La aplicación de criterios para la asignación de tiempos de transmisión de
acceso directo es, en primera instancia, un problema cuando se aplican
consideraciones de equidad, en lugar de la simple asignación de espacios sobre
una base de igualdad. Sin embargo, en los sistemas con "igualdad
modificada", como en el caso de los Países Bajos, el organismo regulador
toma algunas providencias para asignar tiempo adicional a los partidos con mayor
representatividad.
En cualquier sistema, el primer criterio a establecer se refiere a si
existe un umbral de calificación. Aún ciertos sistemas basados en la igualdad
(como el caso de Dinamarca, Noruega y Japón) requieren una forma de
calificación -como el número de escaños obtenidos o un mínimo de firmas
públicas.
Los sistemas equitativos también tienen que decidir sobre la pertinencia de
un umbral de calificación. En las democracias emergentes es más probable que se
establezca un umbral bajo, debido a la dificultad de conocer el nivel de apoyo
popular de que disfruta cada uno de los partidos políticos. De este modo, en
Sudáfrica por ejemplo, todos los partidos reciben un mínimo de asignación. En
las democracias ya establecidas el umbral a menudo es muy alto. Generalmente,
el umbral debe determinarse por el número de escaños que está en juego, más que
por el número previamente obtenidos, debido a que éste último puede ser un gran
obstáculo para la emergencia de nuevos partidos. De ahí que en el Reino Unido,
por decir algo, el umbral se establece con 50 de la totalidad de los escaños
que están en juego -aproximadamente un 7% del total.
Una vez establecidos los umbrales, los dos criterios que se deben tomar en
consideración en la asignación de tiempo de transmisión de acceso directo son:
- ¿Por
cuántos escaños contienden los partidos (o cuántos candidatos están
presentando)?
- ¿Cuál
fue el apoyo popular de que gozaron los partidos en el pasado?
Para contestar el primer cuestionamiento, de inmediato queda claro que esto
será determinado en gran medida por la naturaleza de la elección y del sistema
electoral. Una elección Presidencial, por ejemplo, parece estar más lejos de la
igualdad en la asignación de tiempos de transmisión porque generalmente está
basada en una competencia individual que en una simple diferencia de partidos.
De ahí que Francia asigne el tiempo de transmisión en su elección presidencial
sobre una base de igualdad, aunque Brasil lo ha llevado a cabo sobre la base
del nivel del apoyo parlamentario a los partidos a que pertenecen los
candidatos.
En elecciones parlamentarias, la naturaleza del sistema de votación
determina claramente la forma en que los partidos con menos representación
tienen probabilidades de obtener un buen resultado, lo que a su turno
determinará la asignación de tiempo que pueden recibir. En un sistema de
mayoría relativa, un partido que obtiene el 10% de la votación a nivel nacional
es probable que sea completamente marginal (y posiblemente sin representación
en el parlamento), mientras que el mismo partido en la gran mayoría de los
sistemas de representación proporcional puede representar un importante
contendiente. De este modo, la asignación de tiempo de transmisión bajo este
último sistema parece encaminarse a una igualdad más declarada, o por lo menos
a un umbral de calificación más bajo.
No obstante el modelo clásico de mayoría relativa, el del Reino Unido,
extrañamente realiza un esfuerzo concienzudo para compensar las injusticias del
sistema electoral en materia de adjudicación de tiempo. De este modo, el tercer
partido a nivel nacional, el Liberal Demócrata, quien consistentemente recibe
una representación parlamentaria mucho más baja que el que le corresponde por
voto popular, recibe una asignación de tiempo que actualmente es más alta no
solamente que su número de escaños en el parlamento, sino también de su voto.
Una reciente alternativa muy interesante es la desarrollada en Sudáfrica,
una democracia de reciente emergencia donde el órgano regulador de los medios de
comunicación ha concebido una fórmula que:
- Brinda
cierto acceso a todos los partidos
- Distribuye
tiempo de transmisión sobre la base de los escaños en juego y el
presumible apoyo popular.
- Toma
en cuenta el hecho de que las elecciones nacionales y provinciales se
llevan a cabo simultáneamente.