La mayoría de las cuestiones éticas y profesionales que los periodistas
deben afrontan cuando cubren las elecciones son variantes de lo que enfrentan
diariamente en sus trabajos. Sin embargo, estos asuntos y dilemas pueden
presentarse en formas particulares durante las elecciones.
Estos son algunos ejemplos de dichos dilemas profesionales:
- Interés
Periodístico vs. Una cobertura balanceada: la cobertura de noticias es típicamente conducida por
consideraciones de qué es distinto y, por lo tanto, de interés particular
en un evento. Sin embargo, los electores requieren una presentación justa
y balanceada del proceso electoral y de las agendas de los distintos
partidos (lo cual pueden estar lejos de ser distintivo o interesante).
¿Cómo pueden los medios conciliar sus funciones de información
periodística con su función de servicio público?
- Transparencia
vs. La integridad del proceso electoral: Una de las razones por la cual los medios de comunicación juegan un
papel esencial en las elecciones democráticas es que pueden someter el
proceso electoral a escrutinio y exponer cualquier negligencia. Sin
embargo, una apropiada administración de una elección depende igualmente
de la seguridad y de la confidencialidad. El balance de estos dos
elementos es un problema para los legisladores y aquellos responsables de
delinear las normas electorales. Pero, igualmente, es un asunto práctico
del día a día para los periodistas.
- Reporte de discursos de odio: La paradoja es que las campañas electorales
son los momentos en los que los políticos pueden expresar posicionamientos
extremistas y agresivos – con la oportunidad de que todo esto llega a
grandes audiencias. De la misma manera, estos son los momentos en los que
probablemente dichos posicionamientos tendrán un impacto negativo – pero
también es el momento en el que las expresiones de las distintas visiones
políticas son muy importantes. Las regulaciones e implicaciones legales de
este dilema las resolverán los tomadores de decisiones y/o los creadores
de las leyes. El reto para los periodistas es reportar el discurso de odio
de manera precisa y que no provoque violencia o temor.
El periodismo es a veces descrito como una profesión y muchos periodistas
están orgullosos de ser considerados profesionales. Otros periodistas
consideran su labor como un oficio en vez de una profesión como medicina o
derecho. Sin embargo, cualquier que sea la conclusión sobre este punto, debe
acordarse que la práctica del periodismo debe ser regulada por un código de
conducta ético o profesional.
Los códigos de conducta pueden ser promulgados por asociaciones o
sindicatos de periodistas, por casas mediáticas, individualmente o
colectivamente, o por entidades reguladoras. Dichos códigos son más efectivos
si son el resultado de un proceso colectivo en el que participan los periodistas
y editores.
- Precision.
- Imparcialidad.
- Honestidad y resistencia a la corrupción.
- Evitar el uso de lenguaje o sentimientos que
promuevan la violencia o la discriminación.
- Corrección de los informes basados en hechos
inexactos.
A menudo es una buena práctica el desarrollo de un código de conducta que
cubra los problemas específicos de las elecciones. Estos pueden incluir:
- Reportar la información encontrada en las encuestas
de opinión.
- Reportar los mítines
políticos y otros eventos de campaña.
- Uso de las encuestas a boca de urna.
- Informar sobre el conteo.