A fin de darle fuerza a muchos de los estatutos aprobados por la
legislatura, éstos necesitan la promulgación de regulaciones detalladas. Por
ejemplo, la legislatura puede aprobar un estatuto para las emisoras, pero se
necesita establecer un reglamento para definir el procedimiento de concesión de
licencias exacto. Este reglamento tiene efectivamente fuerza legal, pero es
inferior a un estatuto aprobado por la legislatura. En caso de presentarse un
conflicto entre ambos, prevalecerá el estatuto.
Otro tipo de modalidad de instrumento regulatorio es más problemático. Los
gobiernos autoritarios a menudo gobiernan por decreto. Un decreto es también una ley. Aunque la
mayoría de los sistemas legales podrían ser considerados como inferiores a una
legislación aprobada por el Parlamento, algunas veces un decreto puede auto
declararse como superior a otras leyes, incluso que a la propia Constitución.
(La dictadura militar en Nigeria, por ejemplo, promulgó muchos decretos de esta
naturaleza). En tan difíciles circunstancias, será responsabilidad del poder
judicial confirmar la superioridad de las leyes establecidas sobre los
pronunciamientos dictatoriales.