Aspectos básicos
Los diferentes métodos para lidiar con las personas que fueron omitidas en la lista de electores de alguna mesa, pueden tener un efecto importante en:
- La equidad del proceso electoral;
- Posibles trastornos en la mesa de votación;
- El costo de los operativos de la votación.
Generalmente, la gente no asiste a votar a menos que crea que está genuinamente facultada para formar parte del proceso. Los métodos de inclusión en la votación facilitan la construcción de los procesos democráticos.
Además de este ideal, siempre existe la posibilidad de que los electores no aparezcan en la lista de una mesa de votación debido a errores administrativos, o porque asisten a votar a una mesa equivocada. Por ello, es importante que se busque al menos una oportunidad para resolver dichos errores.
Generalmente, los servicios y procedimientos disponibles para que las personas que no están incluidas en la lista de electores puedan votar, dependerán de las disposiciones para el registro, de la forma en que se actualice la lista y especialmente de los métodos adoptados para revisarla.
Causas de omisión de la lista de electores
Los electores pueden omitirse de la lista de electores de una mesa de votación por varias razones, incluidas:
- Que a pesar de que el elector está debidamente registrado y debería aparecer en la lista de electores de esa mesa de votación, por un error administrativo, su información fue registrada de manera incorrecta, o fue omitida al preparar la lista de electores definitiva;
- Que el elector está debidamente registrado pero en una lista que corresponde a otra área;
- Que el elector no se registró;
- Que el elector fue eliminado de la lista de electores y del proceso;
- Que se rechazó la solicitud del elector para registrarse en el proceso.
Servicio a electores omitidos
A fin de no causar demoras innecesarias en la fila de espera de la mesa de votación, los electores que tengan dichos problemas deberían dirigirse con el presidente de mesa o con los oficiales encargados de suministrar información a los electores, en lugar de ser investigados a fondo por el personal encargado de revisar la elegibilidad y de expedir los materiales.
Siempre que sea posible, los oficiales deberían toman la iniciativa y hacer preguntas a los electores que están en la fila y que ingresan a la mesa, para identificar a los que tengan problemas antes de que hayan esperado demasiado tiempo haciendo fila, como aquellos que se equivocaron de mesa. Así mismo, un mapa del área de la mesa de votación y de las mesas adyacentes colocado en la parte exterior de la entrada, también contribuirá a que los electores sepan si están en la mesa correcta.
Los electores que no se encuentren en la lista merecen recibir un servicio por parte de los oficiales tanto como los demás. Al suministrar este servicio, los oficiales deberán hacer el máximo esfuerzo por ayudar a los electores para determinar si son elegibles para votar en esa mesa o en cualquier otra.
Podría resultar imposible investigar exhaustivamente a todos los electores en la mesa de votación; sin embargo, los oficiales pueden seguir los pasos que se enumeran a continuación para determinar la situación del elector.
Medidas de investigación
Cuando los oficiales encargados de verificar la facultad para votar traten con electores que aparentemente no están registrados porque no se encuentran en la lista de electores, los presidentes de mesa y el personal encargado de suministrar información, deberían seguir una línea de investigación haciendo ciertas preguntas a fin de establecer si existen bases para pensar que están facultados para votar. Las preguntas podrían realizarse en el siguiente orden:
Determinar si el elector está facultado para participar en la elección y si realizó una solicitud para registrarse en la lista de electores.
Revisar la dirección del elector que aparece registrada, con el fin de cerciorarse si pertenece al área que le permitiría votar en esa mesa o si pertenece a otra.
Si se encuentra dentro del área de la mesa de votación, se necesitará una investigación más profunda; si no, el elector deberá ser enviado a la mesa de votación que le corresponde (o, si el sistema electoral lo permite, podrá recibir indicaciones sobre cómo emitir un voto en ausencia desde esa mesa o en cualquier otra mesa para la votación especial). Para estos efectos, el presidente de la mesa debería contar con mapas de las unidades electorales cercanas, del área de las mesas de votación y con listas sobre la ubicación de las mesas.
Si el elector afirma que vive en el área que corresponde a esa mesa de votación y que se registró debidamente, será necesario que se investigue con más detalle los datos que aparecen en la lista de electores, para determinar si fueron capturados de manera incorrecta.
También habría que investigar si los nombres o direcciones de los electores están mal escritos. Si el elector se encuentra en la lista, pero sus datos son incorrectos, los sistemas equitativos deberían permitir que vote, después de declarar en forma oral o escrita, que es la persona que fue registrada de forma incorrecta en la lista de electores.
Si sigue siendo imposible encontrar en la lista a un elector que afirma vivir en el área que le corresponde a esa mesa de votación, será necesario instrumentar procedimientos para atender a los electores que no estén registrados. Estos procedimientos varían mucho en su base y contenido. A continuación se discuten algunas alternativas.
Las alternativas disponibles dependerán del marco legal que requiera la lista de electores, ya sea que se trate de un documento cerrado que debe permanecer sin cambios después de que fue certificado y hasta el cierre del periodo electoral, o que sea abierto porque admite revisiones durante la elección bajo ciertas circunstancias.
Cuando las autoridades electorales mantengan sistemas de registro permanente y continuo, es preferible que las mesas de votación tengan servicios que permitan que las personas omitidas en la lista llenen un formato de registro.
Esto les permitirá participar en elecciones futuras, incluso si no hay posibilidades de que su solicitud les permita votar ese mismo día. De cualquier forma, se les debe suministrar información sobre el método para registrarse.
Denegación para votar
La solución administrativa más simple es denegar el voto, aunque esto no alienta la participación y la accesibilidad. Cuando los registros son cerrados, ésta es con frecuencia la opción que se toma. Sin embargo, aunque es una solución sencilla en términos administrativos, conlleva una serie de aspectos negativos que repercuten sobre la equidad y los fundamentos operativos:
- No suministra una red de seguridad para lidiar con errores administrativos durante la compilación de la lista de electores.
La responsabilidad recae en los electores para garantizar que su registro se haya realizado correctamente. A pesar de que este método esta abierto a la revisión pública y cierra hasta el día de la votación por si los electores detectan errores o defectos, no es del todo efectivo.
- No admite la posibilidad de haber cometido errores al producir o imprimir la lista de electores para las mesas de votación.
- Especialmente cuando los sistemas de registro no tienen buena calidad o no son bien entendidos por el público, podrían surgir problemas al tratar de controlar a los electores a quienes se denegó el voto.
Cuando se niegue el voto a un elector omitido en la lista, por lo menos se le debería encaminar a la oficina informativa del organismo electoral para que realice una investigación más detallada. esto podría ayudar a que se detecte a los electores que esta registrados en otro lugar.
La instrumentación de sistemas telefónicos para que los presidentes de mesa tengan acceso a un registro para verificar el estado de un elector, sólo se debería realizar con extremas precauciones.
La experiencia ha mostrado que con frecuencia estos sistemas se saturan fácilmente, lo que inhabilita tanto las líneas telefónicas de la mesa de votación como al oficial que está tratando de comunicarse.
Expedición de certificados de votación
Algunas soluciones más equitativas proporcionan a los electores por lo menos una oportunidad de determinar si fueron omitidos de la lista de electores por un error administrativo, dando la oportunidad de que se corrija cualquier fallo.
Cuando el registro electoral está en manos de las autoridades electorales, estas soluciones dan la posibilidad de que las personas omitidas por error soliciten a los oficiales un documento que certifique el error y que al presentarlo en la mesa de votación correspondiente, se les permita votar.
Cuando las listas de electores se extraen de datos del registro civil, éste debería permanecer abierto durante las horas de la jornada electoral a fin de que los electores omitidos indebidamente puedan revisar sus datos en el registro, para que puedan votar en la mesa de votación correcta al presentar un certificado emitido por el registro civil.
Permitir que los representantes de partidos y candidatos observen la entrega de dichos certificados, ya sea que los otorguen los oficiales de mesa de votación o el registro civil, contribuirá a mejorar la transparencia del proceso.
Estos certificados deberían:
- Cuando los presente el elector, deberían estar autentificados por el presidente de mesa o por algún otro oficial de alto rango;
- Entregarse a los oficiales que revisan la lista de electores;
- Resguardarse de forma segura por parte de los oficiales que revisan la lista de electores, hasta el cierre de la votación.
También sería de utilidad que los oficiales encargados de revisar la lista de electores elaboren una lista complementaria de los electores que demostraron su elegibilidad para votar el mismo día de la votación.
En estos sistemas después de que los electores demuestran su facultad para votar presentando el certificado que se requiere, recibirán el material para votar de forma ordinaria.
Uso de papeletas provisionales o sujetas a la aprobación de las autoridades electorales
Una forma efectiva tanto para los electores como para los oficiales para lidiar con posibles errores administrativos durante la compilación de la lista de electores, consiste en expedir una papeleta provisional para las personas que fueron omitidas en la lista de electores y que viven en el área que corresponde a esa mesa.
En estos sistemas, la papeleta del elector se meterá en un sobre junto con una declaración de sus detalles importantes, se mantendrá separada de las demás papeletas y después del cierre de la votación se verificará la facultad para votar de este elector en los registros de electores.
Si se determina que el elector está facultado para votar en la elección, aunque no haya aparecido en la lista de electores de la mesa de votación el día de la elección, su papeleta se debe incluir en el escrutinio.
Este método presenta ventajas y desventajas. Entre las ventajas más importantes están:
- La accesibilidad para todos los electores que desean votar;
- Se reduce el riesgo de que se presenten percances en las mesas de votación;
- Se tiene mayor precisión cuando se revisa la elegibilidad del elector en casos en donde se tienen dudas, lejos de la presión que tiene el ambiente en la mesa de votación;
- Se mantiene la integridad de la elección. Las papeletas de estos electores sólo se incluyen en el escrutinio si se determina su elegibilidad para votar.
De esta manera, se evita el riego de que la elección sea impugnada debido a que se incluyeron las papeletas de personas que no aparecieron en la lista de electores.
Las desventajas de este método están relacionadas principalmente con la complejidad inherente del sistema y con los recursos adicionales para su desarrollo. Las desventajas incluyen:
- El suministro de material especial, como sobres y otros documentos para registrar la información de los electores;
- Capacitación adicional para los oficiales que expiden las papeletas provisionales;
- Los controles adicionales que requiere el material electoral;
- El trabajo adicional de los oficiales para revisar la elegibilidad de los electores y determinar si sus papeletas serán admitidas en el escrutinio;
- Los posibles retrasos para terminar el escrutinio ocasionados por dichas revisiones.
Es importante que cuando se instrumenten sistemas con papeletas provisionales o sujetas a aprobación, se revise detenidamente si son elegibles y si lo son, que se incluyan en el escrutinio.
En algunos contextos las papeletas provisionales son un método útil para eliminar el estrés durante la jornada electoral, pero como resulta muy difícil continuar con la investigación sobre la elegibilidad del elector para votar, estas papeletas son excluidas del escrutinio. Esta actitud resulta peligrosa, tanto para la integridad como para la reputación del organismo electoral y también en términos de la reacción que tendrían los electores si se enteran que estas papeletas no son examinadas adecuadamente.
Al determinar la validez de las papeletas provisionales para incluirlas en el escrutinio, es preciso contar con lineamientos estrictos sobre los errores administrativos o las condiciones que se deben atender.
De cualquier forma, este método sólo permite que se incluya a las personas registradas que fueron omitidas de la lista de electores por error administrativo.
Registro el día de la votación
La accesibilidad de la votación se puede mejorar cuando se ofrecen servicios para que los electores se registren el día de la votación. El suministro de estas facilidades dependerá de si el marco legal permite que las listas de electores permanezcan abiertas durante la votación.
Este método podría dificultar la planeación de los recursos necesarios para las actividades de la mesa de votación, especialmente si sólo un pequeño porcentaje de la población en edad de votar se registra antes de la elección. Por lo tanto, antes de poner en marcha este método, se debería realizar una evaluación cuidadosa de sus efectos sobre la administración del proceso electoral.
También podría resultar en un proceso menos transparente e íntegro, ya que no permite la revisión -a pesar de las objeciones contra los procesos de revisión, que son normales en sistemas de registros altamente íntegros.
El desarrollo de sistemas que permiten registrarse el día de la votación demandará que las mesas de votación realicen algunos procedimientos específicos.
La naturaleza exacta de estos procedimientos dependerá de si el registro se efectúa en la mesa de votación o en alguna oficina del organismo electoral.
Registro mediante una declaración en la mesa de votación
Un modo sencillo de permitir que los electores que no se encuentran en la lista voten y que puede hacerse en la mesa de votación, consiste en una declaración hecha por el elector. Que requiere que el elector:
- Presente documentos que acrediten su identidad y su lugar de residencia;
- Declare bajo juramento y en presencia del presidente de mesa, que está facultado para emitir su voto en esa mesa de votación;
Se podrían incluir medidas adicionales para proteger la integridad cuando:
- Se requiere que uno o varios electores presencien la declaración;
- Que algún representante de partido pueda objetar la facultad de este elector y que su objeción quede registrada, a fin de que pueda ser tomada en cuenta en caso de solicitud judicial para anular la elección.
El presidente de la mesa de votación le entrega entonces al elector un certificado que lo autoriza a votar; al entregar este certificado al oficial correspondiente, el elector recibe su papeleta de forma ordinaria y la deposita en la urna para que entre en el escrutinio con las demás papeletas.
Se recomienda que se elabore una lista adicional de estos electores y que los certificados se conserven, con el fin de utilizarlos en el cotejo que se efectúa después del cierre de la votación.
Este método tiene varias ventajas por lo sencillo de su operación; sin embargo, podría propiciar que se cuestione la integridad de la elección, particularmente en contextos donde existe cierto historial de manipulación de las elecciones, o donde los electores no tengan un nivel amplio de conocimientos sobre las condiciones para su registro a la votación. Entre las ventajas tenemos:
- Mejora la accesibilidad para los electores que desean emitir su voto. (Esto podría estar limitado por lo estrictos que sean los requerimientos de que alguien atestigüe la declaración requerida para el registro que se efectúa el día de la votación.)
- Al ofrecer a los electores omitidos en la lista una oportunidad para votar, se reduce el riesgo de que surjan percances en la mesa de votación.
- Simplifica la administración, tanto en la entrega como en el escrutinio de las papeletas, además, requiere muy pocos procesos o materiales adicionales. Sin embargo, las desventajas de este método en términos de cómo se percibe la integridad de la elección pueden ser sustanciales:
- La responsabilidad de realizar objeciones sobre la elegibilidad de los electores recae en los representantes de partidos y candidatos, en lugar de que las autoridades electorales lo verifiquen y lo sometan al escrutinio público.
- Admite que las papeletas de estos electores sean escrutadas sin revisión oficial y sin la posibilidad de una objeción pública acerca de la facultad del elector para votar.
Es un sistema de control más débil que el que se aplica a los demás electores y podría ocasionar que se cuestione la integridad de la elección cuando existe un número sustancial de electores en estas circunstancias.
- La única posible enmienda son las objeciones oficiales al escrutinio o una revisión judicial de si la elección debe ser anulada. Esto puede ser un método menos eficaz que determinar la facultad para votar del elector antes de admitir las papeletas y realizar el escrutinio.
Que este método resulte adecuado depende de que se realice un análisis cuidadoso sobre el grado de riesgo de que la elección sea manipulada. Si las características sociales son tales que el riesgo es muy bajo, puede constituir un modo servicial y económico de lidiar con los electores no registrados.
Cuando las mesas de votación atienden a un pequeño número de electores provenientes de distintas comunidades es más probable que se consiga una mayor integridad, ya que los representantes de partidos, de candidatos y los oficiales pueden detectar fácilmente a los que son elegibles para registrarse en esa área.
Un alto grado de integridad demanda que este tipo de papeletas se conserven en un sobre junto con el certificado de registro, para que se realice una revisión que confirme la elegibilidad del elector antes de incluirlas en el escrutinio.
Registro el día de la votación en las oficinas de las autoridades electorales
Como alternativa, los electores omitidos en la lista podrían dirigirse a las oficinas de las autoridades electorales para solicitar su registro el día de la votación. Así como para el registro en la mesa de votación, el elector deberá acreditar su identidad y presentar el resto de la documentación que normalmente se requiere para el registro. Se puede aumentar la transparencia cuando se permite que los representantes de los partidos que contienden en la elección observen estos procedimientos.
Si los requisitos de registro se satisfacen, se le dará al elector un certificado para que lo presente ante el oficial de la mesa correspondiente, a fin de acreditar que está facultado para emitir su voto.
Estos certificados deberán entregarse al presidente de la mesa de votación, se añadirá el nombre del elector a una lista adicional de electores y se harán los arreglos necesarios para que el elector reciba el material para que emita su voto.
Este método tiene ventajas y desventajas similares a las del registro el día de la votación mediante una solicitud.
Conciliación del material
Cuando el registro se realice el día de la votación o se usen papeletas provisionales, se debería tener cuidado cuando la cantidad de material expedido se concilie con todos los electores que fueron marcados en la lista de electores independientemente de la forma en que votaron.