La publicación de las conclusiones derivadas de las encuestas de opinión es
motivo de fuertes controversias. La postura de las democracias consolidadas,
sobre este punto, es completamente contraria; por ejemplo, Francia prohíbe la
publicación en el periodo inmediato a la elección, mientras que en los Estados
Unidos la cobertura de los medios respecto a éstas, es considerada como una
parte integral de la libertad de prensa en elecciones. El problema está en que
los resultados de las encuestas de opinión- como cualquier otra forma de
expresión- no son solamente el reflejo del punto de vista de la población, sino
que también pueden conformar otros puntos de vista. Esto significa que la gente
puede verse influenciada sobre la forma en que deben votar considerando las
enseñanzas de las encuestas de opinión... o lo que creen haber aprendido.
Por esta razón, las leyes y regulaciones sobre la cobertura de las
elecciones que hacen los medios de comunicación, intentan controlar la forma en
que se dan a conocer los resultados de estas encuestas. En Montenegro, por
ejemplo, a los medios públicos se les prohíbe difundir estas encuestas o cualquier
otra proyección de los resultados de la elección. El día de la jornada
electoral, incluso está prohibido publicar el resultado de elecciones previas.
No obstante, sea o no deseable, es poco práctico instrumentar una total
prohibición sobre el informe de los resultados arrojados por las encuestas de
opinión. Francia cuenta con una larga tradición al prohibir la publicación de
las encuestas de opinión durante elecciones (aunque no todas las veces). En las
elecciones legislativas de 1997, algunos diarios quebrantaron esta regulación. Le Parisien, La
République des Pyrénées
y Libération fueron
algunos de los periódicos que haciendo caso omiso de esta prohibición,
publicaron las conclusiones derivadas de una encuesta de opinión en sus sitios
en Internet, el cual está vinculado a Tribune
de Genève en Suiza. France Soir siguió esta tendencia al publicar una encuesta previa a la celebración de
la segunda ronda electoral.1
Esto parece representar un caso muy claro de cómo la ley se vuelve
inefectiva una vez que ha caído en el descrédito - a pesar del hecho de haber
sido respetada por muchos años. En el Reino Unido, en donde existe la práctica
voluntaria de no publicar encuestas de opinión el día de la elección, está
restricción es ampliamente respetada.
En el caso de las encuestas de opinión, más que en muchos otros
aspectos, mucho depende del grado de
profesionalismo con que son reportadas. La postura Montenegrina sobre imponer
una total prohibición a los informes de los medios públicos con relación a las
encuestas de opinión, puede presentar ciertas ventajas en una situación donde
la información distorsionada podría afectar sustancialmente los resultados de
la elección. Generalmente, sin embargo, este es un problema que se maneja mejor
si se amina a los medios para que mejoren sus propios estándares al informar.
La Corporación Británica de Radiodifusión, por ejemplo, cuenta con claros
lineamientos internos para la elaboración de informes sobre encuestas de
opinión, que han sido efectivamente aplicados desde hace muchos años.
1 Helen Darbishire, "Media and the Electoral Process"
("Medios de Comunicación y el Proceso Electoral") en Media and
democracy (Medios de comunicación y democracia), Consejo de Europa,
Estrasburgo, 1998, p. 96.