Los fundamentos básicos
para administrar al personal que labora en las mesas de votación incluyen:
- Supervisarlos para garantizar su precisión en
el servicio que ofrecen y su buen desempeño;
- Comprometerse con el bienestar del personal para
motivarlos a lo largo de sus labores.
Profesionalismo
en la administración
La jornada
electoral es un día largo y generalmente arduo para el personal, en el que
desempeñan tareas para las que recibieron capacitación, pero que
no ejecutaron en un ambiente real y bajo condiciones de presión. Si no se
tiene un compromiso de profesionalismo para
la administración del personal, es posible que la calidad del servicio y
la precisión en los procedimientos se sitúen por debajo de los niveles
aceptables.
Establecer un
buen ambiente de trabajo y estimular el esfuerzo del personal en
condiciones arduas de trabajo, son aspectos importantes que los administradores
electorales deberían considerar para aprovechar al máximo a sus trabajadores.
Administración
del distrito electoral
Las
responsabilidades administrativas para la actividad en las mesas de
votación no se limitan a ellas mismas.
Los presidentes del
distrito electoral también deberían supervisar los operativos durante las
horas de la votación. Trabajar mediante centros de operaciones constituye un
medio efectivo para integrar la respuesta administrativa.
Hay ciertos
requisitos para asegurar que las oficinas del presidente de distrito
administren las mesas de votación de forma efectiva, como:
- Establecer con las mesas de votación un programa
de reportes orales a intervalos fijos durante la jornada electoral
–escalonados de tal forma que no se sature la capacidad de comunicación
administrativa (también se deberían incluir en el programa puntos
críticos como el inicio y cierre de la votación);
- Garantizar una comunicación abierta y fluida con
los responsables de las mesas de votación, especialmente para atender
cualquier consulta;
- Suministrar apoyo confiable para subsanar
problemas de insuficiencia de materiales o de personal;
- Inspeccionar las mesas de votación durante la
jornada para cerciorarse de que se estén aplicando los procedimientos y
las prácticas administrativas correctamente.
Visitas
a las mesas de votación
Cuando se programen
las visitas de supervisión, es importante que se traten de cubrir todas
las mesas de votación durante las primeras dos horas de la jornada:
- Incluso una visita rápida permite identificar y
solucionar carencias, problemas de aplicación en los procedimientos o en
las entregas de material.
- Una visita a primera hora también permitirá
identificar oportunamente problemas relacionados con
la administración de las mesas, las cuales requerirán
visitas más frecuentes y apoyos administrativos.
- Las inspecciones tardías corren el riesgo de que
un número considerable de electores hayan sido mal atendidos, o que
hayan permanecido muchas horas formados debido a ineficiencias al aplicar
los procedimientos.
El itinerario de
estas visitas también debería maximizar el apoyo a las mesas de votación que
tengan presidentes menos experimentados o con bajo desempeño.
Se puede mejorar la
capacidad administrativa para supervisar los distritos electorales, cuando
se usan oficiales itinerantes para que revisen las mesas de votación
y para que suministren materiales de emergencia. Esto será más fácil
de aplicar en áreas con mayor densidad de población. En áreas rurales, las
distancias que median entre las distintas mesas de votación
podrían ocasionar que este tipo de supervisión sea poco práctico.
Supervisión
del personal dentro de las mesas de votación
Una de las
responsabilidades fundamentales de los presidentes de mesa, es supervisar el
desempeño de su personal para garantizar que se mantenga la calidad del
servicio, la integridad y la precisión de los procedimientos a lo largo de toda
la jornada electoral.
En las mesas de
votación que tienen una gran cantidad de personal, se necesitarán supervisores
adicionales para que asistan al presidente, o para que lo secunden en
la cadena de mando para que monitoreen de forma efectiva su desempeño.
La designación de
presidentes de mesa que carecen de capacidad de supervisión, generará problemas
durante la votación, sin importar lo bueno que sea su conocimiento técnico. En
lugar de esperar a que surjan problemas, los presidentes deberían adoptar un
papel proactivo para administrar y supervisar a su personal. Los elementos
esenciales para supervisar al personal de las mesas de votación incluyen:
- Monitorear continuamente el desempeño del
personal a lo largo de la votación;
- Poner atención a las cuestiones relacionadas con
el bienestar del personal.
Comprensión
de sus deberes
Todo el personal
debería comprender claramente las tareas que se les asignaron. Esto requiere
que el presidente de la mesa de votación les asigne responsabilidades
específicas antes del inicio de la votación y cuando se vayan rotando
para desempeñar distintas funciones.
Antes de iniciar la
votación, el presidente debería realizar una breve sesión grupal y, cuando
sea necesario, reuniones individuales para recordarle al personal los procedimientos
básicos y para orientarlos sobre cualquier cuestión específica. Se debe llevar
a cabo una sesión similar con el personal encargado del escrutinio antes de que
comiencen a laborar.
Resolución
de disputas
Los presidentes
de mesa deberían estar alerta ante cualquier indicio de que pudieran
surgir disputas entre electores u observadores y oficiales electorales,
para intervenir de forma rápida, calmada y cortés para resolver las
diferencias.
Soporte
administrativo para los oficiales de la mesa de votación
Los
presidentes de las mesas de votación deberían asumir una actitud objetiva
e imparcial respecto a cualquier queja sobre las acciones, el servicio o la
actitud del personal.
Algunas veces, a la
luz de los ánimos encendidos que se forjan durante la votación, los
contendientes políticos podrían percibir que errores involuntarios son
signos de parcialidad, mientras que los electores podrían pensar que la
estricta aplicación de los procedimientos para la votación son una carga
burocrática.
Con frecuencia los
oficiales trabajan largas horas en condiciones de fuerte presión que minan
la paciencia de cualquier persona.
Cuando los
oficiales están aplicando los procedimientos y esforzándose por servir a los
electores de la mejor forma posible, merecen que el presidente los apoye si
surgen quejas sobre su desempeño. No obstante, si se alejan de los
procedimientos pueden poner en riesgo la integridad de la votación, por lo que
el presidente debería disponer de facultades para disciplinarlos.