Una de las funciones principales de los oficiales electorales consiste en comprobar si los electores que acuden a la mesa de votación son elegibles para votar. La legislación debería especificar de forma clara los requisitos que debe cumplir el elector para poder votar.
La efectividad con que se apliquen los procedimientos para determinar si una persona es elegible para votar en una elección, es un factor crucial para que todo el proceso electoral tenga integridad.
Pasos para determinar la elegibilidad
Al comprobar la elegibilidad del elector para votar se deberían contestar tres interrogantes:
- ¿Es la persona que dice ser? ¿La documentación de identidad presentada, u otros requisitos, convencieron al oficial de que no se está suplantando a alguien más?
- ¿La persona está incluida en la lista de electores de esa mesa de votación, o de otra forma, está calificada para votar en ese lugar?
- ¿Se comprobó que el elector ya votó en esta elección y en este caso, esto lo excluye de entregarle otra papeleta?
Estas cuestiones deberían tratarse como una verificación integrada antes de que se le entregue la papeleta al elector (o los sobres para la papeleta). En cualquier circunstancia, la verificación de la elegibilidad, incluyendo la identidad del elector, debería realizarse por un oficial autorizado, en lugar de por la policía u otro personal de seguridad que se encuentre en la mesa.
No existe un sistema generalizado para instrumentar estos controles en cualquier circunstancia. La intensidad de los procedimientos que se adopten dependerá del número de factores que estén presentes, incluyendo:
- Analizar el riesgo de que se presenten manipulaciones;
- El nivel de confianza que tenga la comunidad;
- La precisión y la disponibilidad de la documentación importante.
Lo que resulta adecuado para las elecciones de transición podría ser excesivo y pesado en contextos que tienen una historia de integridad electoral.
Importancia de la uniformidad
Un factor importante es que los oficiales electorales apliquen las pruebas para verificar la elegibilidad de forma consistente en todas las mesas de votación y con todas las personas que atiendan.
Tener métodos inconsistentes generará dudas sobre la integridad de la elección. Es particularmente importante que se consiga consistencia cuando:
- Los electores pueden usar distintas clases de documentos de identidad, o varios documentos cuya autenticidad no se puede comprobar, para demostrar su elegibilidad;
- Las listas de electores no son exactas, ya sea por errores de registro o bien porque los electores cambiaron de dirección después de que se produjo la lista.
Los sistemas para verificar la elegibilidad de los electores que son equitativos, deberían considerar ese tipo de errores (que el nombre del elector este mal escrito, que esté al revés, que la dirección sea errónea o que no sea la actual), dándole la razón al elector y permitiendo que cualquier problema sea tratado mediante impugnaciones.
Cuando los oficiales se encarguen de emitir juicios sobre dichas cuestiones, se les debería proporcionar una guía clara y supervisarlos para asegurar que los métodos tengan la consistencia necesaria.
- El nivel general que suministren las medidas para verificar la elegibilidad de los electores dependerá de la calidad que tenga la lista de electores.
- Será más fácil verificar la elegibilidad de los electores en mesas de votación pequeñas cuyo personal proviene de la comunidad local.
Enfoques básicos
Generalmente, hay dos enfoques para instrumentar las medidas para verificar la elegibilidad de los electores:
- De forma activa, demandando que los electores prueben su elegibilidad mediante documentos de identidad, para que demuestren que no han votado y que sus detalles concuerdan con los de la lista de electores;
- De manera pasiva, mediante una declaración oral o escrita que los electores proporcionan a los oficiales para probar su identidad, datos que deben concordar con la lista de electores y con su ausencia de voto. Sin embargo, los elementos de estos dos enfoques se pueden combinar para generar un método más efectivo y barato.
La cuestión básica es: ¿los mecanismos para verificar la elegibilidad deben ser tan íntegros de forma que eviten que cualquier persona que no sea elegible para votar lo haga, posiblemente a expensas de otros electores a quienes se le impedirá votar, o serán más realistas para eliminar cualquier manipulación significativa o sistemática, mediante cierta flexibilidad, a fin de aumentar la participación al máximo?
Eficiencia del proceso para verificar la elegibilidad
- Los oficiales deberían verificar la elegibilidad de los electores antes de que se les entreguen los materiales en la misma mesa (papeletas y/o sobres).
- Los oficiales de las mesas de votación deberían tener la posibilidad de cuestionar la elegibilidad de cualquier elector y que el presidente de la mesa (u otro oficial de alto rango) decida si aceptar un juramento de la persona como prueba de elegibilidad, o permitir que emitan un voto provisional.
En algunos sistemas, los representantes de partidos o candidatos también pueden cuestionar la elegibilidad de los electores, aunque muchas veces este derecho se restringe a la impugnación de que estos votos se incluyan en el escrutinio.
Un solo oficial podría encargarse de verificar la elegibilidad de los electores, realizando también el marcado de la lista de electores y la entrega de materiales (papeletas y/o sobres). Sin embargo, es común que estas funciones se asignen a diferentes oficiales.
A la larga, este método resulta más costoso. Aunque esto ayuda a mejorar la integridad del proceso porque se puede contrastar la información, con frecuencia esto indica falta de confianza, de profesionalismo, de muchas tareas adicionales o poca integridad.
Si los controles para evitar la votación múltiple incluyen el marcado de los electores con tinta especial, se necesitará un oficial para que revise las marcas de tinta en los electores.
Electores elegibles para emitir más de un voto
En algunos sistemas de elecciones a nivel local, los electores están facultados para votar más de una vez con respecto a su domicilio y a cualquier otra vivienda que el elector posea o rente. Mientras que la filosofía que subyace a dichos sistemas es cuestionable, la recopilación de registros, la preparación de las listas de electores y los procedimientos de las mesas de votación para determinar la elegibilidad, tendrán que adaptarse para permitir que los electores voten las veces que les corresponda.
De manera similar, en sistemas donde se permite el voto por procuración, se tendrán que establecer pruebas de elegibilidad con respecto a cada voto emitido por el representante del elector.
Los controles basados en el marcado de los electores con tinta son difíciles de instrumentar cuando se permite el voto por procuración.
Verificación sobre la identidad del elector
El primer paso para verificar la elegibilidad de los electores consiste en determinar si la persona es quien dice ser. Esto debería definirse antes de revisar si el nombre de la persona aparece en la lista de electores.
Es más común y necesario para la integridad de la elección (para la percepción pública, incluso si no es eficaz para combatir los riesgos reales), que los electores presenten uno o varios documentos específicos para demostrar su identidad. El medio más sencillo para verificar la identidad del elector es pedirle que presente una credencial de identidad reconocida a nivel nacional y de alta confiabilidad.
Validez de los documentos de identidad
El sistema de identificación debería mantener la equidad y en tanto como sea posible, la simplicidad para definir el o los documentos relevantes para demostrar la identidad, sin importar cuáles sean. Al instrumentar pruebas en los sistemas de identidad para votar, hay algunos principios que se pueden usar como guía:
- Es preferible que se use un documento sencillo y único para establecer la identidad del elector.
- Cuando se acepten diversos documentos o una combinación de ellos, la diversidad debe permanecer al mínimo requerido para cubrir a todos los electores elegibles. Es más probable que este problema surja en sociedades que están saliendo de un conflicto, debido a que los sistemas administrativos no funcionen, o a que no se tenga tiempo o recursos suficientes para producir credenciales. Debería evitarse la aceptación de documentos militares o civiles como prueba de identidad.
Cuando se puedan usar varios documentos para demostrar la identidad, se podrían necesitar controles adicionales para evitar que se vote varias veces, como el marcar al elector con tinta, especialmente si las listas de electores no tienen buena calidad.
- Los electores elegibles deberían tener la misma oportunidad para obtener los documentos para votar. (Esto es importante en donde las elecciones se realizan rápidamente como mecanismo para resolver conflictos).
- El o los documentos de identificación requeridos deberían ser difíciles de falsificar.
- Es preferible que se usen documentos con fotografía u otras características personales del elector.
Los documentos que carecen de estas características se pueden transferir con facilidad y no contribuyen a la integridad de la votación.
El uso de documentos firmados o que requieran algún tipo de verificación sobre la firma (solicitando que se firme un recibo al recibir los materiales) con un documento de identificación, tiene desventajas significativas: demora el proceso, no es totalmente confiable (ya que los oficiales no son expertos en escritura) y dificulta el proceso para los electores que no saben escribir.
- Los documentos requeridos deberían ser conocidos por el público y los oficiales deberían conocer lo que resulta aceptable.
- Cuando se acepta un amplio espectro de documentos de identidad, los electores deberían recibir un trato equitativo sin importar cuál sea el documento que decidan usar.
Credenciales para los electores
Cada vez es más común que la identidad del elector se defina mediante alguna forma de recibo en el registro o de una credencial para votar que se emite para la elección. Esta medida adicional es muy útil cuando no existe un sistema nacional que produzca las credenciales.
La producción de credenciales con alta confiabilidad elimina la necesidad de cualquier otra prueba de identidad que deba presentarse en la mesa de votación (en lugar de ello, estas verificaciones se realizan en la etapa de registro).
La entrega o cancelación de la credencial en la mesa de votación puede brindar un control eficaz en el caso del voto múltiple. Las credenciales de alta confiabilidad normalmente contienen una fotografía del elector que no puede alterarse ni eliminarse. También se pueden emplear otros sistemas de identificación electoral (mediante el uso de tecnología de reconocimiento de huellas digitales, de voz o de imagen de retina).
Sin embargo, al determinar si se requieren credenciales especiales para votar, hay que tener en cuenta todos los costos relacionados y lo sustentable de su producción a largo plazo.
Su uso se justifica en contextos donde es probable que haya mucha discusión con respecto a la elegibilidad de los electores y donde la falta de un mecanismo de identificación de alta confiabilidad diseñado para la votación, podría afectar la aceptación general de los resultados.
Solicitudes para votar
Cuando no se tienen credenciales de identificación, puede conseguirse un alto control sobre la identidad de los electores si se solicita a cada elector que llene una solicitud para votar al momento que llega a la mesa de votación (o que termine una aplicación impresa proveniente de los registros).
Los detalles de esta solicitud, incluida la firma del elector, se deberían comparar con los datos originales del registro para definir si el elector debe recibir material electoral.
Si bien este método puede lograr la confiabilidad al evaluar la elegibilidad del elector y evitar el voto múltiple, es lento e incómodo para los electores, teniendo más desventajas en sociedades con altos índices de analfabetismo y ejerciendo más presión sobre los oficiales para que hagan un juicio rápido sobre la caligrafía.
Declaración del elector
Hay ciertos sistemas en donde las revisiones de identidad consisten únicamente en una declaración oral que el elector le dirige al oficial, sin embargo, este método impide que se compruebe si se cometen abusos.
Si bien esto puede resultar adecuado en sociedades donde hay una tradición de moderación, transparencia y confianza comunitaria, por lo general no es un modelo que resulte aplicable.
Lugar para verificar la identidad
Cuando los electores tengan que mostrar sus documentos de identidad, las revisiones se pueden realizar en dos etapas:
1. Una verificación inicial a la entrada a la mesa de votación, para asegurar que los electores porten los documentos. El servicio para los electores podría mejorarse si se interroga a los electores en la entrada o en la fila para votar, a fin de determinar si están en la mesa de votación que les corresponde y para indicarles a dónde dirigirse.
2. Revisar la identidad como parte de la verificación integral de la elegibilidad hecha por el oficial a cargo de la lista de electores, antes de que se entregue una papeleta y/o el sobre de la papeleta.
Elegibilidad para votar en una mesa de votación
Después de confirmar la identidad del elector, el siguiente paso para establecer la elegibilidad para votar es determinar si el elector puede votar en esa mesa.
Es preferible que se usen las listas de electores para realizar esta verificación, en lugar de depender exclusivamente de las credenciales o de alguna fuente externa preparada con otro fin, tal como una lista civil. La inclusión de un elector en la lista usada en la mesa de votación, se podría considerar como prueba del derecho de un elector a votar en esa mesa; sin embargo, si la lista incluye electores a quienes no se consideran elegibles, podría generar impugnaciones.
Corroboración con la lista de electores
Al realizar esta verificación, se tiene que buscar el nombre de la persona en la lista de electores (con base en el documento proporcionado por el elector) y si se encuentra, se debería corroborar el nombre y los detalles con el elector. Después, se tiene que marcar la lista para indicar que ya se le suministró una papeleta. El método para marcar la lista varía dependiendo de cómo se vayan a procesar.
Cuando se realicen conciliaciones manuales sobre los electores marcados en la lista y las papeletas o sobres entregados, es prudente que se trace una línea desde el nombre del elector hasta el número de serie que se encuentra en la lista de electores. Si los electores van a ser procesados electrónicamente, se necesitarán marcas especiales para ello.
Tachado de los nombres en las listas de electores
Se debe tener cuidado para asegurar que los nombres de los electores se tachen con precisión y de la misma forma. Algunos puntos que hay que tener en cuenta incluyen:
- El marcado de los electores en la lista debe ser claro y preciso, para ayudar a calcular la cantidad total de electores a quienes supuestamente se entregaron papeletas y/o sobres cuantificables. Este conteo se efectúa después del cierre de la votación.
- El registro de electores en la lista no debería eliminarse por completo; ya que podría servir como referencia en caso de que el tachado haya sido incorrecto.
- Usar una regla puede ayudar al oficial de la mesa a marcar el nombre y número de serie del elector de forma precisa, siempre y cuando se usen instrumentos para escribir con tintas que no se borren.
- Es importante que se establezca quién será el responsable de marcar la lista de electores.
Los nombres de los funcionarios responsables deben estar claramente indicados en la cubierta de cada lista de electores o en cada sección de la lista, especialmente cuando hay más de un oficial con la tarea de tachar los nombres de las listas.
Problemas comunes
Hay ciertos problemas que podrían surgir al cotejar los nombres de los electores con las listas de electores. Idealmente, la mayor cantidad posible de estos problemas se deberían definir antes de que el elector llegue a la mesa para la verificación de su elegibilidad y para que se le entreguen las papeletas (o sobres), ya sea que el problema se resuelva o que el elector se envíe con el presidente de mesa o con los oficiales de información. Cuando el nombre del elector no aparezca en la lista de electores, podría ser indicio de que:
- El elector no está registrado;
- El elector está registrado pero en otra mesa de votación;
- Hay alguna diferencia en el nombre/datos proporcionados por el elector y en los datos que aparecen en el registro;
- Hubo un error al preparar la lista de electores, que provocó una omisión en los datos del elector.
Cuando no es posible corroborar el nombre y los datos del elector con un registro en la lista, el oficial debería evitar dar por sentado que el elector no es elegible para votar.
Ya que eso es indicio de un servicio deficiente; se debería tener en mente el principio de optimizar la participación en la elección.
Sin embargo, una verificación exhaustiva de la lista de electores por parte de los oficiales encargados de ello, podría retrasar el servicio al resto de los electores. Si, después de una verificación razonable, el elector no aparece en la lista de electores, debería dirigirse al presidente de la mesa de votación para recibir asistencia.
La acción subsiguiente dependerá de si el presidente identifica el nombre del elector en la lista, en cuyo caso tendrá que enviar al área de emisión de materiales. Si no lo encuentra, se tomarán las medidas adecuadas para dicha situación.
Coincidencia del elector con su entrada en la lista
Cuando no hay una correspondencia exacta entre un registro en la lista de electores, los oficiales que verifican la elegibilidad deberían revisar con cuidado la lista de electores e interrogar al elector para garantizar que:
- No se haya escrito incorrectamente el nombre, o que se haya alterado el orden de los apellidos en la lista. Hay que tener cuidado con relación a las minorías, ya que pueden tener nombres diferentes dependiendo de su cultura, o sus nombres podrían aparecer en la lista en un orden distinto al que se usa comúnmente. Una investigación más exhaustiva de los documentos de identificación del elector pueden ayudar a esclarecer dicha situación.
- La persona ha cambiado de nombre desde que se registró, por ejemplo, adoptando otro apellido después de su matrimonio. La equidad demanda que se acepte el voto de estos electores; para efectos de integridad, se requerirá evidencia, mediante una declaración del elector o de otro tipo, de que existe un nexo entre ambos nombres.
- La dirección actual del elector (como aparece en la solicitud para la papeleta, la credencial requerida o en el interrogatorio hecho por los oficiales) es diferente de la que aparece en la lista.
Los procedimientos para manejar dichos sucesos pueden variar de acuerdo con lo restrictivos que sean los controles de elegibilidad y de la integridad requerida por la legislación electoral.
Si la dirección en la lista de electores es incorrecta como resultado de un error en al procesar la lista de electores, la equidad exigiría que se permita votar a dicho elector. Se puede contribuir a mejorar la integridad y la equidad del proceso, cuando la legislación postula que los electores pueden votar aunque su dirección no concuerde con la lista, siempre y cuando ésta se encuentre dentro del mismo distrito electoral.
En los sistemas cuya prioridad es aumentar la participación al máximo, si las direcciones están en diferentes distritos electorales y se puede establecer que la dirección del registro es una dirección anterior del elector, se puede aducir que es preferible permitir que el elector vote de alguna manera, siempre y cuando haya controles suficientes con respecto al voto múltiple.
Las circunstancias en que los electores pueden votar a pesar de que sus datos no correspondan con los de la lista, deben estar claramente establecidas en la legislación o en los reglamentos electorales y los oficiales de deberían aplicarlos con coherencia. La magnitud de dichos problemas dependerá de lo inclusivas que sean las medidas para el registro de electores, de la calidad de los controles para preparar las listas y de la calidad de los documentos de identificación.
Electores marcados por haber votado
Al buscar un nombre en la lista de electores el oficial podría encontrarse con que dicho nombre ya ha sido tachado como el de alguien que recibió los materiales electorales. Esto podría deberse a que el elector ya votó o a que su nombre se tachó por error.
El problema estriba en cómo diferenciar los errores cometidos por los oficiales (que pueden darse, por familias con nombres iguales o similares y que corresponden a la misma dirección), del intento por votar más de una vez.
Cuando los controles para prevenir el voto múltiple (tales como marcar a los electores con tinta, la entrega o cancelación de las credenciales de electores, la firma de los electores cuando se les entrega una papeleta) se han instrumentado con eficiencia, se puede asumir que un votante que ha pasado estas verificaciones pero cuyo nombre ya se tachó de la lista, fue tachado por error.
Los sistemas equitativos contemplarían procedimientos para permitir que estos electores reciban una papeleta.
Cuando la lista de electores es el único control para prevenir el voto múltiple, es más difícil tomar una decisión correcta. Estas cuestiones no las debería resolver un oficial ordinario. Se debería buscar la ayuda y la decisión del presidente de la mesa de votación, tomando en cuenta la opinión de los observadores y de los representantes de partidos y candidatos que estuvieron presentes.
Los sistemas que permiten que los electores voten de forma ordinaria después de jurar una declaración en la que afirmen no haber votado antes, que se les proporcione una boleta provisional o sujeta a aprobación, para que una corte o un tribunal determine su validez (o por el organismo electoral siempre y cuando goce de reconocida integridad), contribuye a que la decisión se tome en la mesa de votación. El presidente debería anotar este tipo de situaciones en los registros sobre las operaciones de su mesa.
Anunciar los nombres de los electores
En algunos sistemas, una tarea adicional del oficial que verifica la lista de electores, consiste en que después de encontrar el nombre de la persona, pronuncie el nombre o el número de serie anotado en el talonario de papeletas o en la lista de electores.
El nombre o número de serie también debería anotarse en la lista de electores o en un talonario. Los beneficios que tiene es que mejora la transparencia y brinda un mejor control sobre la expedición de materiales. Sin embargo, esta práctica es evitada porque se percibe que viola la secrecía del voto.
Prevención del voto múltiple
Como parte de las verificaciones de elegibilidad, el oficial debería verificar que el elector no haya votado previamente. La intensidad de este control varía mucho dependiendo del contexto. El método más efectivo y barato para prevenir el voto múltiple, es el uso de listas precisas y únicas.
Toda vez que las listas sean exclusivas y que los oficiales electorales las marquen de forma cuidadosa y precisa, mostrarán de inmediato cuándo un elector ha intentado votar más de una vez. Si los electores alegan que se han cometido errores al marcar las listas, esta situación tendrá que manejarse de acuerdo a lo expuesto.
En sistemas en donde la lista de electores no es única, en donde se tengan dudas sobre su exactitud, o si los sistemas nacionales son débiles, entonces se necesitarán controles adicionales para evitar el voto múltiple. Los riesgos a la seguridad y la necesidad de acallar el miedo del público para la votación múltiple, se podrían atender con algunos métodos con distinta intensidad, como:
- Solicitar que todos los electores rindan una declaración verbal o escrita afirmando que no han votado previamente en esta elección;
- La entrega o el marcado de las credenciales o la aplicación de un sello en otros documentos de identificación;
- El marcado de los electores con tintas especiales.
Uso de una tinta especial
Marcar a los electores con una tinta indeleble cuando se entregan las papeletas es una práctica común, especialmente en elecciones de transición, sin embargó, es un mecanismo costoso.
Por razones de seguridad, salud y estética, es preferible usar tintas indelebles con una fórmula secreta, que tengan un lapso de permanencia definido y que sólo sean bajo luz especial (normalmente ultravioleta). Los costos adicionales en que se incurre debido a la producción de tinta, al equipo de luz especial y a la necesidad de contar con al menos un miembro adicional de personal para instrumentar este control, son considerables.
Si bien es un método eficaz, las medidas alternativas como asegurar la precisión de las listas de electores, resultan menos costosas, más sustentables y generalmente ocasionan que marcar a los electores sea redundante. Sin embargo, si los controles son débiles o el público requiere una imagen de control férreo de la integridad para aceptar la validez de la elección, se pueden justificar los costos adicionales de usar una tinta especial para evitar del voto múltiple.
Debe verificarse que el elector no tenga marcas previas antes de verificar su identidad o su registro en la lista de electores. En algunas situaciones, esto se realiza a la entrada de la mesa de votación. Por lo general esto se realiza justo antes de hacer otras verificaciones sobre la elegibilidad. Si se revela una marca, el elector debe salir de la mesa. Si no, se procederá a verificar su identidad.
Una vez que se identifique el nombre de la persona en la lista de electores, o que se le juzgue elegible por otro método, se le aplicará la marca de tinta. Si la tinta se aplicara antes de este punto, podría ocurrir que los electores que se equivocaron de mesa ya no puedan votar por la marca.
La tinta debe aplicarse de manera uniforme en ciertos dedos o mano, ya sea sumergiéndolos en un recipiente o mediante algún instrumento. Si se emplean tintas invisibles al ojo humano, deberá verificarse bajo luz especial que la aplicación haya sido correcta.
Control del fraude mediante credenciales
Las credenciales emitidas por el organismo electoral también podrían usarse como una alternativa para evitar el voto múltiple, siempre que sean íntegras y que incluyan una fotografía, o si tienen que entregarse o cancelarse al momento de recibir los materiales para votar.
Si la credencial no tiene fotografía u otra marca fácilmente identificable, es probable que puedan ser compradas, comercializadas o robadas, lo que disminuirá su efectividad como documento de identidad y para prevenir el voto múltiple.