Un elemento importante en el ambiente de los medios de comunicación es el
grado de profesionalismo y experiencia de los reporteros y de otros
profesionales del ramo. Es común que los periodistas en un país que
recientemente ha emergido de un sistema político altamente restringido carezcan
de las habilidades y estándares profesionales de sus homólogos en países que cuenta con una larga tradición en
términos de libertad de prensa.
En ocasiones, los medios de comunicación emergen de una situación en la que
los periodistas no se desempeñan en un marco de libertad. En estos casos, puede
haber una tendencia a abusar de estas nuevas libertades, a través de historias
mal investigadas o incorrectas. De igual forma, los periodistas que están en
esta situación simplemente no saben el grado de profesionalismo que se espera
de ellos: no cuentan con órganos o sindicatos profesionales con códigos de
conducta. Carecen de las habilidades básicas para investigar, verificar y
escribir historias para su publicación o emisión. Específicamente, es probable
que a los periodistas que están cubriendo su primera elección libre ésta les
resulte poco familiar, aún en los más elementales aspectos del proceso. En
muchas ocasiones, no existen facilidades
para capacitar a los periodistas o al menos ninguna que les brinde las
habilidades necesarias para fungir como
“vigía” en una democracia.
Sin embargo, la experiencia de un régimen autoritario no será enteramente
negativa. En muchos casos, periodistas independientes han jugado importantes
roles al presionar dictadores para abrir el espacio político. Los periodistas
que realizan una buena investigación, publicando historias útiles en un
contexto autoritario, habrán
desarrollado habilidades profesionales que sus colegas en circunstancias
más amistosas difícilmente adquirirán. En el contexto de un proceso electoral,
el reto profesional será el de llevar estas habilidades a enfrentar un nuevo y
poco familiar conjunto de historias a publicar.