Los OGE deben tener en cuenta
los desafíos específicos que las mujeres pueden enfrentar en el proceso de
votación y tomar medidas específicas para protegerlas de estos riesgos. Para
ser creíbles, todos los votantes registrados deben tener la oportunidad de
emitir su voto en secreto, sin intimidación, y que su voto sea contado como
parte del resultado electoral oficial.