Algunas jurisdicciones buscan crear un balance
político, en lugar de contratar personal sin filiación política para que
trabaje en las mesas de votación. En estos sistemas, el personal puede ser
nominado por:
- Partidos
políticos, con la designación del organismo electoral, o
- La
búsqueda de aspirantes a los cargos de logística, que declaren al
organismo electoral su filiación política. En estos sistemas, los marcos
legales para la designación del personal se pueden basar en:
- Designar
a cada mesa de votación un número equitativo de personal perteneciente a
los partidos políticos más importantes;
- Nombrar
al personal de cada partido conforme a la cantidad de votos emitidos, o a
los representantes que obtuvieron en la última elección.
Efectos sobre la eficiencia e imparcialidad
Este método de reclutamiento podría generar algunas dificultades para alcanzar
la eficiencia e imparcialidad que la logística electoral necesita. Por ejemplo:
- El
personal con fuertes compromisos emocionales hacia algún participante
político, podría confundir su papel de suministrar un servicio electoral
neutral, con el de la defensa de sus intereses políticos, cuestión que
podría generar impugnaciones en las actividades de la mesa.
- Combatir
la percepción de posibles favoritismos podría ocasionar ineficiencias en
el nivel del personal y en la calidad del servicio, debido a la necesidad
de que los partidos políticos tengan representación en cualquier posible
actividad polémica, como asistir a los electores en la votación,
suministrar información, realizar la conciliación de votos y cualquier
impugnación a la elegibilidad de los electores.
- Algunos
modelos de reclutamiento de esta naturaleza podrían excluir a todo el
personal que no esté afiliado a los partidos políticos más importantes,
incrementando la percepción de fraude en cualquier decisión que afecte los
intereses de partidos más pequeños,
o de candidatos independientes.
Elecciones de transición
En algunas circunstancias, el método de reclutamiento más factible consiste
en lograr que el personal de logística electoral tenga un balance político o
social. Algunos contextos, tienen un nivel de activismo político tan elevado,
que podría ser difícil encontrar personal apartidista.
En países que están saliendo de un conflicto interno y que usan las elecciones como
un mecanismo de cambio, podría ser difícil contratar a personal que sea visto
por todos los participantes como capaz de ser neutral e imparcial. Además, los
niveles de confianza social podrían ser inexistentes, por lo que ser miembro de
una nacionalidad o comunidad específica, podría levantar sospechas de
favoritismo.
En dichas circunstancias, sería recomendable formar parejas de personas
provenientes de comunidades contrarias para que funjan como oficiales de mesa,
con el objetivo de que las comunidades acepten la forma en que se instrumentan
los procedimientos de votación.