El concepto de "capital social" es una forma abreviada
de pensar en los recursos humanos que pueden estar disponibles para un programa
de educación al votante. Desafortunadamente, es un término que se ha convertido
en una palabra de moda en los círculos políticos, así que requiere alguna discusión
teórica. Una vez entendida, puede usarse para proveer información adicional sobre
un país.
En esta sección se observarán los factores que constituyen
el capital social y la forma en que puede ser utilizado en programas de educación
electoral con el fin de mejorar las prácticas democráticas dentro de los países
y sus comunidades. También se examinarán brevemente sus deficiencias como herramienta
de aproximación a una comunidad para lograr niveles más altos de democracia.
Su aparición en la política moderna llega al tiempo que un
continuo juicio en términos económicos de todos los aspectos de nuestra existencia.
¿Estamos siendo "productivos" como empleados? ¿Está "cumpliendo"
el gobierno? ¿Estamos generando suficientes "insumos" en las prácticas
sociales?
Las democracias alrededor del mundo han venido evaluándose
desde los años 90. A pesar del optimismo de principios de la década, hay cierto
escepticismo frente a la durabilidad de las democracias que surgieron recientemente.
En estos días la gran pregunta en la política gira alrededor
de cómo se puede fortalecer y consolidar la democracia. ¿Cómo puede el éxito de
la democracia en un área transferirse a otra parte del mundo donde no ha sido exitosa,
o ni siquiera ha existido, por décadas?
Uno de los factores que surgen de esta interrogante tiene
que ver con el papel de la sociedad civil en países democráticos. Como enfatiza Robert Putnam en la mayoría de sus escritos
y especialmente en Hacer que la Democracia Funcione: Tradiciones Cívicas en la
Italia Moderna [Making Democracy Work: Civic Traditions in
Modern Italy], los niveles de interacción entre la sociedad civil y el gobierno
determinan los niveles de democracia dentro de un país.1 Esto implica que
entre más altos sean los niveles de interacción, más fuerte será la democracia y
viceversa. Tradiciones cívicas [Civic
Traditions] rastreó veinte años de vida política y asociativa en Italia, comparando
los resultados de las regiones del norte con aquellas del sur. Putnam concluyó que
las regiones del sur eran menos democráticas que las del norte dada la existencia
de relaciones patrón—cliente con la mafia. El norte, por el contrario, se apoyaba
más en organizaciones y grupos de mentalidad cívica.
Definición de capital social
El concepto de capital social fue iniciado por James Coleman
y más adelante desarrollado por Pierre Bourdieu. Coleman utilizó el término para
describir cómo los individuos hacen uso de sus "lazos sociales" para
destacar, y Bourdieu lo usó para referirse a las ventajas y oportunidades que obtienen
las personas al ser miembros de ciertas "comunidades".2
La definición de capital social es bastante sencilla. Es lo
que permite que una sociedad opere efectivamente. Esto incluye factores intangibles
tales como valores, normas, actitudes, confianza, redes, y semejantes. Putnam afirma
que el capital social está comprendido por aquellos factores que se encuentran dentro
de una comunidad y que facilitan la coordinación y cooperación para obtener beneficios
mutuos.3 Esto significa que
si uno trabaja en una comunidad donde hay confianza, valores, redes y aspectos similares,
el resultado será más efectivo que el trabajo realizado dentro de una comunidad
donde no existan estos factores. Esto tiene gran impacto sobre las interacciones
entre las organizaciones no gubernamentales y la comunidad en lo referente a la
educación electoral.
Francis Fukuyama, el autor de El Fin de la Historia y el
Último Hombre, y de Confianza: las virtudes sociales y la creación de la
prosperidad, y un gran número de artículos, cree que "la vitalidad [del
capital social] es esencial para el funcionamiento del mercado y la democracia."4 Esto significa que,
tanto el gobierno como las comunidades deben asegurarse que los altos grados de
confianza, normas y valores existentes se mantengan y alimenten dentro de esa sociedad,
con el fin de facilitar su trabajo y lograr que sea más exitoso.
La educación electoral está diseñada para conocer las inquietudes
que tienen la mayoría de los votantes frente a las elecciones antes de que éstas
se realicen. Éste es un esfuerzo costoso. Consecuentemente, aquellos que están en
involucrados en la labor de conducir programas de educación electoral buscarán medios
para minimizar los costos. Si el capital social facilita la cooperación dentro de
una comunidad, entonces, con toda certeza, esos factores deben utilizarse para facilitar
la educación al votante y lograr que su alcance sea más efectivo.
Normas
y valores
Las normas y valores dentro de una comunidad hacen referencia
a las actitudes entre los ciudadanos que facilitan sus interacciones. Si todos los
ciudadanos en una comunidad, por ejemplo, creen que cada persona debe ser tratada
con respeto y valorada como un participante, se involucrará a todas las personas
en las discusiones sobre asuntos que afecten a la totalidad de la ciudadanía. Estas
actitudes se evidenciarán en las normas de esa sociedad. La gente respetará la propiedad
privada, los puntos de vista y los derechos de las otras personas. También podemos
decir que estos ciudadanos conocerán y entenderán que tienen que pagar sus impuestos,
pagar por los servicios y participar en las discusiones democráticas.
Cuando una organización conduce programas de educación electoral
dentro de esa sociedad, su trabajo será mucho más sencillo puesto existen normas
y valores pre-establecidos. Los educadores no tendrán que abogar por la tolerancia,
la creación de espacios seguros de discusión, ni recordarles a las personas el cumplimiento
de su deber cívico al votar. La comunidad ya
posee todos esos valores y normas.
El capital social de esta sociedad puede utilizarse para facilitar
la transferencia de información sobre el proceso de votación. Los educadores deben
hacer uso de las normas y valores existentes dentro de esa comunidad con el fin
de facilitar el aprendizaje. Aquellas normas y valores deben reforzarse con ejemplos
sobre las labores que deben desempeñar los ciudadanos en un proceso de votación.
Las normas igualmente se refieren a aquellas prácticas comunes
dentro de las comunidades y organizaciones. La gente puede tener ciertas prácticas
que están culturalmente determinadas. En sociedades africanas tradicionales, por
ejemplo, el jefe es la persona más poderosa. Si éste no ha sido consultado,
la comunidad no puede abrirse a determinado programa, ya sea física o psicológicamente.
Podría prohibirse el acceso del equipo de trabajo del programa al área, pues los
ciudadanos podrían pensar que el equipo no respeta su cultura y prácticas y, por
ende, no escucharán la información que ellos brinden. Es importante para los educadores
conocer las prácticas de una comunidad, respetarlas y apegarse a ellas mientras
se trabaja en esa área.
Algunas áreas pueden también tener líderes informales. Estas
personas deben ser consultadas para facilitar el trabajo dentro de esa comunidad.
Algunas veces los líderes religiosos tienen este status, así como los profesores o los trabajadores de la salud. Para
los educadores es clave conocer a éstas personas y respetar las normas y valores
propios de la comunidad.
Redes
Un segundo factor que compone el capital social es el sistema
de redes. Cada sociedad tiene sus propias redes que pueden tejerse alrededor del
trabajo, la iglesia, el deporte y cualquier club o grupo existente en esa sociedad.
Las redes pueden utilizarse para lograr que los programas de educación al votante
resulten más efectivos y menos costosos, y lograr que alcancen un mayor número de
personas con una mínima cantidad de insumos de parte de los educadores.
Existen extensas redes que abarcan a un gran número de personas
de diferentes sectores de una comunidad y con diferentes intereses. Los educadores
electorales pueden utilizar esas redes para diseminar su información. Un punto de
entrada en la sociedad es todo lo que se necesita. Los educadores electorales
pueden acercarse a un club de fútbol, que se reúne una vez a la semana. La información
de esa reunión puede ser retransmitida socialmente por los miembros a través de
las redes a las que pertenecen. Un miembro puede ser parte de un grupo de lectura
mientras que otro puede formar parte de un grupo de cocina. Esta información puede
entonces extenderse a lo largo de la comunidad a través de dichas redes.
Los educadores electorales deben emplear estratégicamente
estas redes y suministrar información suficiente (impresa y verbal) hasta el punto
que ésta impacte de la mejor manera posible a la comunidad. Los panfletos informativos
deben entregarse en la entrada de un sitio con gran afluencia de personas. La información
debe estar igualmente disponible en puntos de reunión tales como centros comerciales,
iglesias, colegios y gimnasios para complementar la transmisión verbal. En comunidades rurales donde
la tradición oral (narrativa) todavía persiste y el analfabetismo es alto, las redes
pueden ser muy efectivas. Los educadores electorales, quienes probablemente no podrán
quedarse en el área por un largo periodo de tiempo, pueden empero, informar a aquellas
personas que se mantienen en contacto con la mayoría de la comunidad, tales como
profesores, líderes religiosos, trabajadores de la salud e incluso dueños de almacenes.
Confianza
La confianza es un factor importantísimo para el éxito de
la democracia. Francis Fukuyama considera que la gente que no cree en los demás
termina cooperando sólo bajo un sistema de reglas y regulaciones formales, que deben
ser negociadas, acordadas, litigadas y cumplidas muchas veces bajo medios coercitivos.5 La confianza sólo
puede obtenerse a través de prácticas de largo plazo. Las personas confían unas
en otras tras relacionarse por un periodo de tiempo. Debe ser establecida por medio
de un proceso de experiencia y repetición. Si alguien le cuenta a otra persona un
secreto y esa persona lo guarda, por ejemplo, la confianza entre los dos se fortalecerá.
La próxima vez, depositará en la otra persona un nivel más alto de confianza.
El flujo de información será más efectivo en las sociedades
si existen altos grados de confianza. Las personas confiarán en lo que el educador
les dice, y por ende es mucho más probable que crean en la información que se les
suministra. La confianza es inherente a las redes, y por ello, los dos factores
son complementarios. Es del interés grupal mantener altos niveles de confianza dentro
de una red. Los educadores pueden aprovechar esos niveles de confianza para el desarrollo
de su programa. Es importante trabajar con las personas en las que confía la mayoría
de la comunidad. Dado que las personas confían en ellos, es muy probable que los escuchen sin dudas
ni desconfianza.
Los educadores electorales deben utilizar el capital social
existente en las sociedades. Éste puede asistirlos a la hora de cumplir la importante
pero difícil tarea de informar a la gente sobre las elecciones.
Aunque el capital social tiene numerosos aspectos positivos,
también hay puntos negativos que pueden surgir.
Problemas
La existencia de normas y valores supone que la gente las
conoce y las sigue. Sin embargo, si una persona nueva llega a una comunidad, deberá
aprender y asimilar estas normas y valores antes de que sea aceptada. Esto significa
que, en cualquier momento, puede haber gente excluida debido a su falta o limitado
conocimiento de las normas aceptadas. Algunas veces esas normas no son obvias, y
los educadores accidentalmente pueden ignorarlas o incumplirlas y así molestar a
la comunidad. Los valores, a su vez, pueden ser muy específicos, pero también pueden
ser muy complicados.
Las redes pueden igualmente implicar exclusión. Si alguien
pertenece a un grupo con una red, esto significa que hay personas externas al grupo.
Estas estructuras tienden a asistir sólo a aquellas personas que pertenezcan a la
red. No ser miembro, por ende, pueden situar a algunos sectores de la comunidad
en desventaja. Aquellas comunidades que son muy unidas serán obviamente más difíciles
de penetrar que aquellas que están abiertas a influencias externas. Los educadores
deben examinar cuidadosamente cada comunidad para saber cuáles son las redes más
constructivas y efectivas. Éstas pueden ser las que tengan más contacto con la gente.
Para las personas externas, la confianza puede ser difícil
de establecer, como por ejemplo para un educador de una organización como un cuerpo
estatutario que no está representado dentro de la comunidad. En este caso, los programas
de capacitación deben ser desarrollados para los capacitadores que ya están dentro
de la comunidad. Deben ser personas aceptadas y en las que la comunidad confíe,
con el fin de que faciliten la transmisión de información a su respectivo grupo
de personas.
El capital social es un concepto con gran potencial que permite
a los educadores pensar en formas efectivas de comunicación. Aquellos involucrados
con la educación cívica también deberían considerar caminos a través de los cuales
puedan explotar los beneficios del capital social.
Evaluar
las redes sociales
Todos los países tienen capital social, así como otros recursos.
El propósito de conducir un examen minucioso del contexto, o una encuesta, es convertir
lo invisible en visible para permitir que los diseñadores y quienes instrumentan
los programas educativos accedan a las asociaciones culturales que fomentan la democracia
y puedan encontrar formas para controlar aquellos factores que impiden su desarrollo.
Existen varias formas para llevar a cabo este examen, la más
sencilla puede ser poniendo equipos de personas a realizar entrevistas y tabular
la información en una base de datos simple o en un kárdex que permita contactar
a las personas. Estos equipos empezarán seleccionando un rango obvio de organizaciones
nodales en un área geográfica y solicitándoles información. Un segundo grupo de
entrevistas será realizado a individuos y organizaciones relacionados con el primer
grupo de contactos.
Una vez reunido el primer grupo de contactos —de la mayor
extensión posible de acuerdo con las limitaciones presupuestales y de tiempo impuestas
por el programa educativo— los grupos de cada campo podrían encontrar de
utilidad el realizar una representación gráfica de las redes sociales. Esto se hace
usando grandes hojas de papel, escribiendo el contacto inicial y después usando
un contacto lógico para situar otros contactos en la red o mapa. De esta forma se
pueden establecer vínculos entre las personas con referencias simples como "Referenciado
por [determinada persona]" o "Recomendado por [determinada persona]"
o "Trabaja en forma cercana con [determinada persona]" o cualquiera que
sea la apropiada. Dicha red puede ayudar a los educadores a entender el "tejido
social" de una región geográfica.
Esta información para contactar a las personas será complementada
con datos provenientes de encuestas relacionadas con la cultura y normas políticas
y sociales. Las personas que desarrollaron el examen deberán preparar un reporte
narrativo para los diseñadores educativos que incluya información cualitativa como
anécdotas, historias típicas, fotografías de los entrevistados y descripciones del
lugar. Dichos reportes mostrarán una visión profunda del área dentro de la cual
se insertará el programa y pueden ser de gran ayuda incluso para quienes ya residen
en el área descrita.
Lugares
a examinar
Un examen minucioso del contexto, o encuesta, puede empezarse
en cualquier lugar, siempre y cuando se hagan las preguntas adecuadas a los entrevistados.
Existen ciertos individuos y organizaciones, sin embargo, que probablemente estarán
mejor conectados con las redes sociales que otros. Entre éstos podemos encontrar
las organizaciones religiosas y culturales, las asociaciones económicas y comerciales,
los clubes con gran cantidad de afiliados, y las asociaciones de residentes o trabajadores.
Será importante asegurarse que los equipos de cada campo, penetren hasta las organizaciones
más comunes.
Las organizaciones nodales son aquellas que, además de su
propio trabajo o con el fin de conducir su propio trabajo, mantienen unidas una
o más redes al proporcionarles servicios secretariales y domésticos coordinados.
Estas organizaciones pueden ser usualmente mencionadas por los entrevistados. Las
organizaciones nodales no deben ser asumidas como voceras de la comunidad ni como
reemplazo de las redes que apoyan.
Preguntas
a formular
Los equipos de campo deberán obtener información básica de
los entrevistados. Esta información debe incluir:
- Nombre exacto, siglas y todos los
nombres de uso típico de la organización que la persona representa. En muchas
sociedades, para referirse a las organizaciones se pueden utilizar muchos apelativos,
y los trabajadores de campo pueden confundirse creyendo que no se trata de
una misma sino de varias.
- Direcciones exactas que incluyan código
postal actual. En el caso de las organizaciones informales, se puede requerir
información adicional como por ejemplo el nombre del almacén donde se pueden
dejar mensajes o las direcciones postales donde sea necesario enviar una segunda
carta para pedirle al destinatario que acuda a recoger su correspondencia,
etcétera.
- Detalles de los individuos y organizaciones
claves con las que el entrevistado trabaje o se asocie regularmente. Esta información
debe incluir los nombres de las organizaciones a las que el individuo o su
organización pertenecen.
Redundancia
Es posible que la evaluación del contexto se desarrolle al
mismo tiempo que otros aspectos del programa. Estos otros esfuerzos pueden incluir
grupos focales de investigación, estudios piloto y el registro de electores. Puesto
que es importante entender el tejido social antes de las intervenciones programáticas,
sería conveniente considerar esto como un paso inicial previo al desarrollo de
actividades adicionales al programa.
Notas:
1 Robert D. Putnam, Making Democracy
Work: Civic Traditions in Modern Italy (Princeton: Princeton University
Press, 1993).
2 A. Portes and Landolt, "Downside of Social
Capital" in The American Prospect, no. 26 (May/June 1996), 18-21.
3 Robert D. Putnam, "The Prosperous Community:
Social Capital and Public Life" in The American Prospect, no. 13 (Spring 1993).
4 Francis Fukuyama, The End of History
and the Last Man (New York: Free Press, 1992) or Francis Fukuyama, Trust: The Social
Virtues and the Creation of Prosperity (New York: Free Press, 1995).
5 Francis Fukuyama, Trust: The Social
Virtues and the Creation of Prosperity (New York: Free Press, 1995).