Cuando las campañas electorales se tornan violentas, los periodistas
parecen estar en el lugar más reñido de la misma. Desafortunadamente, el
peligro a menudo forma parte del trabajo de los reporteros, sin embargo es
responsabilidad de los gobiernos y de las instituciones electorales asegurar
que esto se mantenga en el nivel más bajo.
Cualquier ataque que atente contra la integridad física de los
corresponsales o interfiera con su trabajo, está calificado como delito bajo la
ley ordinaria del país. Sin embargo, en virtud de la particular importancia de
los medios de comunicación en las elecciones, algunos países han definido
algunas medidas relacionadas con ataques sobre periodistas en una elección. Por
ejemplo, La sección 8 del Acta Electoral de Sudáfrica castiga las faltas contra
periodistas con una multa de R200,000 (alrededor de US$ 30,000), prisión o
descalificación de su participación en las demás actividades de la elección.
El corolario para esta situación es que leyes que restrinjan la libertad de
los medios y el salvoconducto del periodismo deben ser derogadas con
anticipación al desarrollo de la elección. Parte de la seguridad del periodista
estriba en que no estén bajo riesgo de arresto al conducir sus actividades
profesionales ordinarias. Esto podría incluir, por ejemplo, que la policía o el
poder judicial obligaran al periodista a divulgar fuentes de información
confidenciales.
Tan importante como lo que la ley dice s que el mensaje se comunique
claramente a todas las partes involucradas en la elección. . Las organizaciones
periodísticas, como la Federación Internacional de Periodistas, generalmente
recomiendan que los gobiernos (y las autoridades electorales) hagan una clara
declaración al inicio de la campaña electoral informando a todos los partidos
políticos y las agencias del orden público que los medios de comunicación
representan una parte esencial del proceso democrático - y cualquiera que los
prevenga de realizar su trabajo serán objeto de todo el peso de la ley. Por
supuesto que el peligro de los periodistas no viene únicamente de los
activistas partidistas -a menudo están bajo riesgo de los agentes del orden
público entrenados en un contexto dictatorial. De ahí la importancia de las
instrucciones públicas claras con la esencial puesta en práctica de que todo
ataque será investigado y sus perpetradores presentados ante la justicia.
Los códigos de conducta que rigen el accionar de los partidos a menudo son
un dispositivo utilizado en situaciones presumiblemente violentas. En ellos se
debe incluir declaraciones donde claramente se determine la importancia de los
medios de comunicación en un proceso electoral y la necesidad de abstenerse de
atacarlos.
La protección física de los periodistas puede implicar más dificultades
debido a que la presencia policíaca puede interferir con la libertad de los
medios para conseguir información. No obstante, las fuerzas policiales deben
estar instruidas sobre la responsabilidad para proteger a los periodistas en
contra de cualquier ataque, físicamente si es necesario.