Votar es un ejercicio de comunicación. Es
importante que las personas con baja escolaridad o los miembros de comunidades
que usan lenguas diferentes, reciban la información y facilidades que les permitan
comunicar sus preferencias electorales.
Facilidades de votación
Puede ser necesario asignar oficiales de votación
adicionales a las mesas ubicadas en áreas de baja escolaridad, para que actúen
como oficiales informativos y ayuden a manejar de manera aceptable el flujo de
de votantes en los contextos en donde la asistencia a los electores pueda
alargar el tiempo requerido para emitir cada voto. En esas áreas, los
instructivos para los electores - carteles, señales, hojas informativas - deben
estar disponibles en formatos gráficos, tanto como sea posible,
Incluso con esa asistencia, los electores de baja
escolaridad pueden tener dificultades para comprender cómo emitir correctamente
sus votos. La existencia de disposiciones legales para asistir a los electores
asegurará que puedan participar en el proceso electoral.
De igual forma, cuando existan electores cuya
lengua no es la oficial o dominante del país, puede ser necesario ofrecerles
facilidades adicionales para permitir que participen con suficiente información
en el proceso electoral. Estas facilidades pueden incluir:
Los
servicios de interpretación pueden utilizarse de una mejor manera en
términos de costo-efectividad cuando se emplean como oficiales de votación a
personas con conocimiento o dominio de las lenguas utilizadas en dichas
comunidades. Cuando no se cuente con personas que combinen habilidades
lingüísticas y técnicas, se podría emplear personal complementario que sirva
como intérprete.
Las
instrucciones para votar en las papeletas y otros formatos de votación deben
estar en todas las lenguas de uso significativo dentro de la
jurisdicción electoral. Lo mismo se aplica a letreros y carteles multilingües
de información al elector en el recinto de votación.
Información al elector
Las áreas de baja escolaridad y lenguas diversas
plantean desafíos especiales para las campañas de información al elector. En el
caso de las áreas de baja escolaridad, el uso de medios impresos debe enfocarse
en representaciones gráficas y respaldarse fuertemente con comunicación oral
directa: a través de reuniones, exhibiciones públicas, simulacros y contactos
personales.
Puede ser más difícil proveer de ello a distintos
grupos lingüísticos, especialmente en sociedades diversas con una historia
reciente de intensa migración hacia localidades esparcidas dentro del país.
Cuando los grupos lingüísticos se encuentran relativamente concentrados, puede
resultar más fácil proveer grandes volúmenes de materiales informativos de una
lengua en particular. Estos pueden ser una traducción directa del material de
información disponible en la lengua oficial o dominante. Sin embargo, siempre
deben efectuarse consultas con las comunidades para asegurar que:
- Las
traducciones básicas no ofendan ninguna sensibilidad cultural (por ejemplo,
el uso de nuevos términos croatas en las traducciones para una minoría
serbia).
- Los
ejemplos escritos o las imágenes gráficas utilizadas sean culturalmente
pertinentes para el grupo con una lengua específica.
Cuando los grupos lingüísticos se encuentran más
dispersos, podría resultar más difícil en términos de costo-efectividad. El
suministro de información a través de grupos culturales y comunitarios puede
ser más efectivo. De igual forma, la distribución en puntos específicos de
materiales que ofrezcan información completa y en todas las lenguas usadas en
la región, podría ser más efectiva que la distribución masiva en todas las
lenguas. Esos puntos determinados pueden ser reuniones anunciadas para informar
a los grupos con lenguas específicas, servicios de consulta telefónica para
llegar a grupos específicos o puntos de distribución para material impreso en
determinadas lenguas.
Electores que tienen alguna incapacidad física
Parecería que ofrecerles asistencia a los
discapacitados físicos o visuales cae dentro de la categoría de servicios de
lujo, un agregado que podría ser considerado en países altamente desarrollados
cuando se dispone de tiempo y de recursos financieros adicionales. Sin embargo,
negar el acceso al voto a una porción significativa de la población en razón de
su discapacidad no es menos censurable en términos de equidad que rehusarse a
ofrecerles facilidades de acceso al voto a personas en áreas geográficas
específicas.
No tiene porque ser costoso brindarles asistencia
a esos electores. En general, solo se necesita pensar cuidadosamente en los
métodos y sitios para impartir información a los electores para permitir que
emitan su voto, que en algunos casos necesitará que se flexibilicen las
estrictas disposiciones para la secrecía del voto. Las buenas prácticas
dictaminarán que las necesidades para esta categoría estén contempladas en la
legislación.
Es preferible que otras normas de servicio para
estos electores también estén codificadas (no necesariamente con gran
detalle) y que no queden totalmente a discreción de la autoridad.
Al elaborar la legislación, las reglas o
procedimientos, se debe consultar a los grupos o representantes de personas
física o visualmente discapacitadas para determinar formas igualitarias y
efectivas para atender sus necesidades para votar.
Métodos de votación
Existen algunos procedimientos especiales que
pueden ayudar a los electores visual o físicamente discapacitados a votar.
Estos pueden consistir en el ofrecimiento de servicios especiales en los centros
o mesas de votación, facilidades como las unidades de votación móviles o el
voto por correo.
Independientemente del método que se utilice, es
importante que los servicios que se ofrezcan a los electores con discapacidades
físicas se pongan en práctica de una manera sensible, que no los separe aún más
de otros sectores de la población.
Si bien el uso de materiales especiales e incluso
quizá de áreas especiales de votación puede brindarles mayores comodidades para
votar, la asignación de días o sitios especiales no debe ser generalmente
fomentada, a menos que existan requerimientos específicos por parte de las
comunidades.
Servicios en las mesas de votación normales
En las mesas de votación normales, se puede
asistir a los electores físicamente discapacitados mediante:
- Ayuda de
otra persona para marcar sus papeletas de acuerdo con sus instrucciones
(ver infra).
- Ofrecer
facilidades de votación colaterales, en las que los electores que no
pueden acceder al centro o mesa de votación (por ejemplo, quienes usan
silla de ruedas en un centro de votación que no cuenta con facilidades de
acceso de ese tipo), puedan votar fuera del centro, para lo cual un
oficial de votación les llevaría las papeletas o formatos de control y se
encargaría de devolverlas una vez completadas.
- Disposiciones
para que los electores discapacitados soliciten votar en un sitio distinto
al que les corresponde, en los casos en que éste no cuente con facilidades
de acceso.
Voto por correo
Las disposiciones para votar por correo también pueden
ayudar a la participación de los electores físicamente discapacitados. Además
de las facilidades ordinarias para votar por correo, la administración de este
procedimiento se podría simplificar estableciendo un registro para los
electores discapacitados que deseen tener facilidades permanentes para votar
por correo. Donde se cuente con ese tipo de registros, deben ser registrados
antes de cada elección (puede ser más difícil ofrecerlos en los casos en que
existe un nuevo proceso de registro electoral para cada elección).
También se podrían adoptar disposiciones para el
voto por correo por parte de electores que, por discapacidad, no puedan marcar
o firmar sus papeletas y, por tanto, dar fe de la validez de su voto. Esta es
una facilidad que se puede prestar a abusos y sólo debe ofrecerse mediante la
comprobación de evidencia médica.
Si se utilizan, deben conservarse los registros
de esas personas, verificando y controlando cuidadosamente los votos emitidos
por ellas. Cuando dichas personas residan en instituciones, la integridad
(aunque no necesariamente los costos) se puede utilizar mejor con la visita de
unidades de votación móviles.
Asistencia en la votación
El permitir que ciertas categorías de electores
sean asistidos por terceros al momento de votar es un asunto siempre
controvertido, en la medida que suscita interrogantes sobre la secrecía del
voto y la posibilidad de que se ejerza alguna influencia sobre el sentido del
voto del elector.
Sin embargo, en el caso de algunos electores con
discapacidades físicas o visuales, así como para algunos analfabetas, el
permitir que sean asistidos para marcar sus papeletas es la única forma en que
serían capaces de votar. Para minimizar las posibilidades de manipulación, las
reglas para obtener ese tipo de asistencia necesitan ser consideradas de manera
muy cuidadosa.
Se puede utilizar distintas soluciones que
estarán influenciadas por el nivel de confianza que exista en las
instituciones sociales, para determinar a quién se le puede permitir asistir a
un elector discapacitado para votar. El método más apropiado dependerá de
condiciones específicas. Sin embargo, hay algunos lineamientos que deben ser
considerados:
Una
persona conocida o designada por el elector sería la primera preferencia
para ayudarle a votar. Usualmente se requiere que esas personas tengan edad
para votar.
Cuando esas personas voten de acuerdo con las
indicaciones del elector, generalmente
no debe haber necesidad de que otra persona supervise el voto. Sin
embargo, puede ser necesario que existan ciertas restricciones para quienes
pueden asistir a los electores a marcar sus papeletas. Entre ellas podrían
quedar comprendidas, por ejemplo, las personas de las que el elector pueda ser
dependiente; en las sociedades menos desarrolladas, podría ser prudente excluir
a los líderes tradicionales. En relación a los miembros del ejército o de otras
fuerzas disciplinarias, la exclusión de oficiales superiores estaría
justificada.
Si no se
cuenta con una persona que cubra con las características anteriores, un oficial
electoral designado de manera independiente podría llenar las papeletas
de acuerdo con las indicaciones del elector. En esos casos, los representantes
de partidos y candidatos normalmente presenciarían el voto, para asegurarse de
que se han seguido las indicaciones del elector. No se debe permitir que traten
de influenciar el voto de los electores. Preferentemente deben estar presentes
como testigos representantes de más de un partido.
En los
casos en que los oficiales de votación son designados políticamente y no de
forma independiente, al menos dos de ellos de diferentes partidos políticos
deben estar presentes, si es que el elector solicita su asistencia para
votar.
Cuando los electores requieran asistencia, sus
papeletas deben ser marcadas o seleccionadas dentro de un compartimiento o
cabina de votación.
Existe la pregunta adicional sobre si esos
electores deben ser específicamente registrados como "electores
asistidos" antes de la votación. Esto generalmente será visto como una
imposición burocrática que, dada la instrumentación de políticas acordes con
los criterios antes referidos, no mejora la integridad de los votos asistidos.
Centros de votación
Como parte de la evaluación de las condiciones
apropiadas que deben reunir los centros previstos para la votación, se debe
considerar lo relativo al acceso de los discapacitados. Resulta útil que los
estándares relacionados con los discapacitados se definan en la legislación
electoral, previéndose facilidades alternativas donde no existan sitios
apropiados para el acceso de discapacitados en una determinada área. Los
estándares deben estar relacionados con los siguientes elementos:
Accesos
de entrada y salida. Los edificios utilizados como centros de votación
deben ser totalmente accesibles para los electores discapacitados. Resultan
preferibles las plantas bajas con rutas libres de acceso. Son necesarias rampas
de acceso antiderrapantes con una inclinación razonable (sea como parte de los
arreglos permanentes del edificio o una facilidad temporal ofrecida por la
autoridad electoral como parte del equipo de votación) cuando el acceso básico
al sitio de votación es a través de escaleras.
La
superficie del área de votación debe ser plana, estable y antiderrapante,
con espacio suficiente alrededor del equipo de votación para permitir la libre
circulación de los electores discapacitados. Se deben evitar áreas de votación
en declive.
El
alumbrado debe ser suficiente para quienes tienen debilidad visual.
Se debe contar con asientos adicionales para que los electores físicamente
discapacitados esperen su turno para votar.
En los lugares donde haya intenso tráfico
vehicular, se deben disponer áreas de
estacionamiento reservadas para los discapacitados cerca de las entradas
a los sitios de votación.
Equipo del sitio de votación
Los compartimentos de votación de tamaño normal
no serán apropiados para los discapacitados físicos que no pueden permanecer de
pie para votar. Para que puedan votar en secreto será necesaria una cubierta o,
en su caso, una máquina de votación a un nivel más bajo. La cubierta puede ser
de cartón, o de algún otro material durable o algo tan simple como un arreglo
personal de votación para ubicar una mesa dentro de un área cerrada con
cortinas. Las urnas también deben ser ubicadas en un sitio y a una altura que
puedan ser fácilmente alcanzadas por los discapacitados.
Materiales para los débiles visuales
También se le debe prestar atención al diseño de
materiales acordes con las necesidades de los electores con debilidad visual,
por ejemplo:
- El uso
de letras grandes y remarcadas en las papeletas, formatos, carteles y
volantes informativos.
- El uso
de moldes de papeletas en sistema braille;
- La
impresión en braille de una pequeña porción de la papeleta y/o de los
volantes informativos, para su uso en los sitios de votación.
Información al elector
Los derechos de los electores con discapacidades
físicas o visuales para obtener asistencia en los sitios de votación, la forma
en la que pueden ejercer este derecho y cualquier otro arreglo especial
disponible para que puedan votar, deben constituir un componente básico y
relevante de las campañas de información al electorado.
Las cuestiones que deben considerarse a la hora
de planear la entrega de información incluye:
Asegurar
que la información esencial sobre la ubicación, tiempos y métodos de votación
se encuentre disponible en formatos visuales y auditivos. Esto puede ser
tan simple como asegurar que la información impresa en los medios (a través de
carteles, folletos, publicidad o boletines de prensa) también esté disponible
en formatos radiales y en reuniones públicas.
A la inversa, cuando la diseminación informativa
se confía a la radio o a reuniones públicas, la simple impresión de información
documental (que también debe tomar en cuenta los índices de alfabetización)
debe tenerse al alcance.
Si la información se basa fundamentalmente en
publicidad televisiva, se requiere cuidado en el diseño para asegurar que cada
publicación imparta la misma información en términos visuales y auditivos.
El uso
de grupos comunitarios y facilidades médicas para hacer llegar información
electoral a los discapacitados físicos, visuales y auditivos, tanto
antes de la jornada electoral como mediante su exhibición en los sitios de
votación, papeletas y formatos electorales.
El uso
de letras grandes o cuando sea posible de mensajes en braille en los materiales
informativos para el votante, antes del día de la elección y para
exhibición en las mesas electorales, así como formas y documentos electorales.
El
suministro de materiales informativos especiales, si existen fondos
disponibles y sitios propicios para su uso. Para los discapacitados visuales
estos pueden ser casetes o materiales braille. Para los discapacitados
auditivos, el uso de lenguajes mímicos estándar en reuniones públicas o en
publicitarios de televisión.