTI, así como las estrategias puestas en práctica por una variedad de actores,
incluidos los OGE, para promover la inclusión política.