Existe una amplia variedad de empresas de transmisión privadas -que van
desde gigantescas corporaciones transnacionales, operadas por algunos de los
hombres más ricos y políticamente poderosos en el mundo, hasta pequeñas
estaciones locales de radio. La categoría es artificial, puesto que lo que las
une es tan grande como lo que las separa.
Sin embargo, lo que tienen en común
es que son propiedad de intereses privados – que usualmente busca generar
ganancias, aunque hay algunas compañías que no persiguen fines de lucro sino
generar confianza. En la mayoría de los casos, su operación se regirá por los
términos de una licencia garantizada periódicamente por una autoridad pública.
Desde luego, hay variaciones en que tan restrictivos o normativos sean los
términos de la licencia o permiso oficial. Algunas veces puede prohibir
expresamente la transmisión de noticias. Este es el caso de la licencia
otorgada a la transnacional sudafricana M-Net, por ejemplo. M-Net se dedica
exclusivamente a ofrecer canales de entretenimiento, por lo que las elecciones,
con el revuelo y controversia que generan, son totalmente ignoradas.1
A menudo, la licencia de operación
fijará ciertos términos bajo los cuales pueden transmitirse noticias o asuntos
de actualidad. En ocasiones, esto incluye prescripciones en cuanto a como lo
cobertura de las elecciones deben efectuarse. También puede haber un componente
explícito de servicio público a la licencia - por ejemplo, que obliga al
licenciatario a tener programas de educación pública.
Qué tan importante son las emisoras
privadas como una fuente de información para los electores es una cuestión que
tiene que ser respondida conjuntamente con el rol de la emisora pública. En un
extremo se ubica Estados Unidos, donde las emisoras públicas desempeñan un
papel marginal, por lo que los electores obtienen gran parte de la información
electoral de medios privados. Paradójicamente, un país como Tanzania, donde la
televisión fue introducida en fechas muy recientes, la televisión privada tiene
mucho mayor peso que la pública. (Esto contrasta con la mayoría de los países
africanos donde predomina la televisión estatal -e incluso con Zanzíbar, la
región de Tanzania donde la televisión ha existido desde hace mucho tiempo).2
La televisión privada es el medio que experimenta un mayor crecimiento en
muchas partes del mundo - no sólo en Europa Occidental, donde tuvo un inicio
comparativamente tardío, sino también en África, América Latina, Asia y Europa
Oriental. En muchos casos, los propietarios de los medios tienen ambiciones
políticas y electorales explícitas. El ejemplo más evidente es el de Silvio
Berlusconi en Italia, cuyas estaciones promovieron exitosamente sus ambiciones
para convertirse en Primer Ministro de su país. Un fenómeno similar se observa
en algunos países de América Latina y en Europa Central y del Leste.
1 Richard Carver, África del Sur, en Richard Carver y Ann Naughton (eds) ¿Quién
domina las ondas de radio? Radiodifusión en África, ARTICLE 19 y Índice de
Censura, Londres 1995, p. 91
2 Richard Carver, "Tendencias y Temas en la Radiodifusión Africana" en
Richard Carver y Ann Naughton (eds) ¿Quién domina las ondas de radio?
Radiodifusión en África, ARTICLE 19 y Índice de Censura, Londres 1995, p. 5