Una de las medidas de los buenos reportes mediáticos sobre las elecciones
es su imparcialidad. El informar imparcialmente está estrechamente relacionado
con el tema de la precisión. Informar en
forma precisa es una precondición de la imparcialidad, pero no es suficiente
por sí misma.
La medida cuantitativa que los monitores de los medios de comunicación
utilizan para evaluar la imparcialidad es el equilibrio. Los monitores observan
la variedad de las fuentes que un periodista
utiliza en un artículo en particular, o que una publicación o emisora
que transmite noticias, entretenimiento e información al público utiliza en un
determinado periodo. A pesar de que esta medida no es infalible, normalmente
sirve como un indicador confiable. La cobertura de las elecciones está plagada
de problemas si sólo expresa la posición de un partido favorito o candidato sin
informar las posiciones alternativas. Una noticia que incluye diferentes puntos
de vista siempre será la más fuerte y balanceada.
Con frecuencia será difícil para los medios de comunicación establecer un
balance en una noticia en particular, ya que, normalmente se asigna un periodista
para que cubra la campaña de un partido político en particular y dicho
periodista no tendrá la oportunidad de
buscar el comentario de otros partidos políticos. En ese caso, la
responsabilidad recae a nivel editorial, ya que el editor en jefe debe asegurar
que las diferentes posiciones de los partidos políticos sobre el mismo tema
sean informadas, ya sea al recopilar artículos compuestas o llevar a cabo
noticias paralelas que describen las distintas posiciones.
Uno de los elementos de la imparcialidad en la cobertura electorales es la
separación del hecho y del comentario. Este se considera como uno de los
principios fundamentales del periodismo profesional. Incluso se aplica desde
los comentarios mediáticos, hasta el reporte de las campañas. En las elecciones
esto será especialmente importante. Un medio de comunicación puede tener una
posición política a favor de determinado partido político o candidato. Pero
existe la obligación ética que la cobertura de las noticias debe ser objetiva,
incluso cuando el informe preciso se pueda ver socavado ante la postura que la
editorial ha tomado. Esta obligación ética recae en cada uno de los
periodistas, así como en los editores y en los altos mandos de los medios de
comunicación.
Finalmente, una medida importante de la imparcialidad de un periodista es
que ellos no dirijan una oficina importante en cualquier partido político o
movimiento. Los periodistas tienen derecho, como cualquier otro, a sus
opiniones y lealtades políticas, pero la exposición de las creencias políticas
individuales comprometerá la credibilidad del periodista como un analista
imparcial del evento.